Mi padre azotaba mi antebrazo con un látigo al enterarse que Jack había muerto, lo más importante en mi familia era el honor, al enterarse que yo tome el caballo y hui, eso había provocado su furia, mi brazo ardía, pero tenía que aguantar de lo contrario la paliza se duplicaría, cerraba los ojos mientras el repetía que ante esas situaciones no importaba si era yo, si implicará que alguien muriera ese tendría que ser yo.
—¿Lo entendiste? — Me dice mientras limpia la sangre del látigo.
—Sí, lo entendí — Un mayordomo se apresura para vendar mi brazo, no lo curaría pues el dolor de la recuperación era parte del castigo, lo que seguía en el día era ir a casa de Jack para cumplir mi promesa.
*Flashback*
Está haciendo frio, era la segunda vez que estábamos en una trifulca, y este había salido herido de su mano izquierda, miraba como trataba de escribir y le era difícil, me acerco a él, con pluma y lápiz pues en parte era mi responsabilidad cuidarlo, este me sonríe mientras me mira cerca.
—Es una carta para mi hermana, Evangeline — Me dice enseñándome la letra, tenía una caligrafía preciosa.
La cercanía entre nosotros se hizo más fuerte, hasta el punto en que una noche el me confió lo más preciado.
—No sé si sobreviva a esta guerra — Me dice mientras me descambia.
—¿Por qué lo dices hermano? — Le digo poniéndome una camisa de tirantes para dormir más cómodo.
—No lo sé, dime loco, pero tengo ese presentimiento — Me dice mientras guardaba uno de sus collares en una caja, este se acuesta en la cama de al lado —. Si algo me pasa, cásate con mi hermana.
—¿Acaso estas pendejo? — Le digo lanzándole la almohada.
—No más que tú, mi hermana es especial... y mis hermanas son unas víboras que no dudaran en denigrarla, mis hermanos, no puedo contar con ellos, prefiero confiárselo a un extraño que a mi propia familia — Me dice mientras se voltea conmigo.
—Si yo muero, dile a mi padre que morí con honor — Le extiendo la mano sellando nuestra promesa, cuando el muere me dan las cartas que hablaban de cosas tan sencillas, él me había hablado tanto de ella que ya sabía cuál era su postre favorito, como le gustaba tomar el té, e incluso que le gustaba leer. Que cuando el murió ya sabía que hacer...
*Fin de flashback*
Me estaba alistando para salir, me cambio la venda por que la sangre ya había manchado la camisa blanca, mi padre no tenía objeción pues había hecho esa promesa, compro el ramo de flores más grande para cruzar todo el patio del vizconde, todas las hermanas de Jack me miraban por la ventana, eran alrededor de 4, saludo al vizconde que me enseña a sus hijas.
—Disculpe Vizconde, ¿Dónde está Evangeline? — Pregunto pues las características que me había dado Jack no correspondían a ninguna.
—Ella está arriba, se niega a bajar, pero déjeme le presento a Mariam, en belleza le supera a su hermana — Me dice mientras jala a esta, ella era la presuntuosa Mariam, sonrió, pero me niego.
—¿Me permitirá subir? — Este asiente y me subo, sus hermanas murmuran sobre lo descortés que era al negarme a verlas, subo las escaleras acompañado por el padre de familia para ver como ella estaba mirando a la ventana. Ella se voltea y veo su rostro, tenía delicadas facciones ojos azules, y cabello rubio cenizo.
—Disculpa que no se ponga de pie, pero ella nació con una condición que le impide moverse — Ella era perfecta, si belleza no era comparable a su hermana, se parecía mucho a su hermano, pero con cabello largo y delicados rasgos. Me acerco a ella con las flores.
—Hola Evangeline, mi hombre es Hiro, soy hijo de un marques — Ella sonríe mientras toma las flores.
—Es un placer, mi hermano me dijo en sus cartas que usted me desposaría — Me dice sonriendo.
—Sí, es cierto — Le digo trayendo una silla para sentarme a su lado, ella estaba leyendo.
Su padre nos deja solos mientras me quedo en silencio tomando un libro de los que ella tenía en su mesita de noche, ambos leíamos juntos, mi antebrazo dolía, ella pide que por favor le alcance un botiquín lo hago y me estira el brazo para curarme, la venda estaba llena de sangre otra vez, me sonríe, mientras limpia con delicadeza.
—En marzo, me gustaría que la boda sea en marzo — Ella me daba calidez, y me recodaba a la persona que más me hizo reír.
—Cuando tú quieras, para mi será un honor que seas mi esposa — Ella sonríe, mientras espera que la bese, era mi primer beso, por lo que fue un poco torpe, pero no sabía que decir. Saco un anillo plateado con una piedra rosa, cumpliría mi promesa y la haría feliz.
¡Hola! Esta es la última historia de las extras, la historia de Ethan será desarrollada en el segundo libro. Si tienen alguna duda pueden hacerla con mucha confianza con mucho gusto la contestaré.