Capítulo #3

Pov Luna Flores

—Ya no te rías… —pido prácticamente en suplica al ver que Sol ríe tan fuerte mientras abraza su estómago y juro que quiero enojarme con ella, pero no puedo, su risa es contagiosa.

¡Perdón, mi querida Luna!

Dice tratando de controlar su ataque de risa.

Por acceder a tu locura de hacerme pasar por ti me metía en este lío. Ese chico me hablo de compromiso, está loco.

—Sí que está loco, no viste como estaba vestido —es un completo idiota, pero tiene un rostro hermoso y justo encaja contigo, eres demasiado seria.

—Sol, estoy hablando en serio.

—Está bien, me pondré seria —dice ella fingiendo seriedad, pero su cara con ganas de reír la delata y nuevamente se deja ir en su ataque de risa.

Al escucharla toser me apresuro en alcanzarle un vaso de agua, mi Sol sufre de asma y me asusta cuando la veo toser por falta de aire.

¡Ten cuidado…!

—Lo siento, pero tu cara es bien chistosa. Parecieras que te hubieran sentenciado a muerte y estos son tus últimos días —dice Sol tomando mis cachetes con sus dedos y tirando de ellos.

—Ya. —Fuera de bromas, dime que haremos con ese chico. Recuerda que él se está queriendo comprometer con Sol Rivera y resulta que esa persona eres tú.

¡Cierto…! Dice Sol cayendo en cuenta de lo que está sucediendo.

¿Sí continuamos con la mentira?

¡Imposible…!

—Pero Luna, recuerda que yo me estoy haciendo pasar por ti y por fin encontré a alguien que me gusta. Tú mismo dijiste que debería conocer a alguien que me hiciera sentir feliz y que sienta esa necesidad por verlo. Y ahora siento eso por Alonso, quiero verlo y conocer más de él —mira ya lo escribí y quedamos en vernos —dice Sol enseñándome el mensaje.

—Sabes que mentir está mal y yo no sé porque me deje envolver en todo este rollo, ni siquiera hubiese accedido a ver a ese chico. Eso está mal, recuerda que soy una mujer casada —digo enseñando la sortija que está en mis dedos.

¡Como si no lo fueras…!

¡Sol…!

—Luna, es la verdad. Leonardo se fue a Estados Unidos hace 3 años y no tiene ni la mínima de intensión de venir a ver a su “esposa”, para el solo eres un banco y te escribe solo para pedir dinero. —Date cuenta, él es un mal tipo que abusa de tu buen corazón.

—Sol, ya hablamos sobre eso. Le debo la vida a Leonardo y no puedo negarme a ayudarlo, después de todo él está estudiando allá y yo soy su esposa, mi deber es ayudarlo.

¡Ay me pones loca!

Sol respira profundo.

—No hablemos sobre ese aprovechado, pero te digo que tu no le debes nada —dice Sol para finalizar la conversación sobre mi esposo. Nuestra conversación sobre Leonardo siempre termina mal y no llegamos a nada, así que Sol termina por rendirse.

—Dime, ¿Qué hare con Jacob? —pregunto enseñándole el mensaje que me envió por la noche alterándome: Ya hablé con mis padres y me dijeron que hablaran con los tuyos para ver la fecha de nuestra fiesta de compromiso.

¡Ay…! Sí que estamos en un lío grande.

 —Es el lío en que me metiste, soy la centrada de las dos y no sé cómo me dejaste envolver por tus palabras para acceder a esta locura.

—Mi madre tiene la culpa por presionarme, ella dijo que me dejaría en paz si accedía por única vez a ir a una cita con el hijo de su amiga —se queja Sol buscando justificación para sus rebeldías.

La relación de Sol con su madre es pésima, tan mal es su relación que fue a estudiar medica en Cuba para no ver a su madre. Respiro profundo al recordar a la señora Lorena, tiene un carácter tan especial que trata a todos con la punta de pie.

—Eso ya no importa, lo que debemos es pensar en una solución y yo ya la tengo.

—¿Cuál? —pregunta entusiasmada.

—Decir la verdad, esa siempre será una buena solución. Así no ilusiono a Jacob y tú te sinceras con él para poder hacer las cosas bien con Alonso Teller. Por cierto, le preguntaste si tiene alguna relación con el hospital “Hospital TF”.

—No le pregunte, pero no creo… —no se parece en nada a Santiago Teller, así que dudo que sean familia. Pero eso no es importante, lo importante es que me ayudes a mantener la mentira, solo un poquito más para pensar como decirle a mi madre que no quiero salir con Jacob sino con Alonso.

—Las mentiras no son buenas, Sol. Solo date cuenta ahora, estamos pensando en alguna otra mentira para cubrir la primera. Las mentiras solo ocasionan estrés, por favor —digamos la verdad —pido tomando sus manos entre las mías.

—Solo dame un día más, ¿sí? —déjame disfrutar de esta salida con Alonso y le confieso la verdad. Quiero disfrutar de una noche con él, me dijo que me prepararía algo especial —dice sonriente.

Al ver esa sonrisa resplandeciente en el rostro de Sol es imposible que me niegue a su pedido y solo asiento. Sol me abraza entusiasmada y llena de besos diciendo que soy la mejor amiga —te quiero como a la hermana que nunca tuve —dice y aquello me hace sentir una punzada en el pecho. «Siempre accederé a tus pedidos y estaré a tu lado» digo internamente mientras le regalo una sonrisa.

¡Sol Rivera!

Ambas nos soltamos y fijamos la mirada en la madre de mi amiga.

—Buen día señora Álvarez.

—Son horas de trabajo, por favor vuelve a sus obligaciones.

—Disculpe, diciendo aquello salgo de la oficina de Sol dejándola a solas con su madre y me dirijo a mi escritorio para revisar los pedidos que tiene el personal para mejorar las áreas del hospital y entregárselo a Sol.

No puedo evitar preocuparme al escuchar que Sol discute con su madre y minutos después sale su madre, no sin antes advertirme que me mantenga alejada de su hija indicando que soy una mala influencia.

¡No te metas en mi amistad con Luna!

Advierte Sol desde la puerta de su oficina haciendo que su madre me dé una mirada asesina y se marche.