Destino Cruzado // Teller #5

Capítulo #7

Pov Alonso

 

¿Puedes dormir y dejar de moverte?

—Tú tienes la culpa, me dijiste que tienes esposo y ahora no me lo puedo quitar de la cabeza —me defiendo.

Puedo escucharla resoplar y sonrió para mis adentros. Sé que la estoy llevando al límite y que en cualquier momento va explotar. Po alguna razón me divierte verla enojada y haciendo lo posible por no mandarme al diablo.

¿Ya te dormiste?

—Calla y duerme, no me obligues a sacarte a la calle.

—Ya lo siento, te dejare dormir. Se siente bien dormir juntos —digo con ironía y para provocarla, me divierte hacerla enojar y comienzo a contar en que momento me grita.

Uno…

Dos…

Tres…

¡NO ESTAMOS DURMIENDO JUNTOS…!

«A la tercera respondió»

—Tu —me señala con el dedo. Estas durmiendo en el piso y yo en mi cama, solo estamos durmiendo en la misma habitación y mejor duerme, que si insistes en molestarme te mandare a compartir el sofá con Nórdico.

—Ya estoy durmiendo —respondo cerrando un ojo y con el otro observándola.

«Se ve linda» pienso.

¡Jacob…! ¡Jacob…!

Escucho el llamado seguido por un golpe en las piernas que me obligan a abrir los ojos y lo primero que veo es un ceño fruncido y mirándome de forma amenazadora. —¿Qué paso? —pregunto somnoliento.

—Ya amaneció por si no te diste cuenta y yo tengo que ir a trabajar. Y tú debes volver a tu casa, no puedo dejarte en mi departamento.

¡Mierda…! Exclamo para mis adentros y estoy seguro que si salgo de su casa no me dejara volver a ingresar.

Finjo una tos y me comienzo a mover lentamente —ahhh… —me siento mal digo llevándome la mano a la frente y volviendo a toser.

Sin previo aviso Sol se inclina quedando a centímetros de distancia de mi rostro y me toca la frente lo cual me inmoviliza. —Tu temperatura es normal —dice ella y yo aguantando la respiración.

«¿Qué fue eso?»

Me pregunto llevando la mano a mi pecho, sintiendo que el corazón se me va explotar en algún momento si sigue latiendo de esta manera.

¿Jacob?

—Perdón Sol —digo débilmente y vuelvo a toser.

La veo frotarse la sien levemente y se gira en sus propios pies dejándome perdido en mis propios pensamientos. Escucho un ladrido seguido por un lengüetazo en la mejilla… —buen día Nórdico —saludo abrazando al peludo.

Me abrazo a Nórdico mientras seguidos acostado tratando de entender que había pasado. Seguro que mi corazón así por su cercanía inesperada —sí… —eso es —me respondo a mí mismo.

—Levanta, ven desayuna —dice Sol y como niño bueno la sigo.

—No te hubieses molestado —digo al verla puesta su mandil y el desayuno humeante en la mesa. Lo cual me conmueve de sobre manera haciendo que mi corazón vuelva a latir fuertemente.

Me rasco la cabeza y sé que eso solo lo hago cuando estoy nervioso.

—Debes desayunar para poder tomar las pastillas, después de todo es mi forma de agradecerte por encontrar a Nórdico.

—Muy amable… —digo y me siento. —¿Tu no desayunas?

—No, voy tarde y gracias a alguien por primera vez llegare tarde al trabajo.

La observo quitarse el mandil, se inclina para unir la frente la frente con Nórdico diciéndole que se porte bien como si fuera un niño lo cual me parece tierno. Toma su bolso y por fin posa su mirada en mi —por favor, cuando te marches cierras bien la puerta.

Me quedo mirando fijamente a la puerta por donde Sol se marchó y me siento raro. Ella me hace sentir raro, bajo la mirada hacia Nórdico y como si fuera una persona le pregunto por su dueña a lo que el peludo solo me observa.

¡Estoy loco…!

Desayuno despacio y pienso en todo lo que estoy haciendo. Decido no tomar las pastillas que dejo Sol porque no tengo ningún resfriado.

Ne debato en si debo volver al departamento o quedarme en casa de Sol para cuidar a Nórdico y esperar que ella regrese, pero estoy casi seguro que me gritara. —¿Quieres que me quede o que me vaya Nórdico? —pregunto dirigiendo la mirada al canino que solo ladra en respuesta.

Decido limpiar la casa de Sol que en realidad no necesita mucha limpieza porque todo se encuentra en orden y limpio.

Mi cuerpo se paraliza al escuchar que alguien está abriendo la puerta. Nórdico y yo nos miramos. Y mentalmente me preparo para recibir la reprimenda de Sol.

¡Nórdico…!

—Ohhh… —perdón…

—Buenas tardes Graciela —saludo al reconocer a la joven.

—Eres el novio Luna… —no me dijo nada por eso vine a sacar a Nórdico.

¿Luna?

—¿No sabes cómo se llama tu novia?

¿Luna…?

—Sí, tu novia se llama Luna Flores.

¡Ay por Dios…!

—Eres un novio bien tonto —dice Graciela reclinándose a abrazar a Nórdico y yo estoy a punto de sufrir un colapso.

Escucho el chasquido de sus dedos. —Planeta tierra llamando a novio de Luna —dice Graciela quien me observa de manera burlona.

—Perdón Graciela, me perdí en mis pensamientos.

—Si nos dimos cuenta —dice señalándose a ella y al peludo.

—¿Conoces a alguien llamada Sol Rivera? —pregunto fijando mis ojos sobre los suyos.

Graciela se lleva las manos a la barbilla como si estuviera pensando y yo ansioso por escuchar su respuesta. —No, no conozco a alguien con ese nombre… —¿Por qué?

—No por nada. —¿Te puedo pedir un favor?

—No tengo dinero, soy menor de edad —dice ella encogiéndose de hombros lo cual me causa gracia.

—No, no es eso. Podrías por favor hacer de cuenta que no me viste hoy, So… —Luna se enojó conmigo y me pidió que me fuera, seguro que si se entera que seguí en su departamento hasta tarde se molestara más.

Graciela respira profundo. —Está bien… —solo porque me caes bien.

Me despido de Graciela y me apresuro a llegar al hotel donde deje mi portátil, necesito averiguar que está pasando. Mi celular comienza a sonar y veo que es Jacob me apresuro en contestar.




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