Destino Cruzado // Teller #5

Capítulo #9

Pov Alonso Teller

 

Sonreí con ironía al darme cuenta que Jacob se había enamorado de la verdadera Sol Rivera, pensamos sacarle la vuelta a la vida, al destino, pero termino por demostrarnos que lo que está destinado a suceder terminara por ocurrir.

Tire la cabeza para atrás sin saber qué hacer, ambos habíamos mentido entonces que podríamos reclamar o como podría siquiera sentirme ofendido. Pero… —Luna era una mujer casada y ella me lo había dicho.

Solté un fuerte suspiro y sabía que tenía que hablar con Jacob, pero antes aclarar con Luna. Me sentía algo triste de conocer su situación, después de todo mis elecciones siempre eran malas…—primero Marcia.

Era irónico que la mujer que lograba sacármela de la cabeza a Marcia era otra mujer imposible para mí.

«Parece que mi destino es ser un hombre soltero»

—Soy muy joven —me respondo a mí mismo como si aquello me haría sentir mejor.

Sonreí para mis adentros de solo imaginar la cara que tendrá Jacob cuando se entere que se enamoró de la mujer que su madre quiso. Hablando del demonio aquí está llamando, pero decido ignorar es mejor que me vaya a distraer con mis sobrinos.

Primero me voy a visitar a Cass quien me pregunta por Marcia y le digo que prefiero no tocar ese tema, agradezco que no insista y ahí paso hasta la tarde que me decido ir en busca de Luna.

Siento la necesidad de verla y decirle que ya se toda la verdad, no quiero que me sigan viendo la cara de tonto después de todo no quiero ocultar más secretos suficiente con el de Megan y no tengo ni cara para ver a la tía Judith.

La esperé en el estacionamiento y me sentí como un acosador al estar siguiendo su ubicación.

¿Qué haces aquí?

¿Eres un acosador?

Esas fueron sus preguntas y pude notar la sorpresa en sus ojos, me sentía molesto y frustrado de solo pensar que era casada. Sentí que algo me impulso en mi interior y sin previo aviso la arrastre hasta mi auto.

—¿Qué te pasa? —gritó furiosa soltándose de mi agarre.

No podía dejar que fuera libre así que esta vez y sin pensarlo la arrincone contra el auto, dejándola entre mis brazos y el carro. Mi corazón golpeo fuerte y estaba sorprendido a la vez por mi hazaña.

Lo siguiente fue peor, los labios de Luna habían rozado contra los míos y dejándome paralizado perdiéndome entre sus ojos. Siento un fuerte empujón y reacciono dándome cuenta lo que acaba de pasar.

—Así que es verdad que estás casada —pronuncio levantando su mano exponiendo su anillo.

«¿Qué mierda acabo de hacer?»

Sé que ya no hay vuelta atrás, es momento de hablar y no callar nada.

—Te dije que estaba casada —responde ella recuperando la compostura y manteniendo la seriedad que la caracteriza.

—Pero no me dijiste que te llamabas Luna Flores —la encaro haciendo que ella abra los ojos más grandes de lo que son. Al parecer intenta decir algo porque abre la boca más no articula nada porque la vuelve a cerrar.

No espero que se recupere y la meto a mi auto, le coloco en cinturón de seguridad y salgo sin alguna idea adonde llevarla y porque me estoy comportando así. Cuando me doy cuenta estamos por la zona playera, por la costa verde quien nos regala una hermosa vista de los restaurantes que iluminan las orillas de la playa.

—Este…

—Hablemos —digo estacionándome frente a mi restaurante favorito.

La veo quitarse el cinturón de seguridad y baja del auto al mismo tiempo que yo, por alguna razón me da ganas de aprovecharme de su culpa y hacer que haga lo que yo pido.

Saludo al de la recepción y pido que nos asiste la mesa con mejor vista, así lo hace y caminamos en completo silencio.

—Jacob, yo quería…

—Cenemos y luego hablemos —digo sonriéndole ya que su cara de culpa me causa mucha pena porque aquí todos nos habíamos equivocado.

—No tengo hambre…

—Por favor, déjame devolverte el favor por tenerme en tu casa y darme el desayuno… —no me gusta deberle favores a nadie —me adelanto al ver que ella intenta refutar.

Ella deja que yo elija la cena y comemos en silencio lo cual se siente un poco incómodo. Ella parece perdida en sus propios pensamientos o la hice sentir muy culpable.

Me rasco sutilmente la cabeza y le doy un trago a mi vino.

—No tienes que sentirte culpable por lo que hicieron —digo llamando la atención de Luna.

Al parecer ella no entiendo lo que digo, así que decido ser más claro.

—Al final el destino hizo que sucediera lo que ellos no quisieron, porque según nuestros amigos están enamorados.

¿No estás molesto?

—Tu estarías molesta si descubres que nosotros hicimos lo mismo que ustedes.

Arruga el entrecejo y me mira como diciendo habla claro que me estas enredando más.

—Me presento formalmente. Mi nombre es Alonso Teller —digo extendiendo la mano por encima de la mesa haciendo que ella habrá sus ojazos nuevamente y me sorprende al ver una sonrisa en su rostro y esta vez soy yo quien no entiende porque sonríe.

—No sabes el peso que me quitas de encima, al final las cosas se dieron como deberían ser. Mi amiga se enamoró del hombre que su madre quiso y eso significa que todo estará tranquilo, y yo ya no volveré a verte.

La veo limpiarse los labios, ponerse de pie y caminar hacia mí que aún no asimilo que es lo que está pasando. Deposita un beso en mi mejilla, lo cual me toma por sorpresa… —sonría haciendo que mi corazón lata fuertemente.

“Gracias Alonso Teller”

Diciendo aquello la veo marcharse y yo como tonto tratando de analizar qué es lo que acaba de pasar.

«Ella está feliz porque nunca más volverá a verte»

Dice mi mente haciéndome reaccionar, camino hacia la caja para pagar la cena y cuando salgo la veo subir a un taxi.

¡Maldición…!




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.