Recuerdo aquel día en que lo conocí, fue casualidad mi padre se había llevado el auto y no me alcanzaba el dinero para tomar un taxi, así que decidí tomar el subterráneo era una tarde gris y empezaba a oler a lluvia. Aborde el tren y me senté en una esquina cuando mire al frente vi a un apuesto chico de aspecto extranjero de piel pálida y cabello negro, llevaba una camisa y unos jeans algo desaliñados al pareces estaba escuchando música note al escucharlo tararear. Me quedé como una tonta mirándolo mientras llegaba a mí, pero él nunca llegó a notarlo, así que llegué a mi destino y me baje sin siquiera saber nada de él a pesar de sentir mi corazón revolotear.
Después de ese día decidí tomar esta ruta cada jueves solo para toparme con ese chico y en alguna oportunidad preguntarle su nombre y quizás invitarlo a un café, solo el hecho de imaginarlo ruborizaba mis mejillas, sentí un amor a primera vista sonreí. Mi madre me regañaba por tomar ese transporte ya que le parecía muy peligroso pero a mí no me importaba solo quería verlo y así dure varios meses donde solo me dedique a observar a aquel chico desconocido que alteró mi mundo con su presencia.
Hoy es el gran día dije, saqué mi vestido más lindo, adorne mi cabello con un listón y maquille mi rostro, mami decía que parecía que me iba a encontrar con el amor de mi vida con lo bonita que estaba cada jueves y pensé en mis adentros que si era verdad él lo era mi gran amor. Llegó el tren a la hora de siempre entre y vi al chico esta vez se veía más guapo de lo normal, vi un asiento a su lado desocupado y me senté, él no pareció notarlo me quede mirándolo por un minuto mientras dibujaba un corazón en el vidrio con su aliento y sus dedos, él al parecer noto que yo lo veía y me sonrió yo volteé mi mirada algo avergonzada y sentí morirme.
Hola – dijo – Me llamo llamo Julian
Yo… yo.. – Quedé muda hasta que pude pronunciar mi nombre con torpeza. – Soy Kara. – él me sonrió.
Sabía que tendrías un lindo nombre – Mire sorprendida, “me ha visto” pensé.
Quiero decirte algo tal vez te parezca atrevido de mi parte – Me hablo con seriedad, lo cual despertó mi curiosidad. – Desde hace cuatro meses cuando te vi, sentí que era el destino. Ese día cuando te vi entrar era mi primera vez en la ciudad, yo iba a casa pero por error tome esta ruta. - Su voz sonaba algo nerviosa - Pero no importó, así que durante varios días tome este tren para coincidir contigo quería conocerte, hablarte, pero no pude hasta hoy. Espero no asustarte, se que no me conoces, y que soy un extraño para ti, pero aun asi me gustas.
Yo..yo.. – dije con timidez – Tengo que decirte algo.
No podía creer en ese momento, estaba tan emocionada que no me di cuenta de que sonreía. – Yo también he tomado este tren por ti desde hace cuatro meses, pensé que no me notarías, así que cada viernes me subía al tren con la esperanza de verte y tal vez decirte mi nombre. Mordí mi labio inferior, alzando mi rostro para ver su expresión, lo vi sonreirme, me sentí más confiada porque se sentía igual que yo, así que me anime a decirle mi nombre.
Me llamo Raquel – En ese momento el tren se detuvo en la estación. Estaba nerviosa debido a que no me respondía.
¿Quieres tomar un café conmigo? - Julian extendió su mano y yo la tomé.
Si, quiero tomar un café contigo. – Ambos sonreímos.
Hoy voy de blanco y mi padre está llevándome al altar y lo vi como ese primer día tan apuesto y galán ese hombre que robó mi corazón.
FIN.