El ser que salió entre los relámpagos y las luces moradas, era uno al que nadie había deseado ver. Conforme el viento se dispersaba, su fisonomía comenzaba a ser visible. Su rostro era escamoso y se veía muy resistente. Tenía un hocico muy largo y grande con el que podía devorar a cualquier presa. Este tenía un número muy grande de colmillos y una lengua larga y seca, muy similar al de una serpiente venenosa. Lo abría lentamente como si se quisiera acostumbrar al aire que pasaba por su cuerpo, la lengua la movía lentamente de un lado a otro dejando ver su flexibilidad. En la parte media del rostro estaba su nariz, era un círculo de color negro que liberaba un ligero vapor a cada momento. Los ojos también estaban en este sector, un poco más arriba de la nariz, estos eran escalofriantes pues tenían una inmensa oscuridad en ellos deseando salir. Eran del tamaño de dos piedras de río grandes, haciendo el juego perfecto con las dimensiones del rostro. En su centro había un punto negro que funcionaba como pupila las cuales movía lentamente. En la parte superior del rostro estaban un par de cuernos pequeños haciendo sombra a las orejas que se encontraban a los costados. Todo esto forrado de aquellas escamas color azul obscuro que brillaban demasiado.
El resto del cuerpo era lo que se podría decir un monstruo. Algo muy raro que no empataba con alguna descripción, además claro de dar mucho miedo.
Media más de 3 metros, en peso podría competir con el de un elefante joven pero con el suficiente para aplastar a quien se le pusiera enfrente.
Se paraba en cuatro patas, estás estaban en la parte baja y con ellas mantenía el apoyo. Tenía dos más que usaba como brazos, más alargadas y flexibles, pero igual de fuertes que sus homólogas inferiores.
El aura que sobresalía de su cuerpo era muy notoria, obscura como su naturaleza.
Llamó la atención de todos los que estaban ahí por dos razones, la primera por su enorme personalidad y aspecto sobrenatural. La segunda era la rareza de ver a un ser así en aquel lugar.
Krow de inmediato fijó su atención en aquel terrible ser que había aparecido al norte de dónde se encontraba. Fue una impresión muy grande incluso para él, quién de todos los ahí reunidos era el más escalofriante.
-¿Qué hace este demonio aquí? -Preguntó impulsivamente intentando buscar respuesta en alguno de los presentes. -¡Estúpido Krater! ¿Te atreviste a invocar un demonio con tu sed de conquista?
El hermano New solo observó a su hermano mientras contemplaba maravillado aquel demonio. El silencio se apoderó de él mientras su hermano le reclamaba intensamente.
-¡Contesta idiota!, ¿Cómo te atreviste a tanto?
Su hermano seguía sin responderle pero el silencio terminó cuando en su lugar, el demonio comenzó a hablar.
-Tengo hambre... necesito carne. -Su voz era débil pero por alguna razón el escucharla ocasionó un temor en todos los presentes.
El demonio levantó su enorme brazo muy lentamente, como si le costara trabajo moverlo. Al alzarlo, su estatura se vió mucho más majestuosa, algo que distrajo a los demás hombres lobo que ahí estaban. Cuando el brazo del demonio llegó lo más alto que su articulación le permitió, comenzó a descender con tanta fuerza que cortaba al propio viento. Esta vez fue mucho más rápida y calló en dirección a el hombre lobo más cercano de él. Este poco pudo hacer pues su reacción fue más lenta que el movimiento del gigante, quedó aplastado e incapacitado en ese momento.
El gran brazo lo capturó y lo sometió para acercarlo a su boca. El demonio deseaba devorarlo como alguien que no ha comido en varios días y de repente aparece un festín ante él.
El licántropo sometido intentó defenderse pero no tuvo la suficiente fuerza para liberarse. En cuestión de segundos se vió prisionero en la boca del demonio, sus grandes colmillos se cerraban lentamente como si de una enorme prisión se tratara. Conforme se cerraban el cuerpo de su víctima se desbarataba aplastado por la brutal fuerza. A la primer mordida, la sangre comenzó a esparcirse por todo el hocico de la bestia, como de un rico jugo al masticar la carne. Los gritos no se hicieron esperar pero terminaron muy pronto pues los colmillos perforaron partes vitales que terminaron con la vida de aquel ser.
El resto de hombres lobo observaron aterrados esa acción. Pensaban en ayudar a su compañero pero carecían de valor para atacar al aún desconocido enemigo. Sus miradas se centraron en el demonio que disfrutaba de su comida, sus ojos mostraban gratificación, como si se estuviera cargando de vida sintiendo un gran placer. Devoró a su víctima tan rápido sin dejar restos del cuerpo.
Al finalizar, pasó su último bocado mientras observaba el terreno buscando que más podría comer. Los lobos se pusieron en guardia, no dieron ni un solo paso atrás aunque tuvieran miedo. Mostraron sus colmillos mientras sus rostros se transformaban en licántropos, sabían que para ese nuevo enemigo debían usar todo su poder.
-Tengo hambre...Deseo comer. -El demonio seguía hablando aunque ahora su tono de voz era más fuerte, la comida estaba haciendo efecto.
-¡Lobos, debemos formarnos en defensa! -Gritó uno de ellos tratando de organizar a sus compañeros. -¡Que nadie ataque hasta tener un plan concreto!
-Ataquemos al mismo tiempo. -Sugirió otro mientras se posicionaba en cuatro patas listo para atacar.
-Mejor vamos a retirarnos. -Pidió uno de los más lejanos. -Pelear contra un ser así nos traerá muchas bajas, unas que no necesitamos.
Aunque todos los suyos hablaban para intentar hacer algo, Krater no dió ni una sola órden para apoyarlos. Se mantuvo firme en su posición solo observando aquello.
Por otro lado, Krow dejó de dirigirse a su hermano y ahora puso toda su atención en el demonio y sus posibles movimientos.
-Krow New. -Se dirigió a él la bruja que hasta ese momento solo se mantuvo expectante. -Debemos irnos ahora, eso de ahí es un demonio y no cualquiera. Vámonos antes de que despierte del todo.
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Editado: 27.03.2025