Destino encantado

Declaracion

BARBIE.

Doy una mordida a mi sándwich mientras intento quitarme el cabello de la cara. No tengo mi teléfono para distraer mi mente, lo que me suena irónico cuando lo pienso a profundidad, porque estoy intentando quitarle a mi mente su función primordial, pensar. Justo por eso debo distraerla, le gusta pensar en cosas sin remedio ni respuesta.

Pienso en el almuerzo de ayer, cuando Teresa y Ken planearon un picnic en el templete para los cuatro. Aunque sospecho que Teresa lo planeo, algo me lo dice, creo que es una amiga genial, se preocupa mucho por los suyos, los protege. Se molestó mucho cuando Ken le mencionó el incidente del desayuno.

<< Ese cabron, no puede dejar de ser pedante y actuar como un idiota por un rato, es demasiado molesto-Gruño Teresa

No pasa nada Tesa, no vale la pena, no me molesto tanto, actúa como chiflado a veces- Destacó Ken con un poco más de entusiasmo que antes >>

Me pregunto porque Teresa lo Detesta tanto, lo tiene en la mala definitivamente. Estoy enterada de algún tipo de rivalidad académica, pero no entiendo su desprecio jurado hacia él. Tampoco entiendo la actitud de Ken hacia él, se conocen desde niños pero no se llevan bien, algo debió pasar para que dejaran de ser tan cercanos, pero aun Ryan lo trata con cariño, su actitud tiene algo aun inescrutable para mí y lo del incidente de ayer...

¡No, deja de ser tan chismosa Bárbara! Lo entenderé todo en su momento.

Las clases de hoy fueron pura y dura teoría aburrida, no había nadie conocido en mi clase y nadie se interesó mucho en saber de la chica nueva, lo que estuvo genial para mi y triste a la vez.

La clase de la tarde se canceló por alguna razón misteriosa, por lo que puedo descansar unas cuantas horas antes de prepararme para mi fiesta de bienvenida, a la que la gente probablemente no ira por mi sino por Ryan, pero en fin, mi fiesta.

Pensé que sería una buena idea dormir, sin embargo no estoy segura si despierte a tiempo para arreglarme, así que decidí no hacerlo, un gran sacrificio para mí.

Mientras buscaba entre mi ropa algo óptimo para una fiesta, la respuesta era clara para mí, sería la ropa que he usado en todos los eventos festivos, con una variación de color, unos jeans y un suéter. Mientras buscaba mis jeans más cómodos encontré algo de lo que estoy casi segura que no empaque y que no es mío, el pensamiento de que se lo había robado por accidente a mi compañera de cuarto cruzo mi mente con un sentimiento de culpa, pero luego recordé que no vive nadie más aquí, lo que me hace sentir muy tonta otra vez. La ropa brillante destaca de mis demás prendas opacas y en tono pastel, fue imposible ignorarla.

Tal vez Skypper lo había puesto en mi maleta sin que me diera cuenta, el solo hecho de pensar de nuevo en ella me hace doler algo en el estómago, había tratado de no pensar en casa desde que estoy aquí, con todas mis fuerzas, pero hoy había fracasado un poco. Me probé la ropa la cual era increíblemente de mi talla, Skipper no lo era, pero el deseo en mi corazón de que esto significaba que ya no estaba tan molesta conmigo, me llenó de un sentimiento positivo.

Me arregle un poco el cabello, la ropa pegada me hacía sentir un poco incómoda con mi cuerpo, pero pude soportarlo. Salí de la casa comunal y solo en ese momento me di cuenta de que tendría que llegar sola a la fiesta, ya que no tengo manera de contactar a Ken y realmente tampoco sé en qué habitación se queda. Comunicarse sin teléfonos parece una tarea imposible en la actualidad.

Tome valor y me dirigí a la casa de Ryan, realmente no tenía idea de donde estaba, debía estar cerca de la casa comunal, pero no tarde mucho en descubrirlo, una horda desenfrenada de personas se dirigen a una casa iluminada a tope, en la lejanía. Estaba en la misma orientación que la casa comunal, pero estaba alejada de de ella lo suficiente para caminar un rato. Cuando la vi de cerca entendí la posición de esta familia en el lugar, era brillante y lujosa.

Todo el instituto estaba aquí y podría jurar que la directora estaría tomando cócteles en alguna parte si la buscara cuidadosamente. Entre junto al gentío a mis espaldas y nadie me miró de manera especial, tampoco lo esperaba, pero tal vez pensé que esta vez la gente me reconocería o en su defecto se extrañaría al no hacerlo. Fue una entrada discreta, me moví entre la multitud que estaba en lo suyo en la enorme casa lujosa, tome una bebida que parecía agua pero claramente no lo era. Trate de seguir el ritmo de la música pero falle, intente reconocer a alguien en la multitud pero no lo logre.

Deambule por la casa repleta hasta que me encontré con una especie de rito colectivo, amontonados en círculo se reían y exclamaban, me acerque para ver el centro del ritual, no fue una sorpresa ver a Ryan, parecía levemente sonrojado, con la guitarra plateada que tenía en la sala de musica.Los chicos admiraban sus comentarios sobre deporte y música y las mujeres ponían la mano en su hombro y soltaban risillas entre ellas, era lo que Ryan inspiraba. Y no era para menos, estaba vestido con un traje negro con detalles dorados, que para este momento, sospechaba que eran de oro puro, no llevaba camisa, lo que dejaba ver su piel pálida como la porcelana, con un cuerpo bastante escultural, collares colgaban adornando su clavícula, la vista era un derroche de brillo.

Ryan vio en mí el escape de esa atención que de seguro disfrutaba, hasta cierto punto. Se acercó a toda prisa para poner su brazo alrededor de mis hombros.

—Ha llegado mi musa querido público, la noche se hizo eterna sin ella, pero por fin todo el esfuerzo para esta noche valió la pena—Exclamó Ryan con voz fuerte.

La muchedumbre explotó en aplausos y gritos de emoción, Ryan aprovechó para besar mi mano con un gesto dramático, el público volvió a explotar en ovación.

—! Ya pídele que sea tu novia ¡—exclamó una voz entre la multitud.




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