BARBIE
No siento que mi actuación haya sido especialmente memorable, pero la disfruté, y eso se siente aún más gratificante, siento que encontre algo aqui que no sabia que existia, que necesitaba.
Me cuesta despedirme de mis amigos, los primeros que he tenido. Siento que dejo una parte de mí en este lugar, donde me he sentido tan propia y aceptada. Espero poder reunirme con ellos alguna vez, pronto.
Aunque no me guste admitirlo, me costó despedirme de Raquelle. Siento que omitimos una conversación, que faltó algo por decir, pero hablar con ella es tan complicado, porque a veces ni siquiera parece ser la misma persona. Tal vez sea demasiado políticamente correcta, pero, aunque me guste, sus acciones no me parecen correctas últimamente. Siento que sus intenciones son extrañas, y sus señales, confusas; no la entiendo. Pero eso no significa que deje de gustarme o que deje de ponerme nerviosa cuando está cerca. Ahora estaremos en lugares diferentes, y no sé si la vida nos volverá a juntar alguna vez.
No quiero vivir deseando que sí, pero ojalá el destino nos juegue a favor.
Pensé mucho en qué debería decirle mientras la abrazaba. Quería decirle muchas cosas, pero solo pude decir: "Me gustó mucho conocerte", lo más ridículo que se me ocurrió,pero a veces no temo ser ridicula. Tal vez no compartir mis planes la lastime al enterarse... o tal vez no. Me hice muchas ideas en la cabeza que no resultaron ciertas. De cualquier manera, tuve la oportunidad de una despedida. Y, más que eso, un gesto que fluyo de mi antes de que me diera cuenta,del que podría arrepentirme hasta la muerte, pero no ahora, porque es lo que deseaba hacer.
Aunque no contemplé el hecho de que dejara una marca.
El toque de Midge en el hombro me saca de mis pensamientos.
—El camino puede ser confuso, no te separes mucho —pide, tomando lugar junto a mí.
—Gracias por ayudarme.
No obtengo respuesta; tampoco era necesaria.
La personalidad de Midge me resulta confusa; aunque a veces se comporta sociable, habladora y burlona, algo en ella me dice que esa no es su verdadera personalidad. Puede que me equivoque, y sé que soy una persona que juzga rápido, pero creo que esta versión seria y callada es más auténtica. Me pregunto la razón de su doble actitud.
—¿Cómo conoces este camino?
No obtengo respuesta, y es lo más lógico, tomando en cuenta que este es un acceso ilegal al instituto más seguro del país.
Mientras los sonidos de los grillos se vuelven aún más fuertes, las copas de los árboles silban al pasar el viento, y de algún lugar del cielo se insinúan los rayos que iluminan tenuemente el cielo. Tengo esperanza. Si llego empapada a casa, tal vez me vea más lastimera para mamá, tal vez entonces no frunza el ceño como cada vez que me ve y, como una posibilidad muy remota, sonría al verme después de tanto tiempo. Y si todo funcionara de la manera que deseo, sería recibida con un abrazo de mis hermanas, que dure lo suficiente para que ya no quieran alejarse de mí. Sé que voy a extrañar el instituto, aunque no lo pensé así al inicio, pero quiero un hogar; es a lo que todos aspiramos en la vida, ¿no? Y estoy dispuesta a esforzarme para ser parte de uno, esta vez el doble.
—Es aquí — señala Midge con una gran sonrisa.
Un pequeño camino que se insinúa entre la maleza se revela ante la luz tenue de la linterna de Midge que lucha contra la espesa niebla. seguimos el camino, que se estrecha y ensancha sin razón aparente. Miramos hacia el horizonte, pero la vista es la misma: más árboles y hierba, sin luces ni algún indicio de una carretera, solo la luna llena que nos acompaña tenuemente entre las copas de los árboles.
Sigo a Midge, quien observa detenidamente cada árbol que pasamos. No tenemos un mapa ni nada por el estilo, pero no dudo de su memoria. Su actitud se muestra optimista, algo raro en ella. La pequeña linterna apenas alcanza a iluminar sus pasos, por lo que caminamos con cautela por el lodo y la hierba. Los mosquitos empiezan a revolotear a nuestro alrededor, y mi sangre dulce parece ser su principal objetivo. Las sandalias empiezan a pegarse al lodo, y lucho por zafarme. Mientras trato de seguirle el paso sin éxito, veo a Midge acuchillar sin piedad un gran roble.
—¿Estamos perdidas?
—Peor que eso, sé exactamente dónde estamos —refunfuña mientras se recoge el cabello—. ¿Ves este árbol? ¡Lo pasamos hace diez minutos!
—¿No será un roble muy parecido?
—¡No! Lo marqué —señala dos rayones en la corteza del árbol.
¿Es posible que estemos dando vueltas en círculos? No, el camino era recto, sin vueltas ni caminos adyacentes. Estábamos siguiendo una ruta fija. ¿Cómo es que volvemos al mismo lugar después de casi treinta minutos?
Midge se gira y empezamos a seguir una ruta distinta. Las plantas me pican los pies, y la paranoia de encontrarme una serpiente venenosa no me deja en paz. Mis pies empiezan a doler después de que la suela delgada de mis sandalias no amortigua el camino rocoso, empiezo a sentirme deshidrata despues de caminar sin descanso ¿que tan grande es este bosque? Midge parece más optimista desde que no hemos encontrado el mismo roble, pero el camino se vuelve húmedo y pantanoso por las gotas que empiezan a caer del cielo. Camino lentamente para no resbalar.
El ceño de Midge se encuentra más fruncido de lo normal. Sus pies se frenan de repente y casi puedo divisar una sonrisa en sus labios. Al mirar en su misma dirección, puedo notar la razón de su emoción.Lo que me hace sonreir tambien.
A la distancia diviso una luz tenue, y eso solo puede significar una cosa. Midge me toma de la mano para sacarme del pantano y caminamos en dirección a la luz. Me mantengo alerta a cualquier sonido de autos, pero solo escucho el zumbido de los mosquitos en mi oreja.La luz se vuelve mas fuerte conforme avanzamos. Cuando por fin salimos de la hierba, toda esperanza en mí se evapora.
Mi pie, que perdió su sandalia en algún momento del recorrido, se humedece en el agua del lago.