Ken.
En momentos como este, casi puedo escuchar cómo Dios se ríe de mí.
El primer día después de que deje la carta en casa de Ryan, no puede dormir de los nervios; me sentía muy ansioso. Pero a la mañana siguiente, mientras veía el puesto de madera frente a mi y juguetes a con mis dedos esperando que sonara la campana, atravesó el umbral con una mirada perdía que nunca podría olvidar, y por alguna razón me dolió el corazon, que no sabia que tenia, hasta ese momento. Cuándo me miro el mundo se vino abajo, un rostro de desagrado y tristeza que me hizo sentir como un fenómeno de circo. No se acerco a mi, ni se sentó a mi lado, ni se paso la clase haciendo bromas al respecto, se mantuvo tan distante que ni siquiera pude notar su presencian en la clase sin girar la cabeza para mirarlo. No me hubiera resultado extraño si su presencia no fuera un elemento que se había convertido en esencial para mi. Espere un momento para hablarlo, gastando la última gota de valentía que me costaría años de cobardía.
Pero ese momento no llego, y al terminar el día descubrí que solo me está ignorando. Esa fue su respuesta. Tal vez espere mucho de él ¿Qué esperaba?
Mentiría si digo que no esperaba que esa conexión que percibía entre nosotros fuera confirmada por él, pero creo que me habría conformado con una respuesta, fuera cual fuera. No iba a acosarlo por el resto de nuestros días en el instituto ni a avergonzarlo frente a sus amigos, si eso es lo que pensaba. Tampoco estaba muy seguro de mis sentimientos. En ese entonces, era imposible escapar de ellos, igual que ahora, pero por lo menos en ese entonces pude fingir que solo estaba confundido para evitar la vergüenza conmigo mismo.
Me trague mis sentimientos para no pisotear el poco orgullo que puede tener un adolescente de 14 años que nunca recibió un consejo de amor.
La gente es amable Kenneth, eso no significa que te amen, ni que les gustes, lo son por cortesía, por sentido común, pero como eso te falta un poco, crees que todo el mundo te quiere de verdad. Tengo que recordármelo cada día desde entonces, para no pasar por la misma vergüenza de nuevo y eso a funcionado con cada persona a mi alrededor, pero por algún motivo es Ryan quien siempre lo hace mas difícil, porque su presencia excesivamente cercana a mi, resulta tan molesta y tentadora que no tengo la voluntad para no confundirme una y otra vez. Pero Ryan Lee es así, con todo el mundo, él problema soy yo.
Ese resentimiento me persigue y está aquí, bajo las mantas conmigo. Me pregunto si debería reconciliarme con ese sentimiento, después de todo, tal vez nunca leyó la carta de verdad. Pero entonces no me explicaría esa actitud condescendiente todos estos años. Nunca ha sido malo conmigo, tal vez el problema es que es exactamente igual que con todos los demás, y eso, para alguien que está enamorado, puede doler mucho. Porque me hice la idea de que teníamos algo más especial que eso.
Y como siempre, se mantuvo a mi alrededor después de eso, pero nunca tuvo la valentía de responderme de frente. Me destroza. Siento que solo se está burlando de mis sentimientos. Como justo ahora, que siento más vergüenza y rencor contra mí mismo que contra cualquier otra persona.
No hay razón para hallar un culpable en un juicio sin sentido. Ryan no está obligado a quererme ni a seguir siendo mi amigo. No es culpa de nadie más que mía. Pero fue doloroso que siempre fuera tan cercanamente lejano.
A pesar de que me hice bolita en el rincón más alejado del instituto para no toparme con él, es casi imposible evitar verlo en todos lados. Una parte de mí lo odia por eso, por siempre existir tan cerca, y otra parte, lo odia por no ser mío.
Porque hay algo en él o en mí que sigue siendo un misterio, algo que hace que no estemos destinados a estar juntos. No culpo a nadie por ese hecho, pero la idea de tenerlo, un fragmento de él que no sea la risa vacía que ofrece a los demás, esa idea me atormenta cada noche. No quiero pensar en su repentina aparición, en su atrevimiento, que me hace tener una esperanza sin sentido, porque la respuesta está en esa carta que no debió recibir a estas alturas. Tal vez nunca. Pero sea lástima o burla, ya no importa.
Ya nada importa.
Pensar que me peleé con mi padre por una tontería como esa... O debería decir que me peleé con la directora. ¿Dónde estará mi padre ahora? No tuve la valentía de preguntar; tenía miedo de la respuesta. Pero el hecho de que mis recuerdos de él sean tan vagos hace que ni siquiera pueda confiar en su existencia. A veces lo extraño, o la idea que tenía de él. Incluso esa última carta, que es imposible que sea suya, aún la conservo. Al final, era mi padre.
El egocéntrico señor Carson, que se atrevió a poner a su hijo su mismo nombre, que no recuerdo que me haya enseñado alguna cosa, no recuerdo el color de su cabello, que debe ser la variación del mío, ni el olor de su perfume y que me metió en este lugar, sin importarle nada mas. Tal vez esta muy ocupado haciendo una nueva vida en la que no pertenezco.
O nunca regreso por mi, porque no hay manera de regresar.
Siento como mi estomago se comprime al pensar en ese extraño libro, pero por algún motivo no siento que carezca de sentido. La llegada e Barbie desencadeno eventos muy extraños, sin explicación. Todo de alguna manera parecía estar pensando para ella. Pensar eso resulta aun mas inquietante ¿Cuál es el destino de Barbie? que misión siniestra le espera? Si su destino es tan estúpido como estar conmigo, seria el peor chiste que he escuchado.
Seria interesante teorizarlo juntos, pero he decidido no volver a cruzar palabra con nadie mas hasta el día de mi muerte, pero imaginarlo aun es emocionante. Ahora debe disparar por primera vez en la ruleta rusa, solo que no tiene la menor idea de como jugar ni a quien hacerlo. Solo espero que no haga un tiro equivocado. Pero creo que no esta pensando siquiera en el arma en su mano, esta pensando en salvar a su familia, de algo que ni siquiera entiende, tiene la mala costumbre de pensar en los demás antes que en si misma, no ve la situación en la que esta.