-Hola, amiga.
-Hola, amor.
-¿Cómo todo estuvo?
-Bien, como siempre mira (enseñándole un dibujo arquitectónico).
-Siempre me gusta ver tus dibujos.
-Umm, gracias.
-¿Cómo todo por casa?
-Muy bien, felices de tenerte de regreso.
-Eso sí, arregle todo y ya no necesito volver nunca.
-¿Para tanto? (abriendo los ojos como platos)
-Bueno no, pero ya los extrañé y no quiero alejarme. Me hicieron falta (apoyando la cabeza sobre la de ella).
-Nosotros a ti también, no sabes como me hiciste falta en ese tiempo cuando fue muy duro.
-No hubiera sido difícil si no hubiera sido de esos malditos. De verdad no lo entiendo como un tan buen hombre pudo tener unos hijos así.
-Valeria por favor no hables en pasado.
-Si, ok olvide. Por todo lo que me contaste él es un hombre fantástico y de buenos sentimientos como y su esposa, pero esos hijos como lograron ser así, son despreciables.
-No sé, no puedo ni defenderlos ni echarles lodo no los conozco ese poco tiempo no parecían tan malos pero sus actos. Lograron remediar lo echo en la empresa muy pronto después de que me fui definitivamente, lo leí.
-Y eso confirma mi teoría son frívolos y despreciables porque solo esos logran en negocios tan rápido. Uh como odio esa clase.
Con risas - quien diría que ese sería tu opinión tu una chica de Europa que se gasta la vida sin pestañear. No pensé que tendrías esa opinión.
-Por supuesto que si, yo puedo vivir en grande y ser una hija digna de mi madre, pero eso no quita que sabemos que es lo correcto y que lo malo y nuestros sentimientos lo son. Mejor dejamos eso y dime cuando es la beneficencia.
-¿Cuál?, hay varias.
-Um, de orfanatos.
-De todos tú quieres a la más triste.
-No es la más triste, la más triste el de lo pobres que no tienen que comer los de huérfanos es la que enoja,
-Bueno, vámonos. En marcha y en camino te cuento como me destruyeron la llegada exactamente uno de esos de que hablamos despreciables que se cree que el mundo y todo en él es suyo. (Saliendo detrás de Karla de la oficina de ella)