Desesperado

-Fabio. (sentados ya un rato en el silencio en el comedor Eduardo intenta hablar con su enojado hermano) - ¿Hasta cuando piensas estar así conmigo? (Lo único que Fabio hace es agarrar un nuevo trozo de pan) 

En el comedor entra Luciana que como todos en la casa escucharon lo de ayer, depositando él la mesa un plato con fruta. 

-De verdad no sé qué decir de ustedes 2, cada día van de mal en peor, tengo miedo en verdad que será próximo. 

-No será nada porque con este yo ya no hablo. Así que no tienes de que preocuparte. 

-Fabio, no puedes hablar en serio, eso nunca va a funcionar estamos trabajando y viviendo juntos. 

-No sé por cuanto más. 

-¡Estas de broma! 

-¡Ya, ya basta estoy harta de los 2!, ¿Qué ahora y a mí me quieren matar? (Las palabras llaman atención de ambos, afectando más a Eduardo cuál ya por su hermano se encuentra triste) - Ahora escúchame los 2 su padre vivió así de largo gracias a su madre porque hasta que ustedes iban cada mañana al trabajo, yo estaba aquí viéndolo salir después de ustedes a la dirección al cementerio, a veces lo acompañe y si los interesa, no me escondió lo que le decía. - Supongo que nosotros no lo sabremos. (agrega Fabio) 

-¿Y qué es exactamente lo que quieres saber? 

-Lo que le decía, si sufría, a quien amo, ¿qué? Fabio. 

-Todo si eso va a disminuir el dolor y la culpa. (Contesta Eduardo) 

-Ah, ustedes 2. Bueno, su padre comprendió la actitud de Karla y sin duda en su madre busco consuelo. (Con una sonrisa continua) - Sabía cada palabra que ella le hubiera dicho y eso es el amor verdadero que se tuvieron. Lo poco que nosotros hablamos que Karla siempre terminaba en lo mismo: me duele, pero nadie me puede romper el corazón como lo puede hacer la mujer de mi mundo. 

-Mamá siempre fue más importante, eso lo sabemos por eso no lo entiendo porque tuvo que complicarnos con esa. 

-Y yo que pensé que lo has escuchado cuando hablaba. (le contesta Eduardo) 

-¿A qué va eso, a que te refieres? 

-Me refiero en que nos dio ese sermón, sin embargo, nosotros lo pasamos por alto. Fabio, hoy me doy cuenta de que aparentamos como que no lo amamos, no reflexionamos en como él se siente sino como nosotros veamos toda la situación... (bajando la cabeza Eduardo una vez más frente Luciana y Fabio enseña cuánta culpa siente) 

-Yo sigo sin aceptarlo (levantándose Fabio abandona la casa).

-¡No te basta! (A Karla sobresaltan las palabras y la fuerza con la que la puerta de su oficina estaba abierta para que sin aviso por ella puede entrar un sumamente enojado Fabio) 

-Perdón, señor le dije que. (detrás de él entra la recepcionista cuál pide perdón a Karla y se voltea a hablarle a Fabio siendo cortada por Karla) 

-No te preocupes, puedes irte, cuando algo quiere Fabio Olmedo eso y consigue sin importarte de quién se trata (palabras a pesar de ser dirigidas a la recepcionista las dice mirándolo a él). 

-Veo que su hermano hablo con usted. 

-A eso crees, ¿qué quieres de nosotros, no has hecho ya suficiente? 

-Yo fui dispuesta a decirle Noemia toda la situación y que los asigna a otra persona, pero su hermano no lo quiso. 

-Y tú vas y oyes ese idiota. 

-Es mi cliente que más quiere. 

-A sí es el que paga y mira esto soy yo quien maneja el dinero. (sin duda haciéndose el muy importante) 

-Señor, ¿qué es lo que quiere?, si es problema de dinero le informo que él no va directo a mí. 

-Ahora te viniste a hablarme de usted, cuando viviste en mi casa eso no se te ocurrió. 

-Ha dicho solo cuando viviste el pasado y no que en ese tiempo lo conocí ninguno de los 2 no hablar que años hacen lo suyo. (Dirigiendo la mirada por todo el cuerpo de Fabio) - Obvio para algunos para peor.

-No te quiero ver. Menos saber qué tengo algo contigo (acercándose le). 

-No te preocupes por lo que me dijo tu hermano no te interesa estar presente en la construcción y después de eso a mí también me hará un gran gusto ya no ver ni oír de ustedes. 

-Asesina. (la palabra le dice pocos centímetros de distancia de su cara) 

-¿Puedo saber qué sucede aquí, estás bien Karla? (En la oficina entra Noemia alertada por la recepcionista y por los gritos que se oyen) 

-Si, no te preocupes Noemia, déjame terminar esto y te lo explico. 

-Seguirás mintiendo, que otro no sabes. 

-Señor Olmedo, si no tiene ninguna pregunta o algo que decir que no sean insultos diga o le pediré que se retire. (responde Karla viendo cómo sin voz Noemia repita el apellido) 

Riendo - Yo a ti nunca tuve nada que decir (y con esas palabras abandona la oficina dejando a las 2). 

Después de explicar a Noemia su pasado con los Olmedo, Karla manda mensaje a Eduardo. 

Karla: Ya tuve placer de ver que le ha dicho a su hermano... Ahora le esperan consecuencias..., Noemia no pudo no enterarse.

Eduardo: Sí. Entonces no fui único en el que se descargó. ¿Qué pasó con su jefa, espero que no te perjudicó? Dejándolo ha visto.