El olvidar a veces es la única salida de la locura.
Tratar de olvidar es engañarse a uno mismo porque sin querer se olvida. Lo que no se puede es olvidar queriendo. Porque lo que es para uno no se desvía ni queriendo.
-Oooo, mira quién se levantó (sentado en la silla del comedor y desayunando Fabio saluda a su hermano quién con el dedo en la boca le dice que calla llevándose la otra en la cabeza y haciendo una mueca de dolor). - Eso tienes por pasarte el fin de semana entero bebiendo.
-Lo hice por buena causa.
-¿Y cuál es esa?
-Ninguna, porque no dio frutos.
-A, sí. (dice extrañado Fabio, a lo que Eduardo solo asiente)
-Buenos días, mis reinas. (dice alegremente Marin entrando en el comedor a su esposa e hija, llevando por los hombros a Karla)
-Buenas, papá.
-Saluda Karla.
-Hola (sentándose en la silla que le saco su padre).
-Qué te sean buenas, amor. (le dice mamá)
-Karla hoy va a regresar al trabajo y después la llevó al shopping. (tratándola como una niña Marin le dice a las 3)
Viendo la cara de Karla, Valeria dice - ¿No sería más conveniente llevarla a un psiquiatra?
-¡Valeria! (Le reprende mamá)
-¿Qué, mírale la cara? (Apuntando con la mano hacia ella)
-Estoy bien. Y no necesito de ningún psiquiatra ni de compras, lo que lamente, lamente. El pasado no puedo cambiar y como dijo Valeria no vale lamentarse por eso y ellos, debo seguir y lo haré como siempre lo hago. En fin soy conocida por mis fracasos y errores y con ustedes a mi lado lo sobrellevaré mejor.
-Así se habla mi niña. (dice Marin, mientras Malú levanta el puño en su dirección como apoyo)
Eduardo deja las llaves sobre la mesa para Fabio quien bebiendo el café al escuchar el sonido, baja la taza y levanta la ceja - ¿De qué son estás llaves?
-De la casa del lago, está terminada.
-¿Fuiste? (La pregunta que hace que bruscamente Eduardo levanta la cabeza)
-Sí.
-¿No me esperaste, hombre?
-El que tuvo que ir a hacer el tour con Karla fuiste tú no yo, pero tuviste que salirte que la ciudad.
-Bueno entonces tú me la harás.
-¿Qué? ¿Yo haré que?
-Enséñame la casa. Bebe agua Eduardo, que la necesitas. (dándole un baso lleno)
-Karla has venido.
-Sí, espero que no hizo falta mi presencia en este tiempo.
-Ay no para nada no te preocupes. Cuando me enteré de que has entregado la casa a los Olmedo me quedó claro que es la razón de tu alejamiento.
-Si, perdón Noemia por no haberte avisado, es que solo necesitaba alejarme un poco.
-Ya por supuesto, no te preocupes. En tu lugar yo no sé si aguantaría ni un día. (Karla solo le sonríe y baja cabeza haciendo el esfuerzo de no recordar toda la historia)
-Si y eso es todo señores, nos da gusto que han venido, esperamos que seguiremos haciendo negocios como hasta ahora. (dice Fabio y junto con Eduardo despide las personas)
Al quedar solos, Fabio dice - Todo salió bien ¿no? (En respuesta Fabio mira como Eduardo se está tomando otro efervescente)
-Con esta cruda, fue y perfecto.
-Eduardo, ¿hasta cuando piensas seguir así?
-Se terminó, cabeza se me parta en 2 y sigo recordando.
-Eso me da gusto, porque lo último que quiero es que tener que jugar de tu niñera.
-Ya no lo necesitas hacer y yo tampoco quiero que seas mi niñero.
-Muy bien. (apretando el botón, hace la pregunta a su secretaria) - ¿Qué más nos espera hoy?
-Nada señor, ha dicho que quiere que le despejó todo para poder tener el tiempo si alguien quiere hablar después de la junta a y por su hermano, señor. (le contesta la secretaría a lo que Eduardo levanta la cabeza en dirección a su traicionero hermano)
-¿Qué? No me mires de esa manera, si no sabía en qué estado estarás hoy.
-¿Y en qué estado te parezco?
-En lo suficiente bien para irnos a ver la casa, ya pensé en el nombre (no puede proseguir por la pregunta de Eduardo).
-Espera ¿Qué casa?
-¿Como que, que casa?, la única que construimos, la del lago. ¿Qué te parece si la llamamos por mamá? (Eduardo no responde porque se quedó reflexionando) - Oye, responde ¿no? ¿Qué no te gusta la idea o que?
-¿Cuál idea?
-Por Dios, ¿Dónde te fuiste? Te pregunté ¿si te gustaría que la casa no llamamos casa del lago sino por el nombre de mama?
La idea lo horroriza - No sé, ¿De verdad te parece una buena idea?
-Si, ¿por qué no? (Eduardo solo se encoge de hombros y abandona la sala para no responder)