El tiempo que se disfruta es el verdadero tiempo vivido.
Jorge Bucay
Llegando frente al restaurante, Valeria ve a Fabio en la entrada. Caminando hacia él con sonrisa, mira al restaurante que se ve como una casa por su exterior de piedras y techo.
-Hola (emocionada lo salida Valeria).
-Buenas, señorita. Vamos. (ofreciéndole su brazo, que ella acepta y asintiendo se encaminan a entrar)
De adentro como de afuera no esconden ladrillos, una planta diáfana y con luces tenues que no restan visibilidad.
Fabio saca una silla para que ella se siente en la mesa de madera - Caballero, gracias. (mientras ocupa el lado opuesto)
-¿Por favor, podemos esta noche no del pasado? Un nuevo comienzo.
-¿Me pregunto qué haces de día, qué quieres olvidar de noche? (Pregunta Valeria con poco de interés)
-Nada más quiero que nos comportamos como que a penas nos conocimos.
-Okay, entonces tengo una pregunta para ti. ¿Por qué me mandabas esas flores, chocolates, cartas, figuritas?
Al abrir la boca para contestar - Buenas (salvándolo, les saluda el mesero entregándoles el menú).
-¿Qué está vez no has pedido por adelantado?
-Ese error ya no voy a hacer y te dije de qué no quiero recuerdos (sonando un poco enojado).
-Está bien. (extrañada Valeria rueda los ojos)
-¿Has decidido? (Pregunta Fabio dejando su menú sobre la mesa)
-Si, únicamente no sé ¿si has pensado ordenar la botella o solamente la copa?
-Supongo que la copa será suficiente en fin tengo que manejar a casa.
-Bien, entonces estoy lista. (asintiendo con la cabeza, Fabio levanta la mano para llamar al mesero sin separar los ojos de Valeria)
-¿Entonces? (Entre el silencio y la incomodidad)
-¿Qué? (Pregunta Valeria)
-Habla.
-¿De qué? Eres tú él que no contesto a mi pregunta.
-Porque no tengo una respuesta, solo lo hice. Lo quise y lo hice.
-Bueno, ¿y de dónde has sacado esas frases?
-No te digo. (guiñándole un ojo y bebiendo poco del vino)
-Ah, ahí viene (dice Valeria al ver el mesero viniendo a su mesa) - Gracias.
-Gracias (dice al mesero cuando deposita el plato).
-Umm, rico. (probando la comida dice Fabio)
-¿Um, has alguna vez probado vez tortilla de patatas?
-No. ¿Cómo se te ocurrió eso?
-Exactamente por eso te y pregunta. Como ya sabes yo viví por Europa así que comí mucho de todo, es una receta muy simple y buena, por eso.
-¿Y entonces cuál es tu compra favorita?
-¿De qué, categoría, país...?
-Favorita, de lo que sea.
-Gnocchi. ¿Tuya?
-Toda que hace Luciana.
-Farsante. (lo acusa Valeria)
-¿Qué? (Ahora riendo los 2)
-Dijiste favorita, no favoritas.
-No tengo. (por sentir que juega con ella, Valeria le pone cara de enojo. Razón por la cual él le dice) - De verdad.
-Escoge (cruzando las manos y apoyándose al respaldo de la silla).
-Si soy yo quien cocina lo más fácil, así que escojo fuente con una mezcla de quesos, salami, aceitunas y uvas. Lo más difícil que probé fue una pizza.
-¿Y como salió?
-Primera vez mal, después Eduardo nos llevó a una clase, todavía no probé. Luciana nos cocina desde niños, como resultado, de lo que ella cocina (agarrando el labio entre dientes), - mi favorito es pescado en papel de aluminio.
Al tiempo de ordenar siguiente, en presencia del mesero.
-Dolce Vita. (ambos dicen a unión, sorprendidos voltean la cabeza del mesero para mirar el otro y rompen a risas)
Saliendo del restaurante ambos con una sonrisa que brilla hasta los ojos.
-Buenos, eso fue eso. Gracias por todo y ya no necesitas mandarme más detalles.
-¿Por qué, no te gustan?
-Si, me gustan, pero ya no tengo donde con ellos ni como explicarlos, más que no son necesarios. (para dirigirse a otro camino del de Fabio)
-¿No has venido en coche?
-No manejo. (Parada en la mitad del camino, prosigue explicarse) - Sé manejar, no obstante siempre me mueve en transportes públicos, fue más fácil por los lugares donde vivir y a veces eran muy cerca de la escuela.
-Te llevo o a menos acercó.
-Aquí estamos, gracias. Una vez más (ladeando la cabeza).
-Sabes que no necesitas agradecerme. Tantas veces sí alguien debería hacerlo soy yo y eso más pedir perdón que agradecer. Hice y admito sigo haciendo muchas estupideces...
-Me da gusto que lo aceptas.
Al dejar escapar una risita, con la mirada en el volante y la mano sobre el, Fabio sigue - Sin embargo, no me puedo reconciliar. Y te agradezco que has aceptado está remedición del primer fallo.
-De nada, hasta estuvo divertido. No es mi tipo de diversión, pero lo pasé bien.
-Gracias (con poco de sarcasmo en la voz). - Para la próxima sabré que te tengo que sacar en un club.
Riendo, Valeria le contesta - ¡No!, Eso no es mi manera de diversión.
-¡Aaa! No te vi que lo pasabas mal.
Encogiendo de hombros - Pruebo sacar lo bueno de cada situación.
-Está bien, entonces tú escoges la próxima.
-¿A, y habrá próxima? Yo no recuerdo haber aceptado.
-Veremos.
Al'acercarse para saludarse terminan besándose.