Destino (familia O-R)

Rendido

Entre las flores te fuiste. Entre las flores me quedo.

Miguel Hernández

Cada día a tiempo de cerrar, Fabio estaba ahí, dispuesto a todo por llevarla a casa y con una flor en el asiento. 

Al llegar cansado a casa se encontró con Luciana. 

Mientras él suspiraba y se dejaba caer en el sofá, Luciana lo pregunto - ¿Otra vez detrás de esa chica? Cada día vienes más tarde y cansado por eso. 

-Lu, no reproches.

-Nada más digo cómo es. Esa chica no te quiere y tú sigues ahí, molando a los 2. 

-No es así, Luciana. 

 ¿Entonces, cómo es? Yo no veo otro lado de esta historia/ moneda. Permíteme darte un decirte algo. Si debes luchar por encontrar un espacio en la vida de alguien, entonces ese lugar probablemente no sea el correcto para ti. (Ella se va y lo deja ahí pensando en lo que le dijo con la mirada al techo) 

Mientras se está abotonando la camisa, Fabio no deja de mirarse en el espejo, sus ojeras, su mente que no deja de reflexionar sobre las palabras de Luciana. 

-¿Oye, estás listo? Tenemos la reunión en media hora (le recuerda Eduardo, desde la puerta de su habitación). 

-Voy (le dice, mientras va hasta la cama, agarra el saco, para seguir a la salida). 

 

 

A la noche, viene por Valeria con una decisión. Ya 1 semana que Valeria no pone resistencia a ir con él. Sin decir nada entra en el coche, toma la rosa en la mano y se pone el seguro, llevando otra vez el trayecto en completo silencio. Qué se interrumpe solo cuando llegan frente su casa. 

-Gracias, buenas noches (le dice Valeria, agarrando el pica puerta). 

-¿Valeria? ¿Me regalas unos minutos, quiero decirte algo? (su tono de voz es tan apagado, qué preocupado a Valeria) 

-Sii. (yéndose de preocupación) 

-¿Has cambiado de opinión, han cambiado algo esos días? 

La pregunta de Fabio la tomo por sorpresa, por lo que Valeria habla con choque - Hm (medio limpiando la voz, medio pensando). - ¿De dónde ahora salió esto? 

-Valeria, ya me estoy cansando. ¿Eso no lleva a ningún lado que no? (Suspirando la informa) 

-Valeria no puede hablar, las declaraciones de Fabio la tienen tan sorprendida que se siente que la llevó a otro planeta.

-Algo, cualquier cosa Valeria, será suficiente de que me quedara. (probando que ella reaccione y lo mire porque su cabeza se encuentra abajo cubriendo en ese modo su mirada con el cabello) 

-Desde de un rato de espera, Fabio le levanta la barbilla, diciendo - Oye, mírame. ¿Algo? (Mirándola fijamente en los ojos, buscando ahí su respuesta cuando no pude recibirla de la boca) - Está bien. (rindiéndose a su silencio) 

-Nos estaremos viendo (la despide, incorporándose para volver al volante). 

-Fabio... (afectada por verlo herido y no poder decirle lo que necesita) 

-No. No necesitas decir nada, todo quedó claro (evitando mirarla con el puño frente la boca para poder controlar el dolor que le produjo). - Mi último acto de caballerosidad (para terminar con esto cuanto antes, sale de coche para abrirle la puerta). - Sal. 

-Fabio... (Saliendo del coche) 

-Tu tiempo de hablar se acabó. Ahora sí me permites, quiero irme a casa. (Dándole intuir que le estorba para cerrar la puerta) 

Valeria mira con lágrimas en los ojos, el enojo de Fabio quien sé monta a su coche y arranca, ignorando su saludo - Adiós. 

 

 

 

Han pasado unos días, en las que Valeria por fin comenzó a respirar con tranquilidad. Apoyada sobre caja registradora; en la tienda, pérdida en sus pensamientos. Más bien en uno, Valeria se siente muy lejos de la realidad. 

-"Un día me vas a extrañar y cuando ese día llega yo ya no te extrañaré." (su mente no deja de recordar las palabras de Fabio y la inquietan) 

-Valeria, juju (agitando la mano ante sus ojos y chasqueando los dedos, Malú llama su atención). - ¿Me oyes? 

-Si, si (Volviendo en la realidad). 

-¿Qué te pasa, estás bien? (Poniéndole preocupada la mano en el brazo) 

-Si, todo bien (esbozando una forzada sonrisa). - ¿Qué tenemos que hacer? 

-¿Puede ser buscar alguien que te ayude? Si quieres dedicarte a la tienda bien, pero menos a medio tiempo.

-Sí, tienes razón. Ya lo estaba pensando. Ahora que la tienda tiene buenos ingresos, me lo puedo permitir, también me parece que debería dedicar un poco más del tiempo a buscar nuevas ideas. (su madre asiente con la cabeza para darle a entender que está de acuerdo con todo lo que dijo) 

 

 

 

Karla está viendo a Valeria caminar en círculos - ¿Qué haces? (Confundida, la pregunta) 

-Estoy aburrida. 

-¿Por qué has venido, ni siguiera entiendo? 

-Hola, ustedes 2 (saluda, Eduardo al bajar pasando de alegría a confusión). 

-Hola, amor (lo saluda Karla con el beso). - Valeria, aquí quiso acompañarme (enseñándola con la mano). 

-Hola. (lo saluda Valeria mientras la confusión no deja a Eduardo) - ¿Van a ver lo de cuarto para bebé o no? (Queriendo cambiar el ambiente que le parece incómodo y tenso) 

-Sí. (Contesta Karla. Tocando el antebrazo de Eduardo, le dice) - Mira, pensé que primero miramos estos catálogos para tener una imagen de lo que queremos (enseñándose los mientras él se sienta a su lado y Valeria acerca). 

-Esto va a ser muy difícil (Karla solo repaso el primer catálogo cuando Eduardo concluye). 

-Sí, va a ser difícil (con la sonrisa Karla le da la razón, abriendo otro catálogo).

-Entonces bien que mamá y papá se lo han quitado de encima (dice Valeria, muy relajada) 

Ambos mirándola, Karla le dice - Sí. Pero ese es el cuarto de su casa. Nosotros miramos la de nuestra. 

-¿La suya? (sorprendida repite Valeria) 

-Si, Val. (riendo le confirma Karla mientras detrás de ella Eduardo esconde su sonrisa por la reacción de Valeria, acariciando le el hombro con la nariz) 




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