Ataque

Un corazón salvaje, es aquel que lucha por sus sueños, es aquel que no le da la espalda al amor. Si amas de verdad nunca le des la espalda al amor.

Girando en la silla giratoria, Tea busca en la red a Karla y Valeria. Sobre Karla no tiene mucho éxito y encuentro lo básico; su fecha de nacimiento, su lugar de trabajo, pocas fotos. En cambio, sobre Valeria descubre mucho más; las redes sociales llenas de fotos; suyas, en compañía, de viajes y sobre su tienda, más que los éxitos en su tiempo de educación, las básicas informaciones y la creatividad que sobresale en sus publicaciones. Haciéndola confabular el plan.

Valeria levanta la cabeza al oír la puerta de la tienda. Frente ella se encuentra Tea, por lo que no es capas de sonreír, volteándose hacia su ayudante, le dice, tocándole el hombro.

-Puedes irte, yo me encargo. (Recibiendo de la chica asentimiento antes de que se vaya hacia el punto de guardarropa y bodega) - ¿Cómo le puedo ayudar? (Pregunta Valeria, sonriendo forzadamente) 

-Alejándose de mi hermano. 

-Yo a tu hermano no me quise ni acercar, fue él quien no se daba por vencido. Y ya no es posible. 

-Siempre todo es posible y para comprobártelo yo haré lo que sea para que llegue a eso. 

-Buena suerte, probándolo. Chao (la despide con la mano también dejándole claro que la conversación se terminó, por lo que comenzó a ignorarla). 

El siguiente acto de Tea tampoco tuvo éxito. Furiosa abandonado la planta de la arquitectura donde trabaja Karla, en la cabeza repasa la conversación que mantuvo con la dueña, Noemia Canceras. 

-Buenos días. (Saludo educadamente al entrar en la oficina, aceptando la mano extendida de Noemia) 

-Buenos días, ¿En qué le puedo ayudar? 

-Quiero hablarle sobre su empleada.

-¿Mi empleada? (Pregunta Noemia con la arrugada frente) 

-Si, sobre Karla Rana.

-¿Sobre Karla? ¿De qué se trata, se puso mal? (Preguntó Noemia, adueñada por la preocupación, asalta de la silla) 

-No. Es peor. (la respuesta la tranquiliza, ma despierta su interés y confusión) - Es una trepadora, una mala mujer que engatusó a mi hermano y a mi padre al que llevo a la muerte. 

-Perdón, pero no comprendo. 

-No tiene nada que comprender, solo créeme. Es una maldad y le garantizo que hará lo mismo en su compañía. Si no me cree mire en sus datos que mi hermano fue su cliente. 

-Uuumm, perdón... no recuerdo su nombre. (llevada todavía por la condición) 

-Tea. Tea Olmedo. 

-¡Ah!, Olmedo. 

-¿Conoce a mi familia? (En la voz de Tea como que se oye un rasgo de alegría) 

-Si tuve la oportunidad de conocer a ambos de sus hermanos.

-Entonces entiende de que le estoy hablando.

-En realidad no. Su hermano vino haciendo algo parecido que usted ahora, nada más que su impulso no vino hacia mí, sino yo a él, en la oficina de señorita Rana. (Después de un exhaló de aire, Noemia prosigue) - Karla es una empleada ejemplar y muy buena en lo que hace, supongo que tuvo oportunidad sola de comprobarlo, por el hecho que diseño una casa para su familia. Profesionalmente, no tengo nada en su contra y, por lo tanto, su vida personal no me incumbe, hasta que no afecta el trabajo y mi negocio. Por lo que le pido señorita Olmedo que sus cosas personales no las entromete con el laboral, que no conozco a muchas mujeres que serían dispuestas trabajar todo su embarazo sin que le es necesario. (Noemia impulsa el botón del teléfono que traje a su secretaria a la oficina) - Señorita se va, puedes acompañarla. (Dejando a Tea con la boca abierta) 

Ya mucho que Tea enseño controlar sus reacciones y comportamientos, sin embargo, ese le sorprendió al tal grado que todo a lo que trabajo años por un momento desapareció, no obstante se recuperó pronto y abandono dignamente la oficina.

-Hey, ¿Cómo te va? (Con el cariño en su voz, Noemia pasa a la oficina de Karla) 

-Bien, me conoces. Como siempre trabajando, si no busco nuevas ideas. 

-Me da gusto. ¿Dime todo bien? 

-¿Con qué? (Pregunta Karla, arrugando el ceño) 

-¿No lo sé? (Encogiéndose de hombros) - ¿En familia, con el padre del bebé? 

-Por qué no mi dices claramente, ¿qué pasa? (Percibiendo que insinuó algo, le dice Karla, dejando de hacer lo que hace para enfocarse en ella) 

-Me vino a ver Tea Olmedo, ¿supongo que sabes quien es? 

-Y por qué vino también (exhalando el aire, confirma Karla). - Perdón, de verdad. Me imagino que no fue una visita agradable.

-No fue nada, sabes que sé defenderme, no estaría donde estoy si no sabía. Y es mejor que molesta a mí que a ti, que estás embarazada. 

-De todos modos, no es correcto. A penas vino y anuncio que lo hizo para hacer nos la vida imposible. 

-Y viene con todo, si dices que hace poco llegó. 

-Si (afirma con desgana). 

-No te preocupes, que la mandé de paseo y le dije lo que le va. 

-¿Ha venido Fabio, Luciana? (Pregunta Tea, mordiendo la manzana) 

-Sí, hace un minuto, se fue al estudio. 

-Muy bien, voy a estar en mi habitación. 

Antes de entrar en su habitación, con la mano sobre picapuertas, Fabio oye el llanto en el cuarto de a lado. Ni poder sucumbir la curiosidad, llama a la puerta sin recibir respuesta, por lo que abrió, siguiendo oyendo el llanto. Lo que encuentra al adentrarse en el cuarto lo deja bastante sorprendido. 

-¿Tea? ¿Por qué lloras, que pasa? (Su pregunta de sorpresa pasa al efecto por lo que comienza acaricias su espalda) 

-Es una estupidez (contesta levantando la cabeza). - Me golpearon los recuerdos. (Desviando la mirada hacia un álbum de fotos, a la que sigue Fabio) 

-Eyy, todo está bien. A todos nos gana a veces la nostalgia, por mi cuenta es ir al cementerio o encerrarme a la casa de lago. Debes ir, que veas que altar hizo Karla para papás te quedarás... (Tu tono de consuelo cambia por felicidad al nombrar lo que hizo Karla, haciendo que la mirada de Tea se convierte en sombría y dura. Aclarándose la garganta, al ver como lo mira, Fabio sigue con voz sería) - Bueno, hizo un gran trabajo, no se puede negar.