Como hacerle entender a este tonto corazón que tú ya no estás, que fuiste un sueño nada más.
En próximos días, cada 1 decidió cómo afrontar el nuevo periodo. Valeria se siente más ligera y con menos trabajo desde que contrató a Jenny, por lo que hay noches en las que sale con sus amigos. Karla continuo yendo a trabajar, apenas de la contradicción de sus padres. El único contacto que mantiene con Eduardo es por mensaje.
Karla: Aquí tienes latidos. Todo está bien.
Eduardo: ¿Hasta cuando vamos así?
Karla: Ya te dije, quiero estar tranquila. Menos hasta el parto, quiero que todo salga bien.
Eduardo: Está bien. Como si tengo opción.
Karla: Nuestras conversaciones desde ahora se limita a eso; bebé. Más que un ¿Cómo estás? No quiero saber nada.
Eduardo soplando, baja el celular, consiente del difícil tiempo que lo espera.
-¿Cómo va? (Pregunta Fabio, sentándose a su lado)
-Karla. Me puso límites a contacto que podemos tener.
-¿La has preguntado sobre ya sabes?
-No, ni pienso (frunce el ceño). - Como sea apenas me habla, ahora dice que más de bebé y preocuparnos por la salud del otro no hablaremos.
-¿Tan enojada está?
-Después de que Tea la dejo ahí sola con dolores, ¿Tú qué crees, como te pondrías tú?
-Hola. (Fabio no llega a contestar por el saludo de recién llegadas)
-Hola, Zita. (Devuelve Eduardo el saludo)
-Ustedes de compras.
-¿Qué no sé ve? (Pregunta, siempre sonriendo Zita)
-No lo sé, Tea no me parece tipo de shopping.
-¿Por qué no? (Pregunta Zita)
-Puede ser por su cambio, no sé.
-E Zita, mañana nos vamos a ver una casa de lago que tenemos, nueva. ¿Quieres venir?
-No lo sé. (Dice, rastreando las palabras mientras mira los 3) - Supongo que es tiempo de familia, ¿no estaría molestando?
-Qué molestia, por favor, nos daría gusto ¿Qué no chicos? (Quita la importancia Tea, para después buscar apoyo)
-Si, si.
-Ni nos molestará.
-¿Cómo está, mi hermano? (Pregunta, en voz dulce Tea)
-Bien, ahí va. (Responde Fabio)
-No te preocupes, será mejor. (Palmándole el hombro) - Sabes había pensado que podemos irnos los 3, un fin de semana.
-¿A dónde?
-No sé, por ahí. Para pasar tiempo juntos.
-Eduardo no lo aceptaría.
-Lo convencerás, le te obedece siempre.
-Está vez no creo, quiere ser lo más cerca posible de Karla.
-Ah (exhala) -, otra vez ella.
-No se trata de ella, sino de bebé.
-Si tanto les importa ese bebé lo tomaremos.
-Tea, tú no te oyes, ¿qué no? (Acercando la mano a la oreja)
-¿Qué?
-Estás hablando de arrebatar un bebé, un hijo a su madre.
-¿Y qué? Ella como sea no es una buena persona, menos será madre.
Acariciando su mejilla - Me ayudarás que no para qué lo pasamos juntos. (En respuesta, Fabio ladra la cabeza)
-Hola.
-Hola, ¿Qué haces?
-Nada, aquí. Estoy viendo la foto del ultrasonido.
-¿Te falta?
-Si.
-¿No consideras que ya es tiempo de dejarlo pasar, de continuar vivir? Probaron, no iba, yo pienso que deberían buscarse otro camino y no forzar, lo que ya sabes que no va. (Manipulado por Tea, Fabio hace sus intentos sobre Eduardo)
-Es más fácil que decir. ¿No te vino a la mente que probé, que estaba haciendo por todos los meses desde que me di cuenta lo que siento? ¿Tú has podido olvidar a Valeria? (Fabio baja la cabeza, sin responder)
Volviendo a lo que le dijo Tea, Fabio lo manipula - ¿Y Zita? Cuanto yo recuerdo, te fue difícil dejarla ir. Ahora está aquí, de nuevo.
-Zita, no sé.
-¿Por qué no pruebas? En fin, si no va, será comida de viejos amigos.
-¿Estás escribiendo a Eduardo? (Pregunta Valeria asomando la cabeza hacia su celular)
-Sí. Le estoy diciendo de bebé. Mañana le voy a mandar las fotos del cuarto que mamá y papá hicieron.
-¿Lo has dejado, ya no vas a luchar por él?
-Si lo voy a hacer.
-¿Sentada aquí?
-¿Me estás proponiendo arriesgar mi bebé?
-¡Ni loca!, yo quiero ni sobri (posando la mano en su vientre).
-Entonces todo está en pausa, hasta que no la/ lo tenemos en nuestros brazos.
Riendo, Valeria dice - Malvada. (Negando con la cabeza) - Nunca nos vas a decir, ¿Qué no?
-¿Qué? (Haciendo sé inocente) - Anda, falta solo un poco, todavía. (Valeria le da un golpe a su broma)
-Sí. Como le estaba diciendo. Esta aria estaría terminada en unos 2 meses, si no tenemos problemas. (Karla le explica a su cliente sobre el plano de construcción, al levantar la cabeza de la mesa ve a Eduardo entrar)
Eduardo en el restaurante entra acompañado por Zita, no puede evitar fijarse en su presencia.
A ambos el encuentro afecta, que a penas prestan la atención a los que tienen enfrente. Los ojos se llenan de lágrimas, la garganta de dolor y el corazón de miedo a recaer sobre la decisión.
-¿Eduardo, me estás oyendo? (Pregunta Zita viéndolo con la mirada fija a lo lejos)
-Si, perdón. Es que ahí está mi pequeño corazón.
-¿Tú que? (Con confusión, Zita se burla de lo cursi de su respuesta. Pregunta entre risa con frente arrugada)
-Mi bebé. Ya te hablé de ello, que seré padre.
-A, sí. ¿Dónde está? (Pregunta, interesada Zita, volviéndose, para fijar la vista en Karla donde le enseña Eduardo) - ¡Aaaa!, linda.
-Si (sonriendo, todavía con la mirada sobre ella, contesta Eduardo).
En la mesa con unos amigos, Valeria festeja el cumpleaños de 1 integrante, mientras el club arde de música y gente que no deja de bailar y beber.
Fabio en la barra del club prueba apagar las voces, pero el alcohol y la música no ayudan no dejarse llevar por la influencia de Tea.