Y un día te das cuenta que no hay más camino que el que dicta el corazón.
-Qué bueno que te alejaste de esa mala. Ayer vi a Karla muy bien acompañada por un hombre (Tea dice, mientras comen).
Al escucharla, Eduardo para en medio de masticar, paralizado por unos segundos, baja hasta el final el tendedero al plato, la mira a los ojos y al tragar lo que le quedó en la boca, dice - ¿Qué? (Bastante sorprendido porque la nombra)
La expresión de Fabio es de un observador silencioso, su vista es clavada en Eduardo y va a Tea, cuando ella comienza a hablar - Mientras tú estás aquí, ella está buscando nuevas víctimas, exactamente como te lo digo.
-¿Dónde la viste?
-Poco sorprendida por su curiosidad, Tea continua - Estaban en una tienda y parecían muy contentos y unidos.
-¿El hombre era mayor?
-No, joven.
-¿Y como era?
-Eso no te lo puedo decir, porque los vi desde la calle y no vi muy bien a dentro.
-¿Entonces la viste ayer, con un joven, en una tienda de calle?
-Si, no comprendo por qué te sorprende tanto, ya sabes cómo es. De mí no puedes dudar.
-Deja de mentir, ¿Quieres? (Explota Eduardo, dejando la servilleta en la mesa)
Sorprendida Tea, se queda muda por su enojo y abre los ojos a su acusación - No te miento, no tengo por qué.
-¿Me dejarás para que pueda comer o acabarás con mi apetito por completo?
-No puedes estar defendiéndola y en contra mi, que todo lo que hago lo hago por su bien (mirando a ambos hermanos).
-No quiero hablar del tema, ¿está bien?, déjame comer.
-No, no está. Soy tu hermana y tu lealtad y confianza deben ser para mí, no para una oportunista que no hizo nada más que una división en esta familia.
-Ya basta (dice, levantándose). - Si pretendes mentir ni no me hables. (Enojado Eduardo, abandona la mesa y sube a las escaleras)
-Y yo que pensé que nos hemos acercado en este tiempo (expresa con tristeza Tea).
-Hablaré con él. (Dice Fabio, levantándose, al verla afectada)
Entrando un poco después de él, Fabio le dice - No debiste ser tan duro, sabes que solo nos quiere bien.
-Mintiendo. (afirma Eduardo, ladeando la cabeza)
-¿Cómo sabes que miente?
Llevado por su tranquilidad, Eduardo le confiesa - Porque si ayer la vio, no estaría así de tranquila platicándomelo.
-¿Y eso porque?
-Porque ayer estábamos comprando en el centro comercial, por lo tanto, en la calle no la pudo ver.
-Estábamos, ¿estás con ella?
-Sí. Hemos preparado todo por el hospital.
-¿Y por qué no me lo dijiste? No sabía que han vuelvo a verse.
-Y como pretendes que lo haga, cuando nunca estas. Desde que tú y Valeria han cambiado, hablamos poco.
Al oír que los nombra, Fabio se puso nervioso, preguntando - ¿Qué tenemos que ver Valeria y yo (al tragar grueso, por miedo de ser descubierto) - 1 con el otro?
Percatándose de su comportamiento, Eduardo la pasa por alto, al contestar - Nada, que ambos cambiaron. Karla me dijo de ella y yo sé dé ti. Fue solo un decir (encogiendo los hombros).
-Aa. Okay. ¿Me platicas ahora? (Aliviado, pregunta)
-No hay mucho que decir, comenzamos con los mensajes de siempre y terminó llamándome a último chequeo y desde entonces nos vemos. No es tan seguido como yo quisiera, pero es mejor que nada.
-Desde luego.
-Me prometí ese día cuando la dejé en casa que no voy a dejar que se lleve por el miedo a Tea y voy a cumplir. A escondidas, si es necesario, estaré. (Fabio que comprende su determinación, asiente y le pone la mano en el hombro con un golpe)
Fabio: Habla con tu hermana, que te sorprenderás.
-Valeria entra en la habitación de Karla, después del tocar permiso, encontrándola haciendo maleta, junto a Malú.
-¿Qué hacen? (Pregunta, levantando la ceja) - ¿Dónde vas?
-Estamos preparando las cosas para el hospital, para que no sea todo en el último momento. (Le dice mamá, dedicándole la mirada a Karla sobre el 'último momento')
Mirando la lista, ignorando la madre, Karla enumera - Tenemos el cepillo de dientes y del cabello, toallas.
-Si, te puse y enjuague bucal por si no te sientes con fuerzas.
-Bien (dice, enfocada en la lista, cruzando). - De ropa tenemos...
-Camisón, la nueva ropa interior que compramos. (Dice Malú)
-Bien, ¿Hay algo más que necesitamos? (Pregunta Karla, mirando a ambas)
Valeria para darles a entender que no sabe, se encoge de hombros, agregando - Porque no checas una de las listas del viaje, puede que se te ocurra.
-Buena idea (contesta Karla, enseñándola con la pluma).
-Desodorante, espejo.
-¿Quieres algo de maquillaje?
-No, no creo que la necesitaré. Como sea seremos solo nosotros.
-Sí.
-Entonces eso terminamos, podemos cerrarla.
-Todavía debemos preparar la de bebé. (Dice la madre)
-A no, esa ya la hice. (Mirando la lista, informa Karla)
-¿Como, cuando? Todas las compras están en la habitación, no tomaste nada. (Sorprendida pregunta y dice Malú)
Valeria que se pasó mirándolas y escuchado, como y Malú no deja de mirarla, esperando que contesta, ocurriéndole antes - La preparo con la ropa verdadera, ¿Qué no? De color.
-¿Y la sorpresa? (a Malu le sale la voz lastimosa cuando pregunta)
-¿Dónde está la maleta? Cuando ya ha hecho perder la sorpresa tenemos derecho de saber que tendremos.
-No está aquí, así que no la busquen.
-¿Y dónde la tienes?
-Preparada para el hospital.
-Con Eduardo, lejos de los curiosos. (Delata, segura Valeria, recordando el mensaje)
-¿Es cierto? (Pregunta Malú a Karla, que guarda silencio, por lo que levantando la voz, enojada, vuelve a preguntar) - Karla, responde, te pregunte algo.
-Si (en débil voz, responde Karla). - La ropita, primeros pañales, juguetito y lo demás en su debido color, está en el maletero, preparado (informa Karla, levantando la cabeza).