Lágrimas de angustia rodaron por sus mejillas, de Serena saber que su hija se iba a Italia.
— Mamá no llores, solo son unos meses, volveré de nuevo a casa.
— Es que no sé por qué SeoJoon te dejo en cargada de la empresa que tiene en Italia.
— Por qué papá confía en mi mamá.
En ese momento se asoma SeoJoon en la puerta del cuarto y dice.
— Vamos Serena, Abby ya está grandecita, y sabe lo que es bueno y malo.
— Pero no me acostumbro que mi hija, haga cosas de la empresa.
— Vamos amor, sabes que fuiste secretaria personal mía. Y tuvimos dos hermosos hijos.
— Lo sé Seo, pero es la hembra la pequeña.
— Mamá ya deja que se esté paso.
Serena se levantó de la cama, donde estaba sentada al lado de su hija. Y abraza a su esposo.
— Está nuestro hijo Doyun a nuestro lado no te quedarás sola.
— Doyun está más en la empresa que en casa.
— Bueno, estoy yo, será tu esposo.
— Que haría sin ti SeoJoon.
— Bueno, hemos hecho mucho, ahora deja a tu hija acomodar sus cosas.
— Saldrá hoy mismo a Italia.
— Si en el jet privado, así que puedes hablar con ella un buen rato.
— Te quiero papá mucho.
Al rato Serena sale con su hija, a la sala allí estaba su hermano y al mirarla la abraza.
— Papá me dijo que viajaras a Italia, a la nueva empresa.
— Sí, estoy feliz por ello.
— Pero mamá, no verdad, se le ve en la cara. Vamos mamá Abby estará bien en Italia, a demás no va a estar sola.
— Sí, allá me estará esperando mi amiga que vive allí desde hace años.
— Igual no dejo de pensar en tu hermana.
— Mejor vámonos ya, que papá no está esperando.
Al cabo de media hora estaba en el aeropuerto, allí estaba el jet esperando por Abby. Y la despedida de sus seres queridos y familia.
— Hija mía, si te siente mal, llámame ok, no dejes de hacerlo. —le decía su mamá.
— Sí, mamá, no te preocupes al llegar te llamo.
— Bueno, hermanita, te deseo suerte y sé ruda con ellos.
— Claro hermanito bello.
Ahora SeoJoon llega a ella y la abraza, y se acaricia sus cabellos.
— Bueno, hija, es hora, todo está preparado en Italia, te van a ir a buscar y te llevarán a un apartamento que se compró y bueno también estará allí tu amiga.
— Gracias papá, por todo.
— Bueno, mi sol, vamos es hora.
Al rato el jet sobrevuela el aire, y desaparece. Abby estaba muy emocionada por su viaje a Italia. Asia que disfruto del viaje. Hasta que se quedó dormida en el avión, al rato pasó una aeromoza para atenderla. Al cabo rato el piloto informo que se abrochara el cinturón, ya que iban a aterrizar.
Bajó del avión, corrió hasta las puertas del aeropuerto, se pasó la mano sobre su rubio y maltratado cabello, en el lugar atendían varias personas que desembarcaba, respiró profundo y caminó hacia la recepción, dio él
nombre de ella y también su identificación, cinco minutos después
Estaba saludando a su amiga Victoria, que estaba allí esperándola. Su respiración se cortó tan pronto dio un paso fuera de la todo aquel ajetreo.
Abby sumida en sus pensamientos, caminó de nuevo a recepción para pedir información, tan distraída estaba que no vio venir al corpulento hombre que se dirigía en su dirección, hasta que fue impactada por el duro pecho de este y fue a dar al piso.
— ¿Qué diablos? Ten más cuidado, niña. Fíjate por donde caminas —El hombre ni siquiera le tendió la mano para ayudarla a ponerse de pie.
Ella siempre había pensado que la gente con dinero no tenía educación, bueno, la gente arrogante porque, esta también tenía mucho dinero. Además, aquel hombre ni consideración tenía para lo que no fueran de su misma clase social y este hombre con su acción le dejaba en claro que tenía razón. Sobándose disimuladamente sus nalgas magulladas continúo su
Camino.
—No deberían admitir gente de este tipo en el aeropuerto.
Su cuerpo tembló de enojo al escuchar la voz del hombre, quería regresar sobre sus pasos y responderle, pero era perder el tiempo con alguien así.