Destino o Casualidad

OTROS COLORES

POV MIA

 Mi pasado no es el mas grato de recordar, pero eso me ayudo a ser la adolescente que ahora soy, me ayudo a darme cuenta de la maldad del mundo y que los cuentos de hadas no existen, no hay un príncipe que vendrá a rescatarte. Tú misma debes ser la propia heroína de tu historia, debes aprender a vivir con el recuerdo de tu pasado porque hagas lo que hagas nada lo podrá borrar.

El mundo real es cruel no es nada comparado con los cuentos que las madres nos cuentan en las noches antes de dormir, no existe ni existirá alguien que te ayude a olvidar, pero sí estará quien te acepte con tu pasado a si sea tormentoso.

La vida tiene varios colores, varias etapas. Algunas buenas otras malas, anécdotas que te causaran alegría y otras tristezas.

A mis cortos 15 años entendí que mi vida a tenido varios colores, desde los mas opacos hasta los mas brillosos, pero al fin de cuentas son colores.

No todo es blanco, no todo es negro. Pero tampoco todo lo que brilla es oro, eso lo aprendí tarde, pero lo aprendí.

El conocer a Odette trajo alegría a mi vida, el conocer a niños tan buenos como Matías. Brenda, Thiago, Carlos, Vanesa, me han hecho ver que puedo hacer mejor la infancia de muchos niños, puedo mejorar esa pequeña parte en muchas personas, puedo enseñarles a ser mejores personas para un mejor mundo, puedo darles todo ese amor que yo quise en algún momento.

—Veo que Aran viene casi siempre —me dice Odette y una risa tonta sale de mis labios

Aran, aquel niño del cual amaba sin siquiera saber que era el amor.

—Es mi amigo y viene a ayudarme con los deberes.

Odette me da una de esas miradas que te dicen: no me estas diciendo la verdad, peor hare que te creo.

Me rio y sigo haciendo las tareas que me dejo Odette.

La señora Rossie viene de vez en cuando y hasta ahora no me reconocido, pero no es algo que me duela.

Con Aran si fue distinto, mas que todo lo que siento es miedo, miedo a que haya olvidado esos días que para mi son los mejores de mi vida. Tengo miedo que aquel caballero andante se haya olvidado de su lucecita de las rimas. Con el tiempo perdí la costumbre de rimar, solo cuando le escribo una carta no entregada lo hago, ya no es tan fácil como antes, ya no es algo monótono en mi vida.

Con los años cambié, no fue ni un año ni dos, fueron 5 años en los cuales me vi sola y aprendí lo que la calle te enseña, nadie me dijo que una niña no debía estar solita, nadie me dijo que me quería ayudar, nadie me arropo cuando hacia frio, pero aprendí a valorar lo que tengo.

También entendí que cuando se ama el tiempo es lo de menos, quise cegarme y hacerme la que no amaba a Aran, pero el tan solo mero roce de su mano con la mía me hizo darme cuenta que si lo amo, lo amo tanto que siento mi corazón explotar.

El amor no duele, por amo no se sufre, el amor es lindo, es dulce, es tierno, es protección, es respeto y se que Aran es todo eso y mucho más.

Ahora solo quiero seguir en mi color, quiero que el rojo brillante siga así de lindo como cuando empezó a salir, quiero que se quede ahí y no se vaya nunca, quiero seguir sintiéndome viva cada vez que me despierto, no quiero pensar en otra cosa que no sea felicidad.

Saco mi cuaderno de cartas y comienzo a escribir una.

Al terminar la carta mi sonrisa es aun mas grande que antes, ya no quiero llorar ahora solo quiero sonreír y eso es lo que hare.




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