Destino o Casualidad

ENCUENTROS Y RECUERDOS

POV MÍA

Aran viene casi siempre, mis días son mas felices, mas alegres. Él sabe como hacerme sonreír sin ninguna necesidad.

A veces siento que él si me recuerda, pero ¿Por qué no me dice nada? Será que él ya no quiere recordar nuestro pasado juntos. MI cabeza idea mil cosas y ya no se ni que pensar, a veces me imagino que Aran no quiere recordar su vida de pobre, pero se que eso no podría ser posible por la manera en la que nos trata a todos. Otras veces pienso que solo me quiere dar mi espacio, pero no se si eso sea lo correcto. Pero al fin de cuentas solo son pensamientos.

—Mía la señora Rossie quiere verte —me dice una Odette sonriente

Asiento y voy a donde se encuentra la señora Rossie.

Al llegar la veo con su típica postura elegante, ese porte que no tenía años atrás. Se ve tan distinta, pero siento que sus ojos siguen siendo los mismos.

—Me llama señora Rossie —digo en voz baja

—Si pequeña…se quien eres —me dice y todo mi cuerpo se paraliza

Se que debía prepararme para esto porque ella es mayor y era muy obvio que me iba a reconocer, solo que no estaba preparada para esas palabras.

«Se quién eres»

—Y…yo…yoo —tartamudeo y ella me interrumpe —Tranquila Mía, no estoy para preguntarte porque no dijiste nada, ni para juzgar que hayas pretendido no conocernos —dice ella y en su voz siento una pizca de enojo

—Solo quiero que sepas que, así como yo ya descubrí la verdad Aran lo hará en cualquier momento y no quiero que mi hijo se vea involucrado en cosas del pasado —me dice sin una pizca de remordimiento en su voz

Lo dice tan tranquila, tan fría que me causa miedo. Sus ojos se han vuelto mas oscuros y su sonrisa es algo siniestra.

—¿Qué quiere decir?

—Mía mi hijo te quiere y él piensa que yo no me entero de lo que ha estado haciendo, pero obviamente yo lo se. Te ha estado buscando hace mas de 6 meses, no se porque se ha obsesionado con eso y estoy casi segura que él ya sabe que tú eres tú solo que esta esperando a que tú misma se lo digas y eso es algo que no harás nunca. —me dice ella y se acerca a mi

Mi mente se nubla y los recuerdos me golpean una y otra vez.

Rossie dándome un vestido.

Rossie dándome pastel.

Rossie dándome botas por el frio.

Rossie siendo la madre que no tenía.

Ella siendo todo menos esto.

—¿Por qué eres así? ¿Qué te hice? —pregunto con la voz temblorosa

Ella se ríe y solo sale de la habitación no sin antes decir algo más.

—No olvides lo que te dije. Tú no le dirás nada.

Aran sabe que yo soy yo, pero no puedo decírselo.

Mis mejillas se mojan, mis piernas tiemblas y el cuerpo se me hiela por el frio que siento. Ella se veía tan buena, tan noble, pero supongo que con el tiempo cambio y se volvió así de fría, hipócrita y avara.

Supongo que para ninguna madre seria grato saber que su hijo se habla con la chusma, con la nobleza, con los sirvientes, con los de mi clase. Aram es educado, de porte elegante, guapo, cariñoso, solidario, peor sobre todo es el hijo del presidente, de nuestro máximo gobernante y él no puede ser amigo de alguien como yo.

Lo mejor será que me aleje de él así me duele, pero es lo mejor. No quiero tener problemas, no quiero que nadie los tenga por mi terquedad. Solo quiero estar en paz y seguir estudiando para poder terminar la secundaria y empezar la universidad.

—¿Qué te dijo la señora Rossie? —me pregunta Odette

—Nada importante, solo quería saber como me trataban —le digo sin mirarle a la cara.

Mis ojos están hinchados y rojos, es mas que obvio que he llorado. No quiero que me hagan preguntas, me pongo el pijama y me echo en la cama para poder quedarme dormida.

No les ha pasado que cuando están tristes se comienzan a acordar cosas mas tristes para hacer su vida una miseria en ese preciso momento.

Mi mente regresa al pasado, a aquel pasado tan tortuoso para una niña de tan solo 7 años.

—¡ESTOY HARTO D ETI Y DE ELLA! —grita mi padre y golpea a mamá

Chillo por la sorpresa, pero me tapo la boca para no hacer ruido. A él no le gusta el ruido.

—Basta Alonso, basta —llora mi mamá con su rostro todo magullado.

Mis ojos arden por las lagrimas no derramadas y mi padre enfoca su vista en mi.

—Por esta mierda es que tú no me das lo que necesito —grita mi padre y golpea mi rostro con la palma d esu mano.

La mejilla em arde por el contacto y siento como todo gira alrededor mio.

—BASTA, PEGAME A MI, PERO A ELLA NO —escucho como dice mi mamá

Papá me tira a un rincón haciendo que mi espalda caiga en una superficie dura. Él se acerca a mi amdre peligrosamente y la patea haciendo un sonido estruendoso por toda la casa. Mi madre chilla de dolor, y veo como la sangre cae por su boca.

—Mamita noooooooooooooo —grito, pero él no para de golpearla.

Me levanto con dificultad y agarro un plato de la mesa. Me acerco a donde esta mi padre y se aviento el plato a la cabeza haciendo que el se desmaye con un poco de sangre en su cabeza.

—Mamita —llamo a mi mamá

—Tran…tranquila —dice ella con dificultad

Mis lagrimas caen a mares por los recuerdos, pero mi mente sigue torturándome a recordar más y aún más.

Mi mami se levanta con pesadez y vuelve a caer.

—Vete Mia y pide ayuda —dice mi mami y hago lo que pide.

Al salir corro y corro hasta llegar a un parque donde un niño de cabello negro me mira curioso. Me acerco y lloro desconsoladamente.

—¿Qué pasa pequeña? —me pregunta la mujer rubia

—Mamá, yo…ella —digo, pero no hablo correctamente

—Tranquila —me dice la mujer y me abraza




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