TERCERA CARTA

Hace demasiado no te escribía, pero ahora es una necesidad.

No quiero alargarme mucho, pero creo que si lo hare.

Cuando te fuiste me dejaste un vacío que con el tiempo supe llenar, se que yo te dije que necesitaba tiempo y espacio, pero no medí las consecuencias de mis palabras.

Al no saber nada de ti me volví a aislar de todos y casi no hablaba con nadie, solo los niños me ayudaban a no entrar en depresión absoluta.

Con el paso del tiempo me hice la idea de que no regresarías si yo no estaba bien asi que decidí empezar nuevamente. Me esforcé en la escuela y en mi salud mental.

Paso un año para que yo pudiera decir que me amaba y respetaba, pasaron 12 meses, 365 días, 8760 horas, 525600 minutos y 31536000 segundos para que mi yo se perdonara.

Lo logre y puedo decir que lo hice sola, me siento orgullosa por eso.

Después de unos meses mi madre apareció y la perdone, ya no tengo rencor en mi corazón Aran, perdone a mi madre porque lo quería, porque lo necesitaba y además tengo un hermano, se llama Nicola y es hermoso.

Ya pasaron 2 años y 4 meses desde que te fuiste, de verdad quería esperarte…pero creo que nuestro destino no es estar juntos.

Cuando te volví a ver no supe si fue el destino conspirando o fue la casualidad de la vida. Tal vez ni siquiera te acuerdes de esto, pero yo te vi aquel día donde la luna brillaba más de lo normal, aquel día en que me besaste y solo la noche oscura, las estrellas y la luna llena fueron nuestros testigos.

Estabas borracho y te fuiste sin más, me dejaste anonadada y no sabía que hacer ni que sentir, solo que se me encontraba feliz.

Un amor de niños es lo que perduro, pero de mayores lo dejamos ir por un error.

Un amor bonito creció, pero por mis inseguridades se desvaneció.

Hace tanto tiempo que no hacia rimas, las deje en cuanto te fuiste…es como si te hubieses llevado un pedazo de mi alma contigo.

Hace poco escuché una canción: Destino o casualidad…y supe que era nuestra sin siquiera terminarla.

He pensado en ti día, tarde y noche. Me parte el corazón no poder cumplir la promesa que nos hicimos antes que te vayas. No podre esperar hasta que vengas por mí, yo sé que, si vendrás por mí, solo que para ese entonces yo ya estaré en un lugar mejor.

Hace 4 meses me entere que tenía cáncer de mama, estaba muy avanzado y a pesar de todos los esfuerzos nada funciono. Tengo días para cerrar mis ojos y siéndote sincera prefiero cerrarlos para siempre antes que todo mi brillo deje de iluminar.

Tu siempre me dijiste lucecita y ahora entiendo por qué.

Para mi eres mi caballero andante con su fuerte armadura que siempre me protegió de los villanos de mi historia. Puede que nunca lo haya dicho o nunca lo haya expresado, pero yo si me enamoré. Me enamore y lo sé porque el amor es tan lindo que lo demuestras inconscientemente.

Las sonrisas bobas en mi rostro cuando pensaba en ti, los sonrojos cuando me decías que era bonita, la admiración que sentía por ti al no ser como los demás, ¿Quién dijo que el amor no es bonito? Yo lo experimente por poco tiempo, peor fue la mejor etapa de mi vida.

Me voy feliz de dejarte esta carta y espero que leas cada una que te escribí o por lo menos que las veas.

Me despido caballero andante que esta lucecita se ira a brillar a otro horizonte.

Termino de leer la carta y veo el collar que le regale en su cumpleaños.

Ella no puede haberme dejado, ella tiene que seguir.

El pecho s eme contrae, las lagrimas caen a chorros por mis mejillas mojándome los muslos.

—¡NOOOOOOOOOOOOOOOOO! —grito y voto todo lo que encuentro en mi escritorio.

Agarro el celular y marco a la única persona que me dirá la verdad.

—Dime que no es cierto —exijo

—Lo siento —dice ella llorando

—¿Por qué no me dijiste nada? Porque mierda nadie me aviso, porque no lo supe —digo llorando

Caigo de rodillas y sé que Odette también llora.

—Lo siento de verdad, yo intente todo, pero ella no sanaba —comienza a hablar Odette y yo dejo de escuchar

Mi alrededor da vueltas y solo quiero dormir.

Cierro los ojos y me dejo caer.