Destino Vs El Poder Del Universo

DETERMINACIÓN

Las reconciliaciones siempre son buenas, la entrega de los cuerpos está llena de frenesí, pero para algunos después de ese apasionado encuentro puede que llegue el remordimiento, la culpa o el desencanto; fue una noche muy apasionada, ya a media mañana cuando Isabel salió del baño encontró a Max sentado en una butaca con la cara entre las manos y pudo leer en su rostro el arrepentimiento, se hallaba cabizbajo y sin alegría; en su pecho ella sentía que él estaba por decirle algo pero no sabía qué, lo miró desconcertada; Max no quería que ella estuviera en su casa, reconocía que el fue quien la buscó, sin embargo, deseaba en lo profundo que ella se hubiese negado.
Ella no era la mujer que necesitaba en este momento, en sus planes no estaba alguien que pudiera depender de él y que lo necesitara, quería a una persona con recursos económicos que lo ayudara a alcanzar sus metas, Isabel podía ayudarlo en las tareas de la casa e incluso algunas veces fungía como su asistente personal, le hacía los mandados e iba a las instituciones donde tenía que llevar documentos para los trámites que él estaba realizando, sabía que podía pedirle cualquier cosa y ella lo haría; estaba confundido. Desayunaron algo rápido y sin muchas ganas hablo con ella:
— Tengo reuniones con algunos socios, no creo que me alcance el tiempo para atenderte, Si quieres puedes esperarme aquí, no sé a que hora vaya a regresar, si te quieres ir puedes hacerlo y esperas a que llames para vernos.
— Está bien.
En su adentro la chica también deseaba irse, la sensación de sentirse ajena no le permitía estar tranquila. No obstante, se quedó, organizó todo el desastre que había, quitó el polvo de las habitaciones e impregnó toda la casa de su aroma solo con estar allí.
Max no tenía reparos en dejarla en su casa, sabía que podía confiar en ella pero quería su espacio, tiempo para pensar, no quería bajo ninguna circunstancia distraerse con tonterías sentimentales ni invertir tiempo en un amor que era infructífero por lo menos económica y socialmente, pasó la tarde de reunión en reunión, regresó tarde en la noche y se acostó a dormir al lado de ella que lo estaba esperando dormida, decepcionado de que no se hubiese ido.
La miraba mientras dormía, observaba el brillo de sus cabellos y el sudor que brotaba por los poros de su nariz cuando ella estaba profunda en los brazos de Morfeo, qué inquietante era para Max no tomar una decisión definitiva y dejarla atrás de una vez por todas, espantó los pensamientos de su cabeza como quien espanta un animal que hiede, la abrazó y durmió.
Los siguientes días la mayor parte del tiempo estuvo lleno de un silencio incómodo, hasta que le pidió que se fuera a su casa que quería pasar año nuevo en soledad; él prefirió estar sin ella, eligió pasar esa fecha tan importante con personas que acaba de conocer, mintiéndoles al decir que no tenía otro lugar a donde ir, organizando citas telefónicas en la misma cara de Isabel ¡con descaro! tenía la costumbre de conquistar amistades fingiendo soledad, ganándose la empatía de quienes lo rodeaban con engaños; mientras tanto ella luchaba para desprenderse de esos sentimientos dañinos, intentaba dormir hasta tarde y no pensar, no quería aceptar que estaba de más en la vida de un hombre que solo la utilizaba de vez en cuando, estaba enferma de amor.
Mientras Max pasó noche buena a la orilla del mar junto a personas que acababa de conocer bebiendo y bailando, comiendo y disfrutando; con gente por la que no sentía nada, pero que tenían un significado económico en su vida; ella estaba debatiéndose entre el amor propio y el deseo enfermizo de estar apegada a un ser infinitamente inmaduro y cruel; suplicaba a través de plegarias al cielo el valor y la fuerza de voluntad necesaria para encontrar la determinación de alejarse de una vez de quién le estaba haciendo tanto daño, durmió, descanso.
El primer día del siguiente año fue a visitar a su amiga y le contó todo lo que estaba pasando, ella la escuchó atentamente sin reproche y sin juzgar dejo que Isabel se desahogara, dejó que llorara hasta sentir alivio y la abrazó.
— ¿Qué debo hacer? Le preguntó Isabel sollozando.
— Nada de lo que yo te diga va a ayudarte a menos que tú tengas la determinación de luchar por ti.
— Es que no encuentro el valor para irme de una vez por todas de su vida.
— Sí lo tienes, Solo debes ir un paso a la vez hasta que alcances la meta, ponte metas cortas, establece una fecha para volverlo a llamar y cuando llegue postérgala unos días más, así mientras puedas hasta que llegue un momento en donde no te importe más.
— ¿Crees que eso es una solución? Volvió a espetar Isabel.
— Tal vez no lo sea, pero es un comienzo. Me hiciste una pregunta y te estoy dando una respuesta, no tienes que hacerlo si no quieres.
— Quiero -dijo en baja voz-
Abrazó a su amiga una vez más y suspiró.
— Si ahora tienes algo de fuerza vístete que nos vamos a la playa, hoy es un día nuevo y la oportunidad de comenzar una vez más.
— ¡Es verdad! A la carga.
Y así fue, se fueron a la playa bien apertrechadas con comida y bebida, se dedicaron a bromear y recordar cómo se conocieron, disfrutaron del sol radiante y el agua fría, la vida es como el agua, no se estanca, el agua estancada se pudre, hay que permanecer en movimiento, hay que continuar como el agua viva.
Decidió no reprocharle, no escribirle, no llamarle, no buscarle, poco a poco el dolor fue dimitiendo de su corazón, el sufrimiento del despecho dicen algunos estudios científicos que se parece al de una quemadura, duele físicamente, los ligamentos que mantienen el corazón atados al pecho se inflaman de la tristeza y es por eso que algunas personas pueden morir de desamor, es algo que está científicamente comprobado, de cualquier manera, no es algo que pase con frecuencia, paso a paso superamos el duelo y volvemos a avanzar, poco a poco todo va quedando atrás y se convierte en un recuerdo que ya no causa dolor, Isabel era una mujer fuerte, decidida, la determinación que necesitaba estaba allí, solo tenía que hacer uso de ella.
Se miró al espejo después de lavar su cara “este es el momento” el primer paso no tiene una fecha, el primer paso es ahora; que sea lo que sea y sea de aquí en adelante.
Transcurrieron los siguientes días y la chica junto a su amiga que era una mujer apasionada por la lectura comenzaron a devorar libros de acción, de suspenso de detectives, se dedicó al trabajo y a compartir las impresiones que tenía de los libros cada noche reunida con otras personas que compartían los mismos intereses.
Descubrió un mundo nuevo, vivir muchas vidas a través de cada lectura, su mente estaba ocupada en el trabajo, en los libros que leía y también en realizar manualidades, su pasatiempo favorito; descubrió que podría emprender un negocio con el arte que nacía de sus manos, su amiga que no conocía el amor porque jamás se había enamorado estaba entusiasmada con las decisiones de Isabel y la apoyaba en cada idea que se le ocurría.
Por otra parte Max estaba aliviado de no tener que volver a lidiar con Isabel, de que la chica le ahorró el momento incómodo de cortar la relación, también él estaba dedicado a los proyectos que eran su razón de ser, las cosas no estaban yendo como él esperaba pero tampoco estaban yendo mal, solo un poco lentas para su gusto, había conocido a una “chica fácil” en la playa que frecuentaba, una mujercita que le facilitaba las noches de pasión, no le ayudaba en nada pero lo distraía ¿qué tanto podía querer o desear de ninguna mujer si no estaba preparado para una relación estable? los momentos fugaces era lo único que quería por ahora con el sexo femenino a menos que, la mujer en cuestión pudiera brindarle la posibilidad de crecer financieramente. No extrañaba ni pensaba en Isabel ¿para qué? ya no tenía edad para ese amor romántico de telenovelas, era muy grande como para ese tipo de estupidez. <<Mujeres es lo que sobra en esta vida, puedo tener a la que yo quiero cuando quiera y como quiera ¿por qué perder el tiempo en una que me quiere atrapar?>> era lo que pensaba cuando la idea de Isabel rondaba en su cabeza.
Ya habían pasado unos cuantos meses, para la chica aquella angustia y ansiedad había disminuido de manera considerable, estaba volviendo su rutina sin que los sentimientos dañinos y los pensamientos intrusivos la acorralaran. Por el contrario, Max comenzó a experimentar la necesidad de volver a verla, no era posible que desde aquel día hasta hoy aquella chica ingrata a la que había ayudado no una, si no varias veces se hubiese ido sin despedirse de su vida, que mal educada y desconsiderada era al ni siquiera decirle que no lo volvería a ver, o que su relación había terminado, ni siquiera saludarlo el día de San Valentín, para él era realmente grosera y sus sentimientos, los que ella le profesaba no eran de verdad ya que nunca volvió a buscarle.
No era un hombre que se pasara de tragos, podía controlar la bebida, no importaba la clase de licor que consumiera, decidió beberse unos tragos en soledad y escuchar música. << ¿Qué rayos me está pasando? ¿Por qué él recuerdo de esa mujer viene a mi mente una y otra vez? ¡Ni siquiera la quiero! Solo fue una mujer más en mi vida ¡Que me amaba y era buena conmigo, sí! Y eso ¿Qué importa ahora? ¡HABRÁ UNA QUE ME QUIERA MÁS Y QUE HAGA MÁS POR MÍ! >>
Estuvo así en ese monólogo casi toda la noche, tal vez no era la primera vez, pero su memoria no recordaba haberse emborrachado en ningún tiempo. Su rostro estaba desencajado, sentía frustración, estuvo a punto de llorar de rabia, no era posible que de verdad esa chica hubiese desaparecido sin más ni más. Miró el teléfono un par de veces, quiso escribir, quiso llamar, y cada vez que el deseo golpeaba su pecho él se tomaba un trago más y la borrachera iba creciendo <<Isabel, Isabel ¿que me has hecho?>>
Era tarde mientras Isabel programaba una actividad para el día siguiente en su trabajo, estaba haciendo recuerdos de origami para sus amistades, eran unas flores de papel muy bonitas, hizo varias con cartulinas de colores, se detuvo reflexionar sobre sí misma por un momento, escribió en su diario “he sobrellevado la situación, entre amargas y dulces memorias, entre idas y venidas, he superado algunas cosas y otras siguen en proceso, mi tiempo con Max no fue tan malo aunque hubo más dolor que alegría. No me he dado cuenta quién soy yo, siempre he estado pendiente de quiénes son los demás, yo caprichosa, celosa, posesiva, apasionada y llenas de líos existenciales también soy cobarde, él ahora está lejos y en brazos de otra, a punto de pasar la página como debe ser, como también yo debo hacer, esa es la forma correcta en la que los seres humanos deberíamos continuar sin quedarnos estancados en ninguna relación, si no se entienden deberían por la paz cortar y cada quien continuar su camino” firmó el pie de página, guardó el cuaderno y durmió.
Eran las 4 de la mañana cuando el teléfono sonó, sobresaltada sin saber quién podía llamar a esa hora estiró la mano y sin reconocer el número en la pantalla contestó:
— ¡Aló, aló! ¿Quién es?
— ¿Borraste mi número? -habló Max alargando las palabras en medio de la borrachera- soy yo, no vayas a colgar por favor.
— ¿ Por qué me llamas a esta hora, qué quieres?
— Te amo, Estoy enamorado de ti, de tus ojos, de tu boca, de tu cabello, estoy tan enamorado de ti, enamorado de todo lo que haces Y de lo que eres.
Repitió lo mismo una y otra vez hasta el cansancio, llorando. Isabel no sintió más que rabia <<¿Me ama? Y no tiene valor para decirlo sobrio, ¿Me ama? Y no se ha tomado la molestia de aparecer en todo este tiempo ¿Qué clase de amor es ese? ¡AHORA! AHORA QUE LO ESTOY SUPERANDO. Ahora que guardé mis sentimientos, sin ilusiones, resignada sin esperar nada, sin esperarlo nunca más>>. No se atrevió a decirlo y solo colgó y apagó el móvil. Lo dejó hablando solo.
El borracho miró el teléfono asombrado, preguntándose a sí mismo quién se creía esta chica que era para cortar la llamada, mientras lo pensaba se quedó dormido, al despertar no recordaba nada de lo que había hecho ni dicho, algunos recuerdos iban y venían de aquel momento, deseaba con vehemencia que Isabel no lo llamara, deseaba olvidar aquel error.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.