El amor es un crimen que no
puede realizarse sin cómplice.
Charles Baudelaire.
Siempre he creído que por más que una situación se solucione pueden quedar resquicios de que esta pasó en su momento, por más que te empeñes en olvidar, las cosas que te marcan no se olvidan; siempre están ahí, regresando, ya sea en forma de recuerdos o nuevos problemas por enfrentar. Tal y como el efecto mariposa o la ley Murphy que defiende esa creencia de que lo que empieza mal terminará mal.
Toda reacción conlleva a una reacción, eso lo sé, algunas más malas que otras.
—¿Entonces tú eres mí...?
—Tu madre, soy tu madre biológica y él es tu padre —tomó la mano de su esposo mientras las lágrimas se amontonaban debajo de sus ojos, caminé hasta la pareja no sin antes lanzarle una mirada de reojo a Tatum quien se había puesto de pie al igual que yo mientras caminaba titubeante hasta la familia que me había criado pero la que en realidad era la suya.
Al principio titubeé un poco, pero cuando la Señora Aimee abrió los brazos para recibirme yo fui a refugiarme en ellos, las lágrimas también se amontonaron debajo de mis ojos pero solo solté un suspiro y no dejé que estas cayeran, abrí un poco los ojos sin separarme de la mujer que realmente me había dado la vida y vi de reojo como el Señor Tyrell se pasaba una mano por el cabello en un gesto nervioso, extendí una de mis manos y él la tomó sonriéndome un poco, fue cuando lo acerqué hasta mi cuerpo y sus brazos me envolvieron a su vez.
—Con razón me caías tan genial, hermana, solo la sangre de mi sangre puede provocar algo como eso, genialidad atrae más genialidad —escuché que dijo Eli con mofa después de un momento en completo silencio. Miré por encima del hombro de mi padre y vi como Tatum se soltaba del agarre de mis padres y se refugiaba en los brazos de Eli quien solo soltó una risita antes de que el codo de Tatum impactara contra su costado cuando se separaron.
—Ahora entiendo porque desde un principio no te soportaba, hermano —habló la chica castaña rodando los ojos a lo que Eli se llevaba una mano a la altura del corazón fingiendo que su comentario le había ofendido o había herido parte de su elevado ego.
Fue cuando reí bajito y finalmente me solté del agarre de mis verdaderos progenitores antes de besar la mejilla de ambos. Mamá, mi verdadera madre tomó una de mis manos entre las de ella y las apretó un poco antes de soltarme y secarse las lágrimas que habían caído de sus ojos y ahora se encontraban brillando en sus mejillas.
—Entonces Eli y yo...
—Pueden estar juntos, obviamente, va a ser extraño para todos pero nos adaptaremos; es su vida, no la nuestra, debemos aceptarlo —habló Alma y yo le sonreí mientras Eli le revolvía el cabello a su hermana y caminaba hasta mi cuerpo para envolver este con sus enormes brazos.
Y así, de pie donde estaba, con mis dos familias juntas me sentí como no me sentía desde hace mucho tiempo, me sentí completa.
—¿Estás segura de esto Aimee? —preguntó Alma mientras yo negaba con la cabeza terminando de empacar un par de cosas en una mochila pequeña.
Alma McDonald, siempre será sobre-protectora, esa es su naturaleza humana.
—Sólo será una noche Alma, quiero que... mi hija —se interrumpió—, bueno, nuestra hija pase un día con nosotros, quiero conocerla más a fondo, quiero que de alguna manera se recupere el tiempo perdido, es una Sayers, por un día al menos debe vivir como tal.
Sonreí con ligereza antes de acercarme hasta la mujer que me había criado y envolverla con mis brazos, después de todo, siendo de mi sangre o no, esa mujer me había visto crecer y me había educado y llenado de amor. Yo no sería la persona que soy sin ella en mi vida; obviamente no es perfecta, tiene sus errores, pero la perfección está sobre-valorada, al menos en mi familia lo está.
—Estaré bien, mañana en la noche estaré de regreso, ellos también son mi familia después de todo —me encogí de hombros mientras papá, bueno Onyx, me extendía un vaso con agua para que me tomara dos pastillas para el dolor antes de que este se presentara de nuevo, le sonreí y él me guiñó un ojo extendiéndome el sobre completo.
—Vamos —habló mi verdadero padre esta vez y yo asentí con la cabeza después de beberme todo el contenido del vaso con las pastillas lentamente, el tragar demasiado rápido hace que las costillas lesionadas me duelan, igual que cuando respiro muy rápido.
Guardé el sobre en uno de los bolsillos y dejé el vaso sobre mi cama y luego tomé la mano de mi madre biológica como si fuera una niña pequeña antes de inclinarme, besar las mejillas de las dos personas que dejaba en la habitación y darme la vuelta para salir de la misma.
En la sala Tatum y Eli mantenían una divertida conversación que pude escuchar claramente al pasar por la cocina al final del pasillo.
—Vamos Elías, la mantequilla de maní es deliciosa, no puede no gustarte —hablaba Tatum haciendo un puchero con los labios antes de rodar los ojos.
—Prefiero la mermelada Tatum, ya te lo dije —reiteró Eli a su vez mientras yo negaba con la cabeza sonriendo; estaba mintiendo, yo lo conocía, le encantaba la mantequilla de maní y la mermelada, solo estaba tratando de contraponer las opiniones de Tatum por diversión o solo para hacerla enojar, Elías es flexible.
Cuando vieron que llegamos hasta ellos se callaron mientras Tatum caminaba hasta sus, bueno, padres de crianza y los abrazaba, por esa noche y el día de mañana ella se quedaría en mi casa a su vez y usaría mis cosas, como una verdadera McDonald. O bueno, eso fue lo que nos dijo, en parte esto fue su idea, de todas formas no tengo inconveniente de desprenderme de alguna de mis prendas personales, tenemos la misma talla en camisas y chaquetas pero no en vaqueros; vamos, sus piernas obviamente son más largas que las mías, ella es mucho más alta que yo, ahora comprendo porque al lado de Aimee ella la superaba en altura de manera monumental, los McDonald son gente alta, al parecer los Sayers son lo opuesto.