Final.
Tantos siglos,
tantos mundos,
tanto espacio y coincidir.
¿Recuerdan la vez que les dije que al parecer y de una manera tragicómica los problemas deciden buscarme a mí? Definitivamente mi vida consiste en eso exactamente, salir de un problema o de una situación complicada y meterme a otra.
Destino, universo o el que sea que haya escrito el guión de mi vida. ¿Tan aburrido estás que ahora decides agregar mi vida a tu lista de telenovelas favoritas? ¿enserio valgo tanto la pena como para ponerme en estás?
—Quiero irme Liam, ¿puedo irme ya? No soporto estar un minuto más contigo, todo esto me está enfermando —hablé con la voz acongojada por todo ese reguero de emociones encontradas del que había sido víctima en tan solo un par de horas de mi vida en esta casa y con ese joven a mi lado.
—Declan, por favor, no hagas esto, no me tengas miedo —suplicó caminando hasta mí—, no me rechaces como lo han hecho todos.
—Pero yo... no puedo con esto Liam, es una locura, todo es una locura sin sentido que tú mismo provocaste, no estás bien —caminé hacia atrás hasta que mi espalda chocó contra la puerta de madera, llevé una mano al picaporte y lo apreté con fuerza girándolo con lentitud próxima a abandonar esta habitación donde más de un secreto fue destapado y donde más de un solo recuerdo ha regresado de su viaje a la memoria a largo plazo.
—No te vayas...
Pero no le hago caso, aprovechó su confusión y desaire y corro precipitadamente escaleras abajo, hasta llegar a la puerta. Liam me persigue pero yo consigo salir de la casa primero, para mi buena suerte la puerta de entrada estaba sin cerrojo. Corro lo más rápido que puedo calle abajo hasta que mi cuerpo impacta contra el cuerpo de otra persona.
—Tranquila, estás conmigo —levanto la vista y empiezo a parpadear con incredulidad al ver a Eli y a Tatum justo al final de la calle, a mi lado—. ¿Te ha hecho algo?
No le respondo y sigo mirándolos como si fueran una aparición y ellos realmente no estuvieran allí y es solo mi mente jugándome una mala pasada, una muy mala pasada.
—¿Có-cómo llegaron aquí? —pregunto descolocada y confundida al verlos, me libero del agarre de Eli y miro a Tatum.
—En taxi —responde ella mirándome con obviedad, yo reprimo una carcajada y solo camino hasta ella y la abrazo un momento antes de soltarla—. Mi hermano es una pésima influencia, fue a mi salón a buscarme con una excusa que ni siquiera entendí y creo que nadie, incluyendo el profesor se creyó y terminó instándome a saltar la reja de la universidad pidiéndome traerlo a la casa de Liam, está loco.
—Créeme, eso ya lo sé —hablo más calmada sonriendo un poco mientras miro a Eli quien solo se encoje de hombros y mira a su hermana de mala manera—. Gracias por venir —me pongo de puntillas y beso la mejilla de Eli— ambos.
Tatum solo rueda los ojos y suelta una risa antes de mirar por encima de mi hombro con gesto confuso, me doy la vuelta y veo la silueta de Liam al otro lado de la calle mirándonos totalmente descolocado y dolido. Me remuevo incomoda y vuelvo la vista al frente; Tatum hace el amague de caminar hasta él pero yo la detengo negando con la cabeza, ella suspira y vuelve la vista al frente justo donde un taxi aguarda por nuestra presencia.
—Tú, jovencita, tienes muchas cosas que explicarme —me advierte Tatum abordando el vehículo, yo asiento con la cabeza y me subo a su lado seguida por Eli a lo que el conductor ve las puertas cerradas y empieza a conducir calle abajo.
Sí, definitivamente tengo muchas cosas que explicarles.
La tarde pasó muy rápido, Eli y Tatum optaron por no volver a la universidad solo para hacerme compañía y darme "apoyo moral" en palabras de Tatum. La historia que les conté resultó ser una sorpresa para todos, pero la más afectada de todos fue Tatum, al parecer Liam le interesaba de verdad, antes de enterarse de que es un psicótico acosador que está obsesionado conmigo.
Definitivamente puede conseguir algo mejor.
No tengo ni idea de qué hacer con él, no quiero denunciarlo por acoso, me importa, a pesar de toda su locura fue alguien importante en mi vida y le quiero. Ojalá Eli pensara igual que yo, pero él si quiere ir a denunciarlo por acoso.
Leí en Internet que la condena máxima son de diez a catorce meses en prisión, pero eso si la víctima principal es quien denuncia, si es otra persona en nombre de la víctima puede que solo le den de tres a cinco meses cuanto mucho.
O así sería, pero mi madre, la psicóloga, quiere ofrecerle tratamiento psicológico, valga la redundancia, si es que así él lo quiere. Creo que eso es una mejor opción que la prisión, allí sólo te llenaras de odio y querrás vengarte, no quiero tener un enemigo suelto que busca secuestrarme y arrancarme la cara en el peor de los casos y creo que nadie lo quiere. El tratamiento psicológico te hará una mejor persona, o eso es lo que espero, esas son mis condiciones si Liam quiere seguir en contacto conmigo, tratamiento=Declan se queda, creo que esa es una mejor ecuación.
Espero que acepte.
—Eres demasiado buena ¿lo sabías? —me dice Eli y yo sonrío negando con la cabeza mientras me tomo de un sorbo una pastilla para el dolor y un vaso lleno de agua. Dejo el vaso vacío en la mesa de mi cuarto, de mi cuarto original, estamos en casa de Eli en este momento esperando que mis padres biológicos lleguen, iremos a la notaria a hacer los trámites para el cambio de apellido.
—Todos merecen una segunda oportunidad Eli, Liam se equivocó, pero no es su culpa del todo; es un hombre marcado por el pasado, le hacían bullying Eli, todos en su mundo lo rechazaban por su físico desde que era un niño, no es su culpa, yo fui la única que lo aceptó y él agradeció eso con el enamoramiento, si yo hubiera estado con él o hubiera tenido la oportunidad de confiar en alguien, no hubiéramos llegado tan lejos, él no hubiera llegado tan lejos; lo sé, es buena persona —suspiré sentándome sobre la cama en la que estaré por última vez.