Destinos Cruzados

Capítulo 21

¡Hola a todos!

Sé que estuve ausente nuevamente cuando prometí volver a las actualizaciones diarias, pero estoy en semanas de exámenes y lamentablemente no tengo tiempo ni inspiración, (junio es el peor mes).

Además estuve ocupada, ya que hace unos días tuve la presentación de un libro, una antología llamada "Con Firma de Escritores", su tercer tomo, que junto con otros escritores que conformamos esta antología pudimos sacar ya tres libros (¿un secreto no tan secreto?, nuestro coordinador es un autor reconocido aquí en Booknet, y que por casualidad vivimos en la misma ciudad). También comentarles que estuve en una charla vía online en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, una gran experiencia vivida.

Como ven estuve ocupada, pero ya queda poco para poder descansar.

Y como siempre digo, espero les esté gustando la historia y los personajes (menos a Raffaello), que hablando de él, dentro de dos capítulos más se verá una escena que tal vez no está expresada totalmente con el sentimiento que debería ser, eso sucederá cuando llegue su parte y cuente su perspectiva, y sí, hablo de Vincenzo. Mientras tanto estén atentos a los nuevos personajes, sucesos y emociones que se vivirán en esta parte del Spin-off de Raffaello.

Ahora sí los dejo con la lectura. ¡Se les quiere!

M.C

♧♣︎♧♣︎♧♣︎♧♣︎♧

La fría brisa nocturna corría, moviendo las hojas de los árboles ante el silencio de las calles.

Luna, ten cuidado...

Esas nubes no son buenas...

No preguntes...

Sé paciente...

Las luces comenzaban apagarse, cada quién sabía lo que le convenía. Los susurros en las casas comenzaban como si de un coro secreto se tratase.

Luna, ten cuidado...

Con el tiempo los habitantes comenzaron a ver las consecuencias, la ciudad estaba invadida por una sombra que difícilmente les resultó intentar alejarla. Pronto la mayoría se vieron obligados a callar y aparentar, quién cuestionaba... no volvía su nombre a existir. Hasta los niños se ocultaban bajo la cama, recordando la canción que comenzó a circular y sólo describía a una persona de la cuál nadie sabía de quién se trataba, sólo que a lo lejos en el solitario canal de Venecia, en la orilla una figura masculina e imponente se dejó ver, y las creativas mentes comenzaron a murmurar.

Luna, ten cuidado, tú alumbras en las sombras.
Ese brillo despiadado, tus víctimas serán vistas.
Esas nubes, no son buenas, traen la oscuridad que atormenta.

Él vendrá, te mirará y problemas habrá.

Corre, huye, te perseguirá.
Si no sales en la noche, nada pasará.
¡Silencio! Aquí viene, a paso lento lo sabe.
Tu miedo sentirá y él disfrutará.

Al dormir, tus ojos cerrarás y el miedo se irá.
No preguntes pues él vendrá.
Si te escucha, tu fin será.

Mi madre decía:
Espera al sol, te abrazará.
Las tinieblas desaparecerán.
Un nuevo día habrá, otra oportunidad tendrás.
Sé paciente que todo llegará.

Luna, ten cuidado, tú alumbras en las sombras.
Ese brillo despiadado, tus víctimas serán vistas.
Esas nubes, no son buenas, traen al monstruo desde las tinieblas.

Sé paciente que todo llega.

Y si te quedas... ¡él vendrá!

Y un coro de gritos infantiles al finalizar. Podía imaginar a hermanos mayores querer asustar a los más pequeños antes de dormir.

Tras su satisfacción al caer la noche, era libre por fin de mostrarse... porque a pesar de todo tenía trabajo que hacer. Fue al otro lado de la ciudad junto a un grupo de sus hombres, varios de sus socios habían llegado para nuevamente negociar las rutas donde podrían transportar las mercancías sin que nadie más metiera la nariz en sus asuntos. En esos años transcurridos, pudo hacerse de más poder como lo deseaba, por supuesto que habían detalles que pronto los corregiría pero aún así estaba conforme.

—Dile a Moretti que lo quiero aquí a primera hora, sé que llegó hoy a Milán asique puede volver.

—Sí, señor —su nuevo jefe de seguridad contestó automáticamente, iba a su lado observando atento todo el lugar.

Tomasso Ferraro. Un hombre alto e imponente que fue encontrado en una situación deplorable hacía unos dos años antes, demostró ser leal cuando estuvo en una situación comprometedora pues Ruggero le había advertido que el no tener un jefe de seguridad le traería desorden en la manera que sus hombres trabajarían para él, y así pasó. Les había ordenado que fueran a esperarlo en un punto específico en las afueras de Grecia, pero cada quién interpretó una orden diferente y Raffaello casi fue capturado por los hombres de la Cosa Nostra y de Sideris, afortunadamente no sucedió gracias a un hombre que lo encontró y ocultó en un campo de maíz. Ese hombre trabajaba ahí, sus patrones lo tenían descuidado, iba por una par de monedas para así comer algo durante el día. No entendió el verdadero motivo del por qué lo salvó, aún así fue recompensado y con el tiempo demostró mucho más de lo que dejaba ver a simple vista.

Se detuvo en seco al ver una figura caminar en sentido contrario, su mano estaba lista para sacar el arma, que para su mal pesar, tuvo que comenzar a usar. Tomasso se detuvo unos pasos más adelante que él, fijándose también en la persona que caminaba. Nadie se atrevía a pasar por donde él iba. De repente las nubes se alejaron para dar paso a la luz nocturna, así revelando la misteriosa figura.

Luna, ten cuidado, tú alumbras en las sombras.

Dió unos pasos más, quería preguntar, saber el motivo de por qué salía a esa hora si todos estaban al tanto del peligro que acechaba en las noches.




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