Luís Mejía
Cap 29 asolas en la habitación
--- al escuchar la amenaza anterior de Alexandra, los que no tenían nada que ver en el asunto salió
del lugar de manera rápida sin esperar saber en que terminaría aquella parodia.
--- por otro lado María José, estaba tan excitada que sentía que se ahogaba quería refrescarse no
podía soportarlo más, mordiendo su labio inferior para mantener la racionalidad observo a Alexandra
--- ¿qué quieres de mí?
--- ¿porque nos atraído a este lugar? pregunto en tono excitante sin ser su intención
----Al el escuchar sus palabras, Raquel, marcela y Gina quedaron impresionadas, menos Alejandro y
Javier. Comprendieron que todo lo dicho anterior mente no era un mal entendido, mucho menos una
equivocación, todo estaba directa mente conectado con ella
--- ¿qué quiero? no es la pregunta que deberías acerté, en este momento tu eres la que necesitas
ayuda
<<< María José, ¡no!84
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--- ¡No quiero tu ayuda!
--- ¡déjame ir! Pidió en tono de súplica, temiendo lo peor, sabía que en su estado no podía hacer
nada para resistirse
<<< Alexandra, ¡no puedo dejarte ir!, fue la respuesta que obtuvo. Al menos no hasta asegurarme
que estarás bien.
--- ¡todos salgan!, ordenando a uno de sus escoltas que llevarán a marcela hasta su casa junto con
su amiga sanas y salva
--- ¡no me marchare sin mi hermana!
--- ¡olvídenlo, la llevare con migo a casa!
--- ¡estaremos bien sin su ayuda!, contesto marcela
<<< María José respondió, será mejor que se vallan no se preocupen estaré bien, no me pasara
nada ahora salgan de aquí. Mientras la abrasaba mirando a Alexandra pidió ¡promete que estarán
bien!
--- ¡que no les pasara nada y are lo que quieras! promételo
--- no te preocupes, ¡sabes porque no puedo dejarte ir!, pronto estarás incontrolable, ardiendo en
deseo, con testo Alexandra en un tono tranquilizante
--- ¡lo sé! respondió de inmediato María José, no era tonta, sabía perfectamente lo que le pasaba a
su cuerpo
--- Marcela fue sacada del lugar junto a Gina, seguida por dos hombres más, que dando solo Javier,
Raquel, Alejandro, María José y Alexandra quien se levantó de la silla señalo a Javier y Raquel, para
que salieran
<<< Raquel se sobre salto al comprender la situación que estaba pasando
--- ¡me quedare con Alejandro!
--- ¡Pasaremos la noche juntos, pueden irse y llevarse a la mujer de ahí!
<<< Alejandro quien solo observaba a maría José, dirigió una mirada gélida a Alexandra quien en
respuesta sonreía
--- ¡sabes lo que tienes que hacer!, ayúdala con su problema solo si ella te lo pide de lo contrario no
lo agás, está prohibido poner una mano sobre ella si no te lo pide, recuerda los valores que te
hemos enseñado a lo largo de los años,85
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<<< Javier quien se dirigía fuera de la habitación tomo a Raquel del brazo, la levanto diciendo
--- ¡vamos!
--- ¡no puedes hacer nada!
--- ¡esto es un asunto familiar y no podemos intervenir! Dijo Javier en tono severo por ver como
raque estaba complicando las cosas para su familia.
--- ella no conocía la verdadera forma de ser de Alexandra aunque había sido amable anterior mente
no significaba que no tuviera carácter. Por el contrario una persona como ella y Fran que no
mostraban sus emociones cuando estaban enojados como los demás, los hacia indescifrables para
los que no los conocía pero para él, que había convivido más con Alejandro desde la infancia y
después de la muerte de sus padre, pudo ver lo severo que fueron con Alejandro durante su crianza
por lo que sabía que su amigo debió hacer algo que los molestara tanto como para elegir a su
esposa aun en contra de su voluntad. Después de haberle dicho en su adolescencia y en su
presencia que era libre de elegir a la esposa que quisiera siempre cuando fuera feliz con ella el resto
de su vida y que ahora salieran con esto, demostraba que Alejandro los había hecho enojar.
--- después debería tener una conversación muy seria y larga con su amigo a quien consideraba
como el hermano que nunca tuvo
--- ¡suéltame!
--- ¡no me quiero ir contigo a ningún lugar!
--- ¡quiero quedarme con Alejandro! seguía insistiendo Raquel
--- no se trata si quieres o no, es una orden no entiendes, al ser arrastrada y voltear a ver pudo ver el
rostro indiferente de Alejandro.
--- una vez solos en la habitación, Alejandro pregunto mientras tomaba su copa de whisky,
--- ¿con que tú eres la mujer que eligieron para ser la señora ludinski?, Viéndola de una manera
indiferente cruzando sus piernas
--- ¡Eres más hermosa de lo que creí!, dijo tomando su trago
<<< María José, por su parte solo se aferraba al sillón con fuerza, no quería escuchar aquellas
palabras solo quería que aquella sensación que sentía por todo su cuerpo para, con cada segundo
que pasaba se sentía más caliente. Su cuerpo temblaba y sin siquiera saber en qué momento86
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sucedió, sitio como su entre pierna se humedecía sus pechos se endurecían sus pezones le dolían
ya no podía soportarlo más morder su labio no era suficiente.
--- ¿Qué sucede?
--- ¿no quieres que te ayude? pregunto Alejandro en un tono burlón al ver lo desesperada que
estaba
--- con solo escuchar su voz, su cuerpo se estremecía
--- ¡cállate no quiero tu ayuda!
--- ¡solo sal de aquí!
--- ¡déjame sola! Pidió mientras salía corriendo en dirección de la puerta agarrando con fuerza la
empuñadura estremeciéndola con fuerza abran, abran la puerta déjenme salir les pedía a los
guardias que custodiaban al otro lado.
--- ¡como veras no puedo salir de este lugar, al menos no hasta que estés bien! respondió Alejandro
<<< María José no pudo soportarlo más, su cuerpo se quemaba por dentro, soltó las lagrima de la
desesperación, avergonzada de lo que estaba a punto de hacer, sin más opción volteo haber al
hombre sentado de manera imponente y sonriendo con una mirada picara en su rostro
--- ardiente de deseo jadeaba, mientras sin explicación alguna, su boca se hacía agua con su propia
saliva, para que no saliera y choreara su cuerpo tragaba su propia saliva causando un gran
estruendo mientras bajaba por su garganta, lo cual la hacía parecer una pervertida, ardiente en
deseo por la excitación y la desesperación, advirtió
--- ¡no agás nada!
--- !solo, solo quédate quieto!, sin decir más palabras, María José se abalanzó sobre él, como una
gata en celo, desesperada por la sensación que quemaba su cuerpo, desabotonó su camisa con la
esperanza de calmar su calor corporal, de inmediato comenzó acariciar al hombre delante de ella,
esa era una experiencia nueva para ella, nunca imagino que esa simple acción le produjera más
placer que el que sentía y la ayudaban en cierto modo a saciar su ansiedad, en busca de calmar su
desesperación por completo comenzó a besar su cuello, sus labios, tomando la iniciativa de
introducir su lengua entre la boca, mientras despoja al hombre de su ropa y tocaba sus abdominales
y cuerpo bien trabajado. Su rostro se teñía de color carmesí por la vergüenza que sentía, pero eso
no la detenía quería más, mientras una parte muy infinita de su ser le decía que tenía que calmarse,
su mente estaba invadida por el placer, no podía pensar con claridad y en una de esas soltó un gran87
sonido, “jadeando de placer” encendiendo un fuego incesante en su interior, más irresistible que el
anterior no podía soportarlo.
--- el rojo carmesí de su rostro no se apagaba por el contrario se encendía cada vez mas de solo
saber lo que estaba haciendo, era la primera vez que tocaba el cuerpo de un hombre “por su propia
voluntad”.
--- observando como aquel hombre con una cara de póquer solo la miraba mientras sus brazos
estaban extendido por los costado del sofá
--- perdida en su excitación no se percató en que momento, había quitado la camisa de Alejandro y
la suya viendo el cuerpo esbelto y bien formado lo cual la hizo jadear más fuerte que antes, sin
percatarse inconscientemente, estaba balanceando su cuerpo contra la gran erección de aquel
hombre la cual la había excitado hasta el límite, soltando un gran grito ahogado que la dejo sin
aliento mientras sentía su primer orgasmo.
--- ¿qué esto?
--- ¿Qué me está pasando?
--- sentía como a su cuerpo le faltaba el aire, las piernas se sentían temblorosa con la respiración
pesada, recostada sobre el cuerpo de ese hombre desconocido para ella.
--- ¡Esto es placer! “querida”
--- ¡quiere decir que estas en el clima! Le dijo Alejandro
--- ¡no, tienes que estar equivocado! Resp
--- ¡tengo que salir de aquí!, tratando de levantarse sin éxito,
--- el hombre que antes tenía sus brazos extendidos en el sofá y la dejo hacer con su cuerpo lo que
quisiera, le dijo al oído
--- ¡cuando quieras aliviar tu deseo solo pídelo!, y te are sentir mejor, añadiendo
--- ¡Tendrás que hacerte responsable por lo que as echo!, mirando su erección la cual tampoco podía
resistir más por culpa de los movimientos que lo excitaron. Ahora el, también ardía en deseo por
estar dentro de ella
--- mientras todo esto sucedía en el interior de la caja privada afuera están los guardias que
custodiaban la puerta los cuales no dejaban de murmuran
--- ¡se nota que la están pasando bien!
--- ¡quisiera estar en su lugar! sin percatarse de la presencia de la mujer que durante los últimos
años había sido la encargada de proteger a la futura señora ludinski
--- ¿qué diablos están diciendo?, ¡acaso quieran morir! será mejor que olviden todo lo que acaban
de oír, si los escucho otra vez haciendo comentarios sobre lo sucedido en esta habitación no me
culpen por hacerlo responsable por difundir rumores sobre la señora. Lárguense a otro lugar ordeno
de manera sebera con el rostro fruncido.
--- Aquella palabras la estremecieron, pronto se estaba frotando su intimidad contra la gran erección
de Alejandro ludinski con más fuerza de lo normal “quería”, no deseaba ser penetraba por aquel
hombre frente a ella,
--- pero todavía se resistía hacerlo, una parte de su racionalidad quería controlarse, eso era lo que se
decía así misma
--- ¡tengo que ser fuerte, no puedo dejar que este infeliz me toque!
--- ¡no puedo permitirlo! y de un empujón trato de separarse de él, pero fue inútil aquel hombre la
agarro con fuerza pegándola a su cuerpo musculoso aprisionándola sin dejarla levantarse, lo cual le
produjo un placer insaciable su respiración se hizo pesada y pronto comenzó a acelerar los
movimientos y no pudo evitarlo sus labios se juntaron en un beso apasionado.
<<< Alejandro la abrazo con fuerza, introdujo su lengua en su boca mientras María José luchaba por
zafarse se estaba quedando sin aire y de repente sintió como se mojaba su intimidad, lo cual la
avergonzó demasiado no solo mojo su ropa interior era tanta la excitación que la descarga se
prolongó demasiado viniéndose dos veces seguidas sobre la erección de Alejandro por encima de su
ropa al separase, de inmediato se levantó con las piernas temblorosa y su ropa de la cintura para
abajo mojada por sus orgasmos, en su zona intima, la sensación de hace unos momentos la había
agotado por completo, y cayó al suelo sin fuerzas, mordiendo su labio inferior para resistir la
tentación de pedir más estaba tan avergonzada que su rostro seguía rojo y decía
--- ¡no me mires! Con la respiración entrecortada y su voz ronca.
<<< Alejandro por su parte se levantó del sofá para inclinarse sobre ella, susurró en su oído
--- ¡ahora tendrás que tomar la responsabilidad de esto! Tomando su mano tiro de ella, llevando su
mano hacia su gran pene sediento por estar dentro de ella.