destinos entrecruzados

Capítulo 1: Un Nuevo Comienzo

 

La luz de la mañana se filtraba suavemente a través de las cortinas de la habitación de Marina, llenando el espacio con una calidez reconfortante. Había pasado varios meses desde el reencuentro con Lucas en Nueva York, y aunque la vida había seguido su curso, las marcas de ese verano en el campamento seguían presentes en su corazón.

Marina se levantó lentamente, sintiendo el peso de la rutina diaria sobre sus hombros. A pesar de las dificultades con su salud, había logrado encontrar un ritmo que le permitía mantenerse activa y creativa. Sus poemas seguían fluyendo, y cada palabra que escribía era un reflejo de sus emociones más profundas.

Después de vestirse y tomar su medicación, Marina se dirigió al parque cercano. Las hojas de los árboles empezaban a brotar, anunciando la llegada de la primavera. El aire fresco llenaba sus pulmones mientras caminaba por los senderos, encontrando en la naturaleza una fuente constante de inspiración y tranquilidad.

Se detuvo en su banco favorito, el mismo donde había comenzado a escribir nuevamente meses atrás. Sacó su cuaderno y su bolígrafo, lista para dejar que sus pensamientos se transformaran en versos. Sin embargo, sus manos se detuvieron cuando su mirada se posó en una carta que había recibido la noche anterior.

Era de Lucas.

Con el corazón latiendo con fuerza, Marina abrió la carta y comenzó a leer:

"Querida Marina,

No hay un día que pase sin que piense en ti y en el tiempo que compartimos. Aunque la distancia nos separa, siento que nuestra conexión es más fuerte que nunca. Las cosas aquí en Canadá han sido difíciles, pero saber que estás allí, escribiendo y creando, me da fuerzas para seguir adelante.

He decidido aceptar la oferta de mis padres y continuar mis estudios aquí. Sé que esto nos mantendrá separados por más tiempo del que ambos desearíamos, pero confío en que nuestro amor puede superar cualquier obstáculo. Cada carta y cada poema que nos enviamos es una promesa de que, sin importar lo que pase, siempre estaremos juntos en espíritu.

Espero con ansias el día en que podamos volver a vernos. Hasta entonces, seguiré soñando con ese momento y guardando tus palabras cerca de mi corazón.

Con amor, Lucas."

Marina sintió una mezcla de tristeza y esperanza al terminar de leer la carta. Sabía que la decisión de Lucas era lo mejor para su futuro, pero la idea de estar separados por tanto tiempo le resultaba dolorosa. Guardó la carta en su cuaderno y tomó una profunda respiración, tratando de encontrar la fuerza para seguir adelante.

Pasaron los días, y Marina se sumergió en su trabajo, encontrando consuelo en la poesía y en la comunidad de escritores que había conocido. Una tarde, mientras revisaba sus escritos en el café donde había visto a Lucas por última vez, una mujer se le acercó con una sonrisa.

—Hola, ¿eres Marina, la poeta? —preguntó la mujer, con un tono de admiración.

—Sí, soy yo —respondió Marina, un poco sorprendida.

—Me llamo Clara. He leído tus poemas en varios eventos y quería decirte cuánto me han conmovido. Tienes un talento increíble para expresar las emociones más profundas. Quería invitarte a un taller de poesía que organizo. Creo que sería una gran oportunidad para ti.

Marina se sintió halagada y emocionada por la invitación.

—Gracias, Clara. Me encantaría participar. ¿Cuándo y dónde es el taller?

Clara le dio los detalles, y Marina se sintió llena de anticipación por la nueva experiencia. El taller sería una oportunidad para aprender, crecer y conocer a otros poetas apasionados.

El día del taller llegó, y Marina se encontró rodeada de personas que compartían su amor por la poesía. Cada sesión era una oportunidad para explorar nuevas formas de expresión y para conectar con otros a un nivel profundo. Durante una de las sesiones, Clara les propuso un ejercicio especial.

—Hoy, quiero que todos escriban un poema sobre una persona que haya tenido un impacto significativo en sus vidas —dijo Clara, con una sonrisa—. Alguien que les haya enseñado algo importante, que les haya cambiado de alguna manera.

Marina supo inmediatamente sobre quién escribiría. Tomó su cuaderno y comenzó a escribir sobre Lucas, sobre el amor y las lecciones que habían aprendido juntos. Sus palabras fluyeron con una sinceridad que sorprendió incluso a ella misma.

```
En tus ojos vi el reflejo de mis sueños,
en tus brazos encontré un refugio.
Aunque la distancia nos separe,
tu amor sigue siendo mi guía.

Cada palabra, cada suspiro,
lleva el eco de tu voz.
Eres la luz en mi oscuridad,
la esperanza en mi desvelo.

Y aunque el tiempo pase lento,
sé que nuestro amor perdura.
Porque en cada poema,
vivo la esencia de tu ser.
```

Al terminar, Marina se sintió más conectada con sus sentimientos y con Lucas. Compartió su poema con el grupo, y las palabras resonaron profundamente en los demás. Clara la miró con una sonrisa de aprobación.

—Marina, tienes un don. Nunca dejes de escribir y de compartir tu corazón con el mundo.

Esa noche, Marina volvió a casa con una sensación renovada de propósito. Sabía que el camino por delante sería difícil, pero también sabía que su amor por Lucas y su pasión por la poesía le darían la fuerza para seguir adelante. Mientras se preparaba para dormir, abrió su cuaderno y escribió una nota para Lucas:

"Querido Lucas,

Hoy escribí sobre ti en un taller de poesía. Cada palabra fue un recordatorio de cuánto significas para mí. No importa cuán lejos estemos, siempre estarás en mi corazón.

Con amor, Marina."

Con una sonrisa, cerró el cuaderno y se acostó, soñando con el día en que sus caminos se volverían a cruzar. Y así, comenzó un nuevo capítulo en la vida de Marina, lleno de esperanza, desafíos y la promesa de un amor eterno.




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