destinos entrecruzados

Capítulo 14: El Amor es Más Grande que la Depresión

Los días que siguieron a la separación fueron oscuros y llenos de incertidumbre para Marina y Lucas. Ambos intentaron seguir adelante, pero la ausencia del otro se sentía como un vacío imposible de llenar. La tristeza y el dolor se convirtieron en compañeros constantes, y ambos sabían que necesitaban ayuda para enfrentar sus demonios.

Marina decidió buscar ayuda profesional. Encontró un psicólogo en Nueva York que la ayudó a enfrentar sus sentimientos de culpa y tristeza. Cada sesión era un paso hacia adelante, un pequeño avance en su camino hacia la sanación. Sin embargo, la ausencia de Lucas seguía siendo un peso enorme en su corazón.

Un día, mientras se dirigía a una de sus sesiones, Marina se sintió abrumada por una ola de ansiedad. Entró en el edificio del consultorio y, al cerrar la puerta del ascensor, comenzó a hiperventilar. El espacio cerrado y la falta de aire intensificaron su pánico, y Marina se encontró luchando por respirar. Sentía que el mundo se desmoronaba a su alrededor.

El ascensor se detuvo en el piso de su consultorio, y Marina salió tambaleándose, buscando desesperadamente aire fresco. Un amable asistente de la clínica la encontró y la ayudó a sentarse, llamando rápidamente a su psicólogo.

—Marina, respira conmigo. Inhala profundamente y exhala lentamente —dijo el psicólogo, sentándose a su lado y guiándola a través de un ejercicio de respiración.

Después de unos minutos, Marina comenzó a calmarse, aunque el miedo y la desesperación seguían latentes.

—No puedo seguir así. Necesito verlo, necesito hablar con él —dijo, su voz aún temblando.

El psicólogo la miró con comprensión.

—Marina, es natural que sientas esa necesidad. Pero antes de tomar una decisión impulsiva, debemos asegurarnos de que estás preparada para enfrentar lo que venga, ya sea bueno o malo —respondió, dándole una mirada comprensiva.

Marina asintió, pero el deseo de ver a Lucas era abrumador. Decidió tomar un riesgo y volar a Canadá para buscarlo, con la esperanza de encontrar algún tipo de cierre o, al menos, una forma de aliviar el dolor que la consumía.

Mientras tanto, Lucas también estaba luchando con sus propios demonios. Sus padres insistieron en que regresara a Canadá para alejarse de los problemas y empezar de nuevo. Lucas aceptó, pero la tristeza y la depresión lo seguían a dondequiera que iba. Decidió buscar ayuda de un terapeuta, quien lo ayudó a enfrentar sus sentimientos de culpa y arrepentimiento.

En medio de su proceso de sanación, Lucas recibió una llamada que lo dejó paralizado. Era el psicólogo de Marina, informándole que ella había tenido un ataque de pánico y que, en su desesperación, había decidido viajar a Canadá para verlo.

—Lucas, ella necesita verte. No sé si esto será lo correcto a largo plazo, pero en este momento, es lo que su corazón le pide —dijo el psicólogo.

Lucas sintió una mezcla de emociones. Sabía que ver a Marina podría ser tanto un bálsamo como una herida, pero también sabía que no podía rechazarla en su momento de necesidad.

Cuando Marina llegó a Canadá, se encontró con Lucas en un pequeño café. Ambos se miraron con una mezcla de amor y dolor, sin saber por dónde empezar.

—Lucas, lo siento. No quería causarte más dolor, pero necesito entender, necesito saber si hay alguna esperanza para nosotros —dijo Marina, sus ojos llenos de lágrimas.

Lucas tomó sus manos, sintiendo la familiaridad y el amor que aún ardía entre ellos.

—Marina, también te extraño. No sé si podemos solucionar todo lo que ha pasado, pero sé que no quiero perderte de nuevo. Tal vez podamos empezar de nuevo, más despacio, y ver a dónde nos lleva esto —respondió, con voz suave.

Marina asintió, sintiendo una chispa de esperanza. Sabían que el camino sería difícil y lleno de desafíos, pero en ese momento, ambos estaban dispuestos a intentarlo. El amor que sentían el uno por el otro era más grande que cualquier obstáculo, y aunque la depresión y el dolor seguían presentes, juntos sentían que podían enfrentarlo.

La reunión en el café marcó un nuevo comienzo, una oportunidad para sanar y reconstruir lo que una vez tuvieron. Sabían que no sería fácil, pero estaban dispuestos a luchar por su amor, convencidos de que, a pesar de todo, el amor verdadero siempre encuentra una manera de prevalecer.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.