Destinos Entrelazados

Capitulo 4

 

 

Un nuevo día en el instituto de nuestro chico, como todos los dias desde que esta con su amada, la esperaría en el aula para poder darle afecto, poder darle el amor que siente por ella y que ella se lo devuelva. Como siempre este estaría entusiasmado y animado. No se podría comparar su felicidad como el de las demás personas, los demás alumnos se veían indiferentes mayormente por las clases, otras solo se las pasan bien con sus hilos rojos, pero no tan animado y feliz como nuestro chico.

- “Ya casi da la hora para empezar la clase y aun no llega Elizabeth, ¿Abra tenido algún problema?”- Pensó Jonathan aun esperándola, asomándose por la puerta y al tocar el timbre, sin más remedio entra a su aula y sentarse en su lugar, observando donde su hilo rojo se iba a sentar.

Por otro lado, la chica que aun estaría en su casa, discutiendo con sus padres de diversos temas sale de la case dando un portazo al salir y cerrar la puerta, caminando enojada, pero sin dejar que eso le perjudique su imagen, para ella lo más importante era su imagen.

-Agh, se me hizo tarde por quedarme discutiendo con ellos. Espero llegar antes de que termine la hora de la primera clase. – Dijo la chica mientras se paraba a esperar su transporte para poder llevarla a su instituto.

La hora paso y no se reportó la chica. Jonathan se sentía nuevamente desanimado al no verla, Eunice observándolo de lejos, se acercó a él para poder consolarlo, pero no dio ningún resultado. Este, aunque sonría en sus ojos se lograría ver lo miserable que se sentía solo por no tener a su pareja al lado. La chica sin opciones para poder animar a su amigo, se aleja con tristeza por como esta su amigo.

Antes de que llegara el profesor a dar la clase, entro Elizabeth al aula, provocando un ruido que alerto a los demás incluyendo a Jonathan, miro hacia la dirección del ruido y logro ver a su pareja. Su expresión cambio tan rápido que ahora ni rastro alguno quedo de su tristeza. Este se levantó y sin pensarlo fue a abrazar a su hilo rojo.

-No sabes cuánto te eche de menos Elizabeth, no sabes cuánto pero cuanto te he echado de menos. – Comenta el chico mientras se separa poco a poco a su pareja.

La chica lo aparta después de que este se haya separado un poco, mirándolo con enojo e incomodidad. – En serio Jonathan, no siempre andaré apegado a ti. Búscate cosas mejores que hacer cuando yo no este. – Dijo Elizabeth para luego caminar a su asiento y acomodarse el cabello.

El profesor entro al salón y mando que se siente todo mundo, Jonathan y los demás chicos y chicas hicieron caso, pero Jonathan parecía que le habían clavado una estaca en el corazón por el comentario, hasta los chicos del lugar que escucharon se sentían algo mal por él. Pero no querían entrometerse en un tema como el de una pareja y sus problemas.

La hora del descanso, todos guardan sus cosas y se retiran, hasta Elizabeth sin haberle importado lo que le dijo a su pareja o si lo lastimo con eso. Jonathan guardaba su libreta y útiles algo lento, tan afectado fue que parecía que en su mundo ya todo era lento. Saliendo del aula tomo a mano izquierda, el camino para llegar a los campos del instituto.

Sentándose en un banco con sombra, se colocó unos audífonos y empezó a escuchar música y observar a la nada, pensando en cómo era él y como fue tratado tan cruelmente por su pareja. El amor que él ha tenido desde que entro a ese instituto. Todo sobre lo que él pensaba de ella, estaba siendo borroso, nunca la había visto de tal forma.

- ¡HEY, HEY! – Gritaba un chico aplaudiendo frente a la cara de Jonathan. Provocando que Jonathan por fin se dé cuenta de que estaban un grupo de chicos frente a él, sacándose los audífonos y mirándolos. – Por fin reaccionas petrificado, escuchamos lo que sucedió antes con… Bueno ya sabes. Y no queríamos dejarte solo, ¿Quieres unírtenos a jugar? Trajimos algunos juegos. – Comento uno de los chicos mirando a Jonathan.

Jonathan aun mirando a los chicos, asintió levemente y se levantó del banco y tomo sus cosas para seguir a los chicos a donde lo llevarían para jugar. Por otro lado, Eunice estaba viendo cómo se iba Jonathan con los demás chicos.

-Hey, ¿Qué haces mirando a mi chico? Gordita. – Dijo Elizabeth llegando con Eunice y mirándola a los ojos desafiante. - ¿Acaso le tienes ganas? Ay pues que mala suerte siendo que ya es mío, ya habrá alguien que te del gobierno, espero será un gordito rellenito como tú. –

Eunice solo se ríe por los comentarios que dice Elizabeth, para luego mirarla y recargarse en la pared. – Ay dios, que cosas dices… Si es tu chico deberías tratarlo bien y creo que, dentro de poco, se dará cuenta que como tú lo tratas no es lo mejor, y aunque estén destinados ya a vivir toda la vida. Él puede devolverte lo que tú lo has hecho. Ah y, por cierto, ¿Sabías que a Johnny le gustan las rellenitas? No del todo las anoréxicas como tú. – Comento devolviéndole una sonrisa tan calmada y victoriosa.



#37788 en Novela romántica

En el texto hay: amor, infidelidad amor prohi

Editado: 23.08.2019

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