Destinos Entrelazados

Capitulo 3 El encuentro

El cielo estába oscuro cuando Lady Evelyn y Lady Katherine partieron hacía el lugar acordado. Hacía una suave brisa marina, el carruaje avanzaba por un camino estrecho, escoltado por dos guardias.

Lady Evelyn miraba a través de la pequeña ventana, admirando el paisaje.

-—Everly - dijo lady Katherine -,—debéis recordar que los MacGregor no son sólo enemigos, también son muy listos. Nunca dicen lo que realmente piensan.

—¿Cree usted madre, que esto es una trampa? -—preguntó lady Evelyn, sin apartar la vista del paisaje.

—No necesariamente Evelyn. Pero Laird Alastair MacGregor tiene fama dé ser muy astuto como su abuela. Debemos de tener cuidado -—dijo lady Katherine.

Llegaron a un claro con algunos árboles que delimitaban las tierras de ambos clanes. En el centro del lugar, un grupo de hombres y mujeres aguardaban junto a un carruaje negro. Con el emblema de los MacGregor grabado en la puerta.

Lady Katherine descendió del carruaje con elegancia, seguida de Lady Evelyn que ajustó su capa para cubrirse del frío. Al frente del grupo de los MacGregor estaba un joven alto y de un porte imponente. Laird Alastair tenía el cabello castaño.

—Lady Katherine Mackenzie -—dijo Laird Alastair, inclinando su cabeza-.Un placer verla de nuevo después de tantos años.

-—aird Alastair MacGregor —respondió Lady Katherine -. Espero que esté encuentro sea tan bueno cómo pretende.

Lady Evelyn sintió cómo la miráda de Laird Alastair se posaba en ella mirándola con interés.

-—Y está hermosa dama debe de ser Lady Evelyn —dijo con una sonrisa -—.He oído hablar mucho de usted, aunque parece que los rumores no le hacen justicia.

Lady Evelyn levantó la barbilla tratando de mantener la calma.

—Espero que lo que haya escuchado sea favorable, Laird MacGregor. Aunque me temo que los rumores suelen ser tan engañosos cómo el viento.

—No estamos aquí para intercambiar cortesías, Lady Evelyn. El motivo de esta reunión es mucho más importante.

—Entonces, vayamos al grano -—ntervino Lady Katherine -—¿ Qué deseáis Laird Alastair?

Laird Alastair señaló un banco cercano y las invito a sentarse. Sacó un pergamino de su chaqueta y lo extendió sobre el banco, era un mapa antiguo de las tierras que ambos clanes se disputaban.

-—Estas tierras, que ahora ustedes gobiernan, eran parte del legado de mí familia. Mí abuela, Lady Agnes, ha insistido durante años en que está disputa debe resolverse. Pero yo tengo una propuesta diferente —dijo Laird Alastair.

—¿Una propuesta? -—dijo Lady Katherine, sorprendida.

—Una alianza, es lo mejor - —espondió Laird Alastair, mirándo directamente a Lady Evelyn —.Una unión que beneficie a ambos clanes.

—¿Una unión?-—repitió, no dió crédito a lo que estaba escuchando -preguntó Lady Katherine.

—Exactamente lady Katherine. Sí nuestros clanes se unen a través del matrimonio, podríamos poner fin a siglos de rencor y consolidar un poder inigualable en estas tierras.

Lady Katherine no mostró ninguna emoción, pero Lady Evelyn sentía cómo la irá se apoderaba de ella.

—¿Cree usted que puede comprar la paz ofreciéndose como mí esposo? —dijo Lady Evelyn -—.No soy un objeto para una negociación, Laird Alastair.

—No pretendía insultarla, ni que vos os sentiriais incómoda, Lady Evelyn. Pero ambos sabemos que está disputa terminará de una o de otra manera: con sangre o con un pacto.-—respondió Laird Alastair.

—-Esto requiere más deliberación de lo que una conversación permite, es una decisión difícil, Laird MacGregor. No esperé usted una decisión inmediata.—respondió Lady Katherine.

—Por supuesto -—espondió Laird Alastair, inclinando la cabeza —.Pero tenga en cuenta, Lady Katherine, que mí paciencia tiene un límite, al igual que la de mí abuela Lady Agnes.

Con esas palabras, Laird se levantó, haciendo una reverencia antes de regresar al carruaje.

Lady Evelyn y Lady Katherine se quedaron en silencio mientras lo veían alejarse.

—Madre no puedo creer que siguiera algo tan absurdo -—dijo Evelyn indignada.

—No es absurdo, Evelyn sí considerás lo que está en juego —respondió Lady Katherine -—. Pero no tomaremos ninguna decisión apresurada. Tendrémos que averiguar cuáles son sus verdaderas intenciones, por qué los MacGregor son así.

Mientras el carruaje de los MacGregor desaparecía en la distancia, Lady Evelyn pensó que esto sólo era el comienzo de un juego peligroso, dónde las alianzas y las tradiciones serían monedas de cambio...




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