Destinos Entrelazados

Capitulo 4 Secretos oscuros

La noche había caído sobre el castillo dé Baremar, se podía escuchar las olas del mar.

En el salón principal, Lady Katherine observaba las llamas de la chimenea mientras sostenía la carta de Laird Alastair entre sus manos. Lady Evelyn, estaba sentada frente a ella, esperando una explicación.

—¿Qué pensais hacer, madre? -—preguntó lady Evelyn molesta-.No Puedo creer que usted, éste considerado la propuesta de Laird Alastair.

Lady Katherine alzó la miráda, sus ojos reflejaban cansancio, llevaba toda la noche sin poder descansar.

—Evelyn en política no sé trata de lo que queremos, sino de lo que debemos hacer -contestó Lady Katherine.

—¿Madre, y entregar a tu única hija a un hombre que apenas conozco es lo que debéis hacér? - contestó Lady Evelyn, levantándose de su asiento -—¡Esto no es justicia, madre, es un sacrificio! Usted se casó con padre por amor, por que yo no puedo -—contestó Lady Evelyn enfadada.

Lady Katherine dejó la carta sobre la mesa.

—Escuchadme, Evelyn. No estamos hablando dé mí, yo tuve la suerte de conocer a tú padre, ni tampoco estaba en la misma situación... Está disputa lleva muchos años. Sí no sé resuelve pronto, los MacGregor podrían tomar medidas drásticas.

-— Drásticas, madre? ¿A qué os referís con eso? -—preguntó Lady Evelyn.

—Sí , Evelyn, no te engañes pensando que está propuesta es un gesto dé paz. Laird Alastair busca algo más que una alianza matrimonial. Quiere tener acceso a muestras tierras, o nuestro poder.

—¿ Entonces, ¿ Que proponéis, madre?

Lady Katherine se levantó, caminando hacia un pequeño cofre que estába sobre una mesa cercana. Sacó un pergamino viejo y se lo entregó a Lady Evelyn.

—Este documento contiene información sobre la disputa, sobre lo que pasó con los MacGregor. Tu abuelo lo guardó celosamente, y hasta ahora, he mantenido su contenido en secreto.

Lady Evelyn desabrochó el pergamino, leyendo sus palabras.

—Madre, ésto prueba que las tierras siempre pertecieron a los Mackenzie.

—Exacto, Evelyn —respondio' Lady Katherine —Pero hay algo más. Lady Agnes no sólo nos culpa de haber tomado las tierras, sino también de la desaparición de su hija menor.

—¿Desaparición, madre? No entiendo nada, esa es una acción muy grave madre.

—Nadie de está familia sabe nada.La hija de Lady Agnes desapareció. La misma noche en que estás tierras cambiaron dé manos. Lady Agnes siempre ha creído que vuestro abuelo tuvo algo que ver.

Lady Evelyn cerró el pergamino, ¿ Y si es cierto,madre? ¿ Y si hay algo más detrás de está disputa.

-—Por éso debemos de ser cautelosas —contestó Lady Katherine —Laird Alastair podría estar buscando más que una solución pacífica; podría desenterrar secretos que preferimos dejar enterrados.

La puerta se abrió de golpe, y un guardian entró deprisa.

—Mi Lady, disculpad la interrupción pero hay algo que deberíais ver.

Ambas mujeres siguieron al guardia hasta la entrada del castillo. Un hombre con una capucha yacía de rodillas en el suelo, sujetado por dos guardias. Al acercarse, Lady Evelyn reconoció al hombre.

—¡ Es uno dé los mensajeros de los MacGregor! -—exclamó Lady Evelyn.

Él hombre levantó la cabeza, con él rostro pálido, y parecía tener miedo.

-Por favor ... necesito hablar con vos...Es sobre Lady Agnes...Y lo que planea Laird Alastair...

Lady Katherine intercambio una miráda con Lady Evelyn antes de preguntar.

-—Hablad, ahora.

Él hombre tragó saliva asustado.

—Lady Agnes no permitirá que la disputa terminé con un simple matrimonio. Laird Alastair os engaña mí Lady. Lady Agnes está planeando algo peor...

—¿Hablad, que está planeando? -— preguntó Katherine.

Él mensajero estaba tan aterrado que miró a su alrededor, cómo sí temiera que alguien lo estuviera escuchando.

—Una incursión... Está misma semana. Quieren tomar Baremar por la fuerza y quedarse con todo. Tendréis que aceptar la propuesta de matrimonio si no quereis perder la vida mí Lady.

Lady Evelyn apretó con fuerza los puños, sintiendo como la irá hacía hervir su sangre.

—Entonces debemos prepararnos madre. Sí los MacGregor creen que pueden arrebatarnos lo que es nuestro, descubrirán lo equivocados que están.

—Si , deberemos prepararnos , pero debemos ser más astutos que ellos, Evelyn .Ésto será una lucha por la supervivencia, y por no perder nuestras tierras.

Mientras las llamas dé las antorchas iluminaban la noche, Lady Evelyn pensó que el conflicto con los MacGregor estába muy lejos de terminar. Ahora más que nunca, tendría que demostrar que era digna del legado de los Mackenzie.




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