Destinos Entrelazados

Capitulo 14 La trampa

La luna brillaba sobre el paso de Bealach Croise, la niebla densa está muy baja y Lady Evelyn se encontraba al frente de un grupo de hombres, llevaba una capa negra, protegiéndola del intenso frío, mientras miraba cada rincón del camino. Aquella trampa había que hacerla bien, o las consecuencias serían catastróficas para los MacGregor.

—¿ Se encuentran todos en sus posiciones? — .Preguntó en voz baja, girándose hacía Hamish quien sostenía un pequeño mapa del área.

— Sí, mi Lady. Los arqueros están ocutos en los riscos y los lanceros se preparan en el estrecho sendero. Si los Cameron intentan avanzar, no tendrán por donde escapar.

Lady Evelyn no podía dejar de preocuparse. Sabiá que los Cameron eran agresivos, pero no ignorantes. Si sospechaban de la emboscada , podrían retirarse antes de caer en la tranpa.

Laid Alastair llegó a caballo y se puso a su lado.

—Lady Everyn, los vigías han visto antorchas acercándose desde el este. Parece que los Cameron no han perdido el tienpo.

—Perfecto —respondió ella, ajustando la empuñadura de su daga—. Si vienen según lo previsto, estarán atrapados antes de darse cuenta , mi Laird.

—No debeis exponeros demasiado. Vuestra presencia aquí ya es un riesgo,y no pienso perderos en esta batalla , mi Lady.

—Os agradezco la preucupación, pero no me quedaré atrás mientras los hombres luchan por defender lo que os pertenece, mi Laird.

Se escuchó un grito, llegó uno de los exploradores corriendo en su caballo desde el paso.

–¡ Los Cameron están aquí! ,¡se aproximan muchos hombres y rápido mi Laird!

—¡Decidme! ¿Cuantos hombres son?— preguntó Laird Alastair.

—Al menos el doble de lo que anticipabamos, mi Laird.Y parecen estar más organizados de lo que creíamos.

Lady Everly cerró los ojos un instante para pensar...

Si los Cameron tenían más hombres, la trampa podria volverse en su contra. Pero retroceder ahora significaría una derrota humillante, algo que su clan no podía permitirse.

—Entonces tendremos que cambiar el plan— dijo Laird, mirando a Hamih—. Ordenad a los arqueros que se ocupen de los lideres. Si logramos sembrar el caos entre sus filas , podremos mantener la ventaja.—¿Y qué hay de nuestras fuerzas principales?

—Esperaràn hasta que los Cameron estén lo suficientemente dentro del camino del paso. Solo entonces atacaremos –. Respondió Lady Evelyn, señalando el mapa –. Este camino será su ruina, confiad en mi.

—Que así sea. Pero si las cosas se complican, quiero que os retiréis, mi Lady—¿ Lo habéis entendido?

–Vos nos os preocupéis, Laird. Los Mackenzie nunca retrocedemos tan fácilmente–—contestó Lady Evelyn.

Desde su posición, lady Evelyn pudo ver cómo las antorchas de los Cameron iluminaban el estrecho paso. Los hombres avanzaban con cuidado, pero el número de hombres los hacían vulnerables en aquel camino.

Laird Alastair dió un silbido como señal de ataque.

Una lluvia de flechas fue hacia los Cameron, sorprendiendo a sus líderes y sembrado el caos en sus filas. Gritos de alarma y dolor de las flechas se podían escuchar mientras los hombres intentaban protegerse, pero el paso era un camino estrecho, les dejaba poco espacio para resguardarse.

—! Ahora, sin piedad! –—ordenó Laird, alzando la espada.

Los lanceros y los espadachines de los MacGregor se lanzaron, atacando con una fuerza implacable.

Lady Evelyn los miraba desde su posición, preparada para intervenir si fuera necesario.

Al pesar del caos los Cameron no parecían tan desorganizados como deberían.

Esto no puede ser... Pensaba lady Evelyn para ella misma.

Un ruido arroyador, el retumbar de un montón de caballos. Desde el otro extremo opuesto del paso, una unidad de jinetes de los Cameron salieron entre la niebla densa, cargando directamente hacia las filas de los MacGregor.

—¡Es una trampa! Grito Lady Evelyn, desenvainó su daga, mientras descendía hacia el campo de batalla.

Laird Alastair, reunió a un grupo de hombres para enfrentarse a los jinetes.

—¡ Formad una linea!¡ No dejéis que rompan nuestras filas!

La batalla era un caos absoluto. Lady Evelyn, con su daga en mano, luchaba al lado de los hombres; su agilidad con la daga sorprendía a los guerreros más experimentados. Los gritos, los choques de las espadas y el aterrador sonido de los cascos de los caballos...

Tras lo que parecía una eternidad, los MacGregor lograron detener a los jinetes, obligandoles a retroceder. Los Cameron, viendo que no podían superar las defensas del paso, comenzaron a retirarse, dejando atrás a sus heridos y muertos.

Cuando todo terminó, lady Evelyn se desplomó contra una roca, respirando con dificultad.

Laird Alastair se acercó rápidamente.

—¿ Estáis bien, mi Lady? No os movais, mandaré que os lleven de vuelta, para que os revisen.

–Estoy bien... No se lo quie me ocurrió, ¡Ayudazme a levantarme! Algo ocurrió con los Cameron –—respondió ella, limpiándose la sangre de su mejilla —. Los Cameron sabían que estabamos, aquí esperándolos.

–Vos no tenéis que preocuparos, mi Lady, si hay un traidor entre nosotros, lo descubriré , ahora debéis marcharos. Estad tranquila, por ahora hemos ganado la batalla, y vos tenéis que descansar y recuperaos.

“ Los Cameron pagarán por su osadía, y el traidor que está entré nosotros, será descubierto, aunque sea lo último que haga ”

¿Qué secretos oculta el paso Bealach Croise, y hasta donde sería capaz de llegar Laird Alastair para proteger a su clan?




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