La luz del alba iluminaba los campos verdes de las Highlandes.
Los preparativos para el banquete avanzaban con rapidez, en el castillo de los MacGregor, cada sirviente estaba inmerso en sus tareas.
Lady Evelyn se encontraba en los jardines exteriores, mirándo...
Como los sirvientes decoraban las mesas largas que se utilizarían para el banquete. A pesar del bullicio, Lady Evelyn estaba inquieta. El pergamino enviado por su madre, esas palabras tan frías, ella no se lo esperaba, le venían a la cabeza.
“ Espero que vuestro nuevo clan os proteja mejor de lo que yo podría hacerlo”
–—Mi Lady, deberíais entrar. Este frío es traicionero y no es bueno para vos —dijo Morag, la joven sirvienta que se había convertido en una especie de confidente para Evelyn.
Evelyn suspiro, volviéndose hacia ella, con una sonrisa, con él aspecto cansado.
—Gracias, Morag, pero me temo que nada me puede aliviar las preocupaciones que tengo ahora mismo.
—Si algo os inquieta, podéis contar conmigo para lo que necesitéis, mi Lady. Mi lealtad está siempre con vos.
Las lágrimas cayeron por las mejillas de Evelyn. Esa joven sirvienta le daba apoyo y cariño dos cosas que ahora necesitaba más que nunca...
Un mensajero llegó al galope, cubierto de barro, Laird Alastair apareció en la entrada del castillo justo cuando llegaba el mensajero, Evelyn lo vio enseguida y lo siguió rápidamente.
El mensajero inclinó la cabeza antes de entregar el pergamino al Laird.
Alastair lo leyó en silencio, pero en su cara se podía ver su preocupación.
—¿Qué sucede, mi Laird?¿Qué os preocupa?—preguntó Lady Evelyn, acercándose a él.
Laird Alastair, le tendió el pergamino.
Era un informe de los vigías del éste:
“Tropas desconocidas han sido avistadas cruzado las tierras del valle. Se desconocen sus intenciones, pero portan estandartes que no reconocemos. Hemos enviado más vigías para observarlos de cerca y no han regresado ”.
—¿Quién creéis vos, que podría estar detrás de esto?¿No habéis mencionado que los Cameron se habían retirado, mi Laird?
—Asi es–respodió Alastair —. Y dudo que tengan los recursos para regresar tan pronto. Esto debe de ser obra de otro enemigo, mi Lady.
—¿No creeréis que son MacGregor, verdad? —preguntó Lady Evelyn.
Laird Alastair negó con la cabeza.
—No tiene sentido, mi Lady. No obtendrían nada al atacar a su propia sangre.
Lady Agnes apareció en ése momento, apoyándose con su bastón en el suelo de piedra, su mirada fue hacia su nieto Alastair.
—Sea quién sea, no es momento de titubear. La seguridad de nuestras tierras debe de ser vuestra prioridad, Laird Alastair. Mandad exploradores y preparad a vuestros hombres.
—Ya lo estoy haciendo, abuela —respondió Alastair, inclinando la cabeza hacía ella antes de dar las órdenes a Forbes.
Lady Evelyn permaneció en silencio,algo no estaba claro. Sí madre, la frialdad en su carta, las tropas desconocidas...
¿ Era posible que hubiese algo más que ella no sabía?
Mas tarde...
—Mi Lady, hay algo que debería deciros—miró a su alrededor para asegurarse de que nadie podría escucharla.
—¿ Qué ocurre, Morag decidme?—preguntó Lady Evelyn, intrigada.
—Mi lady, anoche vi a uno de los mozos del establo, salír del castillo en plena madrugada, no podía dormir y me levanté a beber un poco de agua, me dirigí a la cocina y fui cuando lo vi. Llevaba un paquete y parecía muy nervioso. Pensé que podía ser un recado, pero... Ahora no estoy tan segura, mi señora.
—¿Quién era, Morag? ¿ Le pudiste ver el rostro? —preguntó Evelyn.
—Si, era Hamish, mí lady. Aunque parezca inofensivo, siempre e creído que oculta algo.
—Gracias, Morag. Has hecho bien en decírmelo, por favor, no habléis de esto con nadie más, os lo ruego.
—Quedaos tranquila, mi Lady. Mi lealtad está solo con vos.
Lady Evelyn sabía que debía contárselo a Laird Alastair, pero antes quería averiguarlo ella misma. Había confiado siempre en Hamish y hubiera puesto la mano en el fuego por él, tenía que saber que es lo que estaba pasando, y por que podría haber cambiado su forma de pensar. Sí Hamish estaba involucrando, no quería confortarlo sin pruebas. Necesitaba una manera de desenmascararlo sin que él sospechará, y todo mientras los preparativos para el banquete continúaban.
La tensión y los nervios crecían en el castillo, cómo una cuerda apuntó de romperse.
Evelyn sólo podía esperar que sus sospechas no serían ciertas y que Hamish no estaría involucrado.
¿ Será ,Hamish un traidor? ¿Estará, involucrada lady Katherine en algo?
O habrá, algo peor ...
Editado: 22.04.2025