Destinos entrelazados: El Alfa y la Omega

Las memorias de Martín

El tío aprovechando el momento en vista de que había surgido tal conversación se dedicó a explicar por primera vez como todo este embrollo inicio y por lo cual Dominieck era parte de ello.

— Eran más o menos las ocho de la noche y como todo experimento de adulto rebelde para aquel entonces me encontraba en plena entrada del mirador pensando en cómo ingresaría al lugar, para pasar el rato al encontrarme solo y que yo no pareciera ante los ojos de los allí presentes un simple entre tanto desdichado ser solitario en vista de que para aquel entonces el mirador era un lugar entre comillas exclusivo para grupos, parejas o personas de la alta elite.

Martin miro al cielo casi de seguido mientras desbordaba una inmensa paz a la vez que se intentaba sumergir en aquellos recuerdos, no dejando de lado para nada claro está el dramatismo para darle vida a todo aquello.

— No voy a ahondar mucho en lo que paso, pero si diré que aquel día y este no tienen mucha diferencia que digamos; al igual que hoy aquellos dos aparecieron discutiendo de la nada, incluso llegué a pensar que el la terminaría golpeándola por como venían sumergidos en tan gran desacuerdo, asunto que por lo mismo intente intervenir, pero, lo que ocurrió segundos después no tiene precedentes.

El tío sonrió y dirigió su vista hasta nosotros para así poder observarnos e indico — para mala suerte de él, en tanto buena suerte la mía quien terminó golpeado a fin de cuentas fue Dominieck, como me encontraba cerca de ellos no pude evitar reírme a todo pulmón al ver tal escena, razón por la cual aquellos finalmente me notaron.

— Así que me imagino que desde allí el amor surgió entre los tres — replicó Lina de seguido.

— Podría decirse que si Lina, pero no del todo.

— El amor entre los tíos si estimo que haya empezado por medio de tal caos, pero entre Dominieck y el no creo que realmente allá afecto, más que nada siento que hasta el momento solo intentan tolerarse para no terminar acabando el uno con el otro.

Indique dejando en claro mi punto de vista ante todos los presentes debido a que más que nada era lo que yo había notado en el transcurso del tiempo tras presenciar los roces que habíamos tenido.

— Y estas en lo cierto Emma entre el yo solo existe un convenio de trato, por Susan es que ambos nos soportamos porque de ser por mí ya lo hubiese sacado de nuestras vidas hacía ya muchísimo rato — el tío parloteo aquello mientras giraba su cabeza hacia el lado contrario queriendo evadir por sobre todo nuestras miradas.

— Conque así son las cosas Martín sabía que tarde o temprano en algún momento terminarías sacarías las uñas, así que no te preocupes tú y yo saldaremos cuentas.

Dominieck y la tía se acercaron en tanto acortaron la completa distancia que anteriormente había de por medio antes de que nosotros pudiéramos siquiera notarlo, por lo que escucharlo replicar aquellas palabras fue sinónimo de sorpresa para nosotros en especial para el tío.

Los ojos de Martín se abrieron con fuerza una vez aquel sonido retumbó en sus odios, aquel estaba completamente sorprendido de haber escuchado aquella voz tan próxima a nosotros, pero por encima de ello, tal sujeto intentaba mantener su orgullo en alto e intacto por lo que no giro su cabeza, mucho menos dijo palabra alguna a pesar de haber recibido tal respuesta.

Debido a esto una nueva discusión surgió, una que no tenía sentido y en la que solo estaban involucrados esta vez aquellos dos hombres.

— Lyall por favor detenlos — replique esperando que con su ayuda todo no llegará a más, pero o sorpresa Lyall no dijo ni una sola palabra, muchos menos infirió movimiento alguno, quieto justo donde se encontraba se quedó dando la impresión de que aquel sabía que de alguna manera aquello se terminaría.

La contienda no muy bien inició palabras al aire fueron lanzadas luego de ambos haber retado la fuerza de su oponente en una lucha de miradas, pero antes de siquiera todo pudiese llegar a escalar en lo negativo la tía no se esperó e intervino y como cual escena de caricaturas, aquella mujer siendo incluso más pequeña en cuanto a tamaño y proporción se habla que contra aquellos dos se abalanzó en tanto profirió un golpe a cada uno respectivamente deteniendo todo acto en ellos.

Ambos tras recibir aquel impacto cayeron rodilla al suelo con la cabeza agachada completamente apenados mientras la tía delante de sus personas enojada le reclamaba a los tales por su actuar.

— Y así se vanaglorian e hinchan el pecho con orgullo par de tontos, ustedes sin dudas son dos veces más inmaduros que incluso Lina y Emma quienes a diferencia de tales caballeros son solo son unas niñas así que déjense de juegos que hoy no es un día para pelear.

Aquello solamente vasto para ver cómo aquellos dos se relajaban, sorprendentemente la tía sabía cómo controlarlos por sobre todo mantenerlos a raya y como cuáles pequeños gatitos obedientes, simplemente de sus bocas combinados en una especie de coro perfectamente sincronizado solo se escuchó decir — lo sentimos.

Eso solo fue necesario para que todo aquello terminara y a fin de cuentas la verdadera parte de aquella velada iniciará, por lo que verdaderamente allí nos encontrábamos festejar a la recién llegada.

Así que tras acomodarnos sobre la esterilla en tanto destapar una botella de vino empezamos a disfrutar de aquellos postres.

Pasaron las seis, despedimos la siete, mientras se adentraba las ocho, ya habiendo pasado algunos cuantos minutos desde la hora pico, en pleno entre comillas inicio de la noche la cual con dominio nos envolvió en su firme manto con completa autoridad.

A pesar de la penumbra que por un momento nos envolvió, el miedo no nos dominó puesto en mi caso al encontrarme tan cerca de Dominieck por alguna razón me hacía sentir protegida.

La oscuridad empezó a disiparse pocos segundos después no muy bien las estrellas empezaron a resplandecer en lo alto, puesto que alrededor nuestra sobre la colina de apoco también comenzó a iluminarse a causa de las lámparas de jardín ocultas entre la hierba que gradualmente se iban encendiendo, lámparas que se extienden desde a orillas de la casa hasta el inicio del riachuelo.




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