Secreto bajo tierra

— Como que salvar nuestras vidas Lyall — indicó Emma atónita ante tal afirmación — acaso no ves que estamos entre la espada y la pared, estamos en un lugar en el cual incluso no hay salida, es que no lo ves.

Emma no lo entendía, eso era algo notable, al igual que Lina que al lado suyo junto a Silea para aquel momento se encontraban, las tres estaban confundidas ya que sus expresiones las delataban, por lo que era fácil de deducir que para nada comprendían cómo era que estando entre aquellas cuatro paredes lograríamos salir bien librados de toda aquella situación, cosa de la cual los demás si éramos conscientes, así que Lyall con una sonrisa llena de victoria le increpó.

— No Emma, la que no lo ves eres tú — insistió aquel contra aquella chica al ser la única que eventualmente le interrogó.

Así fue que instantáneamente dicho aquello, aquel se acercó hasta la pared que da justo al frente de la escalera próximo al rincón y volteando hacia su flanco izquierdo al lado de un viejo librero justo en el suelo, reposaba camuflada de forma exacta siguiendo el patrón de las vetas que la madera de aquel piso porta se escondía una trampilla hecha totalmente de metal.

Lyall ante nuestros ojos no perdió tiempo y tras agacharse junto a ella dejó aquella completamente abierta ante nosotros.

— ¿Qué es eso? — increpó Lina tras contemplar a aquella rendija una vez se encontraba de par en par.

— Es solo la entrada a unos viejos túneles así que no hay nada que temer — insistió una vez aquel ante la mirada llena de preocupación que se formaba en el rostro de Lina.

La intensidad de sus voces al hablar aumentaba gradualmente más y más ya que no se percataban de lo extremadamente cercano que ya se encontraba el peligro de nosotros siguiendo el compás de la discusión que llevaban a cabo, así que a medida de que aquellos formaban una conmoción por tal e inesperada sorpresa yo atento me dedicaba a intentar tranquilizarlos, hasta que…

¡Clac… Clac …. Clac! A lo lejos las pisadas de varios hombres empezaron a escucharse revelando lo próximo que aquellos se encontraban de la residencia tras de vez en cuando estos pisotear las piedras que se extendían a lo largo del camino alrededor de la casa.

Mis ojos tras escucharles se abrieron de par en par pues sabía que si nos escuchaban fácilmente darían con el lugar en el cual nos encontrábamos escondidos, por lo que haciendo un — ¡Chiss! — al tiempo que llevaba mi mano derecha, echa levemente un puño con el dedo anular extendido hacia arriba di la orden de que hicieran silencio cosa que los demás comprendieron salvo por Emma.

— ¿Por qué?... — alcanzó a decir aquella en busca posiblemente de alguna razón que diera sentido a mi actuar, frase que detuve antes de que pudiese ser completada tras acercarme rápidamente hasta a ella y cubrir su boca con la misma mano que hacía un momento tenía junto a mis labios.

— Hay movimiento fuera, debemos hacer el menor ruido posible — repliqué tras acercarme hasta su oído para susurrarle aquellas palabras.

Emma mientras permanecía con la boca cubierta por obra mía me miraba con ojos asesinos ya que tenerme cerca no era precisamente lo que ella quería, acción que demostró una vez yo empecé a soltarle para devolverle su independencia, puesto que infligió cual empujón contra mí, haciendo que la distancia reinará de nuevo entre los dos.

— Ok, ok ya entendí — repliqué entre murmullos al tiempo que elevaba los brazos en el aire — y así dirigiéndome una vez a Lyall indiqué — entra tu primero y busca el interruptor que alimenta la energía en el laberinto.

Lyall obedeció, se agacho y se introdujo en aquel lugar que para aquel momento permanecía sumergido entre las penumbras.

Así que descendiendo por la escalera que conducía directo al fondo Lyall empezó su recorrido en aquellas dimensiones, lugar que segundos después se llenó de luz permitiendo que por nuestros ojos pudiera llegar a ser divisado el fondo de aquel espacio.

Ahora bien, es bien conocido que una vez se entra en aquel lugar se ha de tener muchísimo cuidado ya que el laberinto que conforma su interior es extremadamente confuso y cambiante, lo que lo hace fácil para que cualquiera de aquellos que no conocen la ruta se pierdan en el acto, por lo que indique a Emma, Lina y Silea quienes eran las que principalmente desconocían el recorrido con gran énfasis.

— Una vez estén abajo tu Lina no te deberás separar ni por un segundo de Lyall y tu Emma aunque no te parezca vendrás conmigo, Silea tú, iras con Martin y Susan así que lo mismo va para ustedes — indique manteniendo la seriedad en mi rostro, aunque el temor había empezado a hacer bastantes estragos en mi alma y así continué diciendo….

— Así que se los advierto a las tres, aquel lugar es una completa caja de sorpresas tiene muchas entradas y salidas, pero también posee muchos callejones sin salida, por lo tanto, para evitar ser todos capturados al mismo tiempo nos dividiremos y hay de ustedes quienes se aparten de sus acompañantes porque difícilmente volverán a ver la luz del sol.

A Emma aquella idea no le pareció y me cuestiono de seguido al escuchar — ¿Qué? Yo contigo no iré a ninguna parte, yo seguiré a los tíos si ellos están de acuerdo.

— Emma ya hablé, tu vendrás conmigo y Silea irá con Martin y Susan.

Emma estaba sumamente enojada tanto que repudiaba mi sola presencia por todo lo que le echo en esta vida cosa que de eso no la culpo, pero su gran curiosidad y la gran necesidad que aquella poseía de tener que saber cada uno de los detalles sin dudas me hacía hervir la sangre ante la poca paciencia que en mi se albergaba aún más por la gran negación que el momento aquella presento.

La verdad yo sé que soy malo o mejor dicho soy bastante rebelde y difícil de comprender, pero en tanto a ella, para aquel momento yo solo quería permitirle que viviera libre de las ataduras que implican estar bajo el mandato de los alfas en caso de ser tomada por ellos y su nula piedad.