Después de que su padre se fuera, Daphne se dispuso a ordenar su casa para dejar arreglado cuando se fuera a trabajar. No es que ella fuera precisamente fan del orden y ni hablar de su padre, que dejaba sus cosas en cualquier parte de la casa, pero desde pequeña fue instruida por su tía Mary para llevar a cabo las tareas domésticas y era difícil romper con los hábitos; además, era consciente de que, si ella no lo hacía, la casa explotaría en un caos, ya que Michael era un completo fracaso en ello. Sus aptitudes simplemente abarcan la cocción de huevos con tocino y en meter la ropa en la lavadora.
Su hogar era una construcción de dos plantas de buen tamaño, compuesta por tres recámaras y tres baños, una sala, un estudio, cocina y sótano, así que le tomó algo de tiempo dejar todo limpio; por fortuna, tenía el estéreo a máximo volumen para hacerle compañía. Cuando le dieron las dos de la tarde dio por terminada la limpieza y decidió preparar una lasaña para su amiga Lorraine, ya que ese era su platillo favorito.
Mientras revisaba el refrigerador y la alacena para encontrar los ingredientes que iba a necesitar, no puedo evitar pensar en la implicación que tenía la visita de su tía y en el hecho de que, en menos de 24 horas, Michael había mencionado a su madre en dos ocasiones.
"Eres igual a tu madre, ¿lo sabías"
La verdad es que ella no tenía la menor idea al respecto, ya que jamás la conoció y no podía decir si eso era cierto, pues a su padre no le gustaba mencionarla y no tenía ninguna foto de ella.
Al tiempo que preparaba la salsa para la lasaña, recordó lo poco que Michael le había contado sobre su nacimiento...
En la lluviosa noche de un 31 de diciembre hacía 17 años, Michael Daaé había caminado de un lado a otro en una sala de espera de un hospital en Arizona. Su esposa había entrado en labor de parto hacía mucho cuando iban viajando en carretera por las vacaciones decembrinas.
Al llegar al hospital, habían internado a su esposa de urgencia, dejándolo al borde de una crisis nerviosa bajo el cuidado de su hermana Mary, quién había salido de viaje con la pareja. Varias horas después de haber arribado a urgencias y con el corazón latiéndole a mil por hora, alguien llegó a darles la fatídica noticia que cambiaría sus vidas: Kaelenia Daaé había muerto dando a luz.
En un instante, en esa oscura noche de festividades, algo se derrumbó en el corazón de Michael Daaé que jamás se recompondría, pues se quedó viudo y con una niña recién nacida que educar y cuidar solo, aunque gracias a la suerte pudo contar su hermana Mary desde ese momento. Ella se mudó con él por un tiempo y lo ayudó a tomar compostura cuando enterraron a Kaelenia.
Mary Daaé había estado casada por dos años con el mismo hombre esperando tener hijos, pero había sufrido tres abortos espontáneos. Al no poder quedar embarazada, la relación con su pareja se arruinó, al punto que decidieron ya no estar juntos. Por ello, vio en la hija de Michael, a la suya propia y fue cómo su madre durante sus primeros seis años.
Después, conoció a Charles Carmichael y se casó de nuevo, logrando formar la familia que tanto había anhelado con su nuevo marido y el hijo que éste había tenido con su difunta esposa, Vincent Carmichael, el cual la aceptó como su segunda madre. Posteriormente tuvo a su propio hijo, Henry, lo que sólo añadió más felicidad a su vida.
Ahora, Mary Daaé y los Carmichael vivían en Santa Bárbara, California. Charles era vicepresidente en una firma de abogados, y la tía Mary tenía su propio negocio como organizadora de eventos; sin embargo, aun cuando ya tenía la familia que siempre había querido, velaba por su sobrina y su hermano.
Cuando Michael salía de expedición a algún país, ella procuraba estar al pendiente de Daphne, pues lo viajes de Michael llegaban a durar de dos a cinco meses, puesto que su trabajo de arqueólogo era muy arduo y complicado.
En sus tiempos, Michael había sido muy reconocido en los campos de la investigación arqueológica y eso lo hacía viajar continuamente alrededor del mundo. Cuando Daphne cumplió seis años y su tía Mary se casó, Michael decidió llevarla consigo en sus viajes y ambos se embarcaron en varias expediciones dirigidas a la India, Egipto, Indonesia, Australia, Angola e Irlanda. Vivían sedentariamente viajando en caravanas y sus excursiones duraban alrededor de seis a ocho meses.
Más tarde, cuando ella ya había cumplido once años, Michael decidió que era el momento de asentarse de nuevo y compraron una casa en San Francisco. De igual manera, supo que debía encontrar un empleo que le permitiera estar más tiempo con su hija y por ello aceptó trabajar como profesor de historia en Bright High, a cambio de una beca de estudios para Daphne en la prestigiosa escuela; no obstante, él aún permanecía en contacto con sus colegas arqueólogos y en algunas ocasiones todavía le pedían su colaboración y ayuda con sus nuevos hallazgos.
#21259 en Fantasía
#44463 en Novela romántica
amor odio suspenso muertes amistad dolor, drama amistad dolor tristeza primer amor perdida
Editado: 10.05.2020