Para cuando llegó la hora de la salida, la cabeza de Daphne punzaba rítmicamente a la par de su avance por los pasillos de la escuela, rumbo al estacionamiento.
Se sentía fastidiada de estar junto a Lorraine y Brandon. Su amiga había estado comportándose de manera muy extraña, como si su existencia girara alrededor de la de Brandon, y aquel sujeto no dejaba de sacarla de quicio con sus insistentes preguntas respecto a su vida y las miradas extrañas que le dirigía.
No sabía a ciencia cierta que hacer al respecto.
¿Cómo era posible que Lorraine no se diera cuenta de la forma en que el chico se comportaba cuando estaban juntos? Brandon Maxwell no estaba interesado en su amiga, no le cabía la menor duda y la evidencia estaba en el hecho de que parecía estar más pendiente de ella y sus actos, dejando de lado los vanos intentos de Lorraine por llamar su atención.
Maldición.
Se sentía miserable por la encrucijada en la que había terminado metida por culpa de aquel sujeto. La felicidad de Lorraine era muy importante para ella, pero no podía pasar por alto el hecho de que ese chico no le convenía y que, si las cosas no salían bien para su amiga o si él parecía mostrar un mayor interés por ella, no habría modo de que Lorraine no la culpara de ello y la odiara.
Ciertamente parece que estoy metida en un lío muy gordo.
Llegó al estacionamiento con esa nube de pensamientos negros sobre su cabeza y se dirigió hacia su Volkswagen con pesar, dónde Charlotte ya la esperaba recargada en su auto.
−Hola, Daphne −la saludó su amiga−. ¿Ya estás lista para irnos?
−Sí, vamos. No vaya a ser que Mei Ling nos recrimine por llegar tarde.
Ambas se subieron al auto y Daphne arrancó el motor para dirigirse a la salida del estacionamiento. Cuando dejaron la escuela atrás y enfilaron en el tráfico, Daphne echó un vistazo de reojo a su celular, que estaba sobre sus piernas, con la esperanza de que vibrara en cualquier momento.
−¿Estás esperando una llamada? −le preguntó Charlotte, notando su acción.
Daphne asintió.
−Sí, estoy esperando que Lorraine me llame para avisarme si va a quedarse en su casa o no −le explicó−. Es que a veces se queda conmigo y la espero en el estacionamiento, pero hoy no ha dicho nada, así que...
−Creo imaginarme porqué olvidó decirte nada −comentó Charlotte con una sonrisita pícara formándose en sus labios−. A juzgar por lo que vi hoy, podría afirmar sin riesgo a equivocarme que Lorraine se está enamorando de Brandon Maxwell.
−¿Tú crees?
−Es obvio. Ha cambiado radicalmente su vestuario de un día para otro, se la ve más animada que de costumbre y pasa cada momento que puede con él y contigo.
−¿Entonces dices que esos son síntomas de enamoramiento?
Charlotte bufó con diversión.
−Absolutamente. Lorraine se está ilusionando con ese chico, aunque... −dudó−. Si me lo preguntas, él no se ve igual de entusiasmado con ella.
−¿De verdad?
−Sí. No me malinterpretes. Él se muestra afable y encantador con ella, pero... no parece estar interesado en tener una relación de pareja con Lorraine. ¿Se conocen hace mucho?
−Se conocieron en vacaciones −la informó Daphne−. El primer día que me tocó el turno de medianoche, ¿recuerdas?
−Ah, sí. ¿O sea que él fue el sujeto que me dijiste que ordenó comida china en la madrugada?
−Así es.
−¿Y han estado en contacto desde entonces?
−Aparentemente −dijo ella, recordando las veces en que había visto a Lorraine embobada en el teléfono mandando mensajes de texto.
−Bueno, eso explica un poco las cosas −opinó Charlotte−. Aún no tienen mucho tiempo de conocerse, pero es posible que con un poco más de convivencia, él también se muestre igual de interesado en ella, ¿no te parece? Si hay alguien que se merece encontrar el amor es Lorraine.
Daphne consideró las posibilidades y resolvió que no le quedaba más remedio que esperar a que Charlotte estuviera en lo correcto.
−Espero que tengas razón y ojalá me llame pronto.
***************
Poco después llegaron al restaurante chino y para ese momento, el cielo de San Francisco se había nublado. Empezaba a caer un diluvio sobre la ciudad. Daphne se estacionó cerca del local y, bajo el resguardo de su paraguas, avanzó pegada a Charlotte hasta que juntas cruzaron la calle tratando de evitar la lluvia.
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Editado: 10.05.2020