Destiny Moonlight

Destiny Moonlight

CHAPITRE 15...

 

Amor.... Había dicho... Amor.... 
Instantáneamente logre recordar mi pasado, los paseos del instituto siempre molestada por Chad, siempre recibiendo críticas por el, sintiéndome la peor persona del mundo por el y ¿ahora? Me decía ello, ahora se declaraba así sin más?.

Sentí como una lagrima reboso mi mejilla como de pronto me sentí con ira pura. 
Era un idiota, ambos lo era, todos lo eran, lo hombres eran las cosas más abominables de la humanidad.

-lárgate-
Pronto mis ojos se cristalizaron, quería afuera de mi vida a Matteo, quien solo me miraba como una amiga y quien mirada a Destiny con desesperación, mis pasos eran temblorosos.

-Ah! Hablando del rey de Roma-

Fruncí mi ceño inaudito y pare en seco, Matteo me había hablado con sarcasmos frío

- ahora me dirás que sientes lo mismo por el-

Fruncí mis labios aún más de los que estaban
- lárgate...- 
Musité a regañadientes.

-no me iré a ningún...-.

- lárgate de mi maldita casa, Matteo- 
Tanto tiempo sufriendo mi mente, tanto tiempo, creyendo que podría hacerlo cambiar de opinión.

Soltó una carcajada y sonrío de lado

- ahora conozco a la verdadera Alexa Collins eh?-.

-no me conoces ni un poco Matteo Collman así que lárgate de mi casa ahora-.

Pero para hacer mi sufrimiento más profundo y sentir cómo mis lagrimas se deslizaban en mis mejillas, él se quedó ahí parado, como semáforo rojo, con su ceño fruncido y sus labios cerrados, el frío suelo de la entrada estaba a morir, sentía como había un agujero negro en mi corazón obligándome a irme de ese lugar.

-Matteo, Lárgate de una buena vez!- exclamé a gran voz.

Matteo solo parpadeo dos veces y miro a Chad, para luego mirarme a mí, soltó una risa y dijo: son tal para cual, bella y bestia-.

Sin más retrocedió en sus pasos y se fue de mi casa, montándose en susurro y desapareciendo de mi vista, mi vista de había nublado por completo, mi narró de seguro estaba roja del llanto, mi cabello estaba totalmente desarreglado y la ida de Matteo había sido la peor de todas las idas.

Gemí de dolor y sorbe mi nariz, gruñí con desesperación y golpee la puerta de entrada, llorando desconsoladamente.

-no vale la pena llorar por el... Alexa...- 
Abrí mis ojos eufórica y mire a Chad, quien aún seguía ahí.

-vete- 
Le interrumpí cortante.

-que?-.

-debes irte- 
Gruñí, su subiendo las escaleras, buscado su saco en mi habitación y sus zapatos.

-Alexa, estás actuando sin considerar...-

Pare a mitad de la escalera y me giré hacia el.

-Sin considerar que?!... Toda mi secundaria, toda mi preparatoria, me la pase siendo agredida por tu verbalmente, las personas se reían de mí,  me decían cuatro ojos, adivina por qué?-

Respire hondo y lo mire con furia, decidida, seguí caminando hacia arriba. 
Su rostro de Pena le decía todo: el se sentía miserable con sus actos.

Y debía hacerlo, había lidiado con el siempre y ahora decía eso, a toro canario con ese maldito cuento.

Tome su saco y sus zapatos, con furia y ignorándolo por completo a mi lado baje las escaleras, decidida, tire sus cosas afuera y le indique la salida.

-Alexa, perdón yo...-.

Lo mire de reojo y reí a más dar, están demente ¿y qué?

-ahora pides perdón, creo que es un poco tarde, Chad, ahora, lárgate-

el cerró sus ojos y bufo, caminando como si hubiera arena movediza bajo su pies, tomó sus cosas y salió de mi casa, cerré la puerta tras el y suspire profundamente, sintiendo cada vez más fuerte como la agonía se apoderaba de mi.

Fui tan estúpida a creer en esto.

Chad, era un chico extremadamente popular con un genio de dragones, me hizo bullying, prácticamente toda mi vida, me había dicho cuatro ojos, nerd, pensaba que era de hierro?, era un idiota.

Había llegado tan lejos con excelentes calificaciones como parar estar ahora viendo y fijándome en chicos lindos, Matteo no era más que un chico lindo, solo eso, no era mi esposo, ni el amor de mi vida.

Ahora mismo me sentía sucia, no sabía qué hacer, estaba inerte en el suelo, con una mirada perdida y mis lágrimas rebosando, la vida me sabía simple, simple y asquerosa.

Como pude haberme enamorado? Así... De esa tonta e incrédula manera.

Papa estaba fuera con la fe de que me centraría en mis estudios como siempre y terminaría con honores, ahora, no sabía lo que hacía me desconocía completamente en qué diablos estaba pensando cuando me cruce en ese pasillo con ese tipo.

Era simplemente irreconocible.

Esa no era yo.

Me hicieron daño de manera diferente, pero, tuvieron el mismo objetivo, por qué se empeñaban en tener que aparecer frente a mí en un momento tan como este, odiaba sentirme desesperada eufórica. 
Pero... No debía pensar en ello, debía, debía, volver desde cero, volver a hacer mi camino, seguir con mi principal objetivo y olvidarlos.




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