CHAPITRE 34...
El cuarto de mi apartamento era testigo de lo que había sucedido aquí, las cajas estaban llenas con mi ropa y mis utensilios de Universidad, mis cuadernos estaban en otra caja una de la cual se había encargado Joe, quien todavía estaba en la puerta esperando a por mí y Clarissa, la cual todavía veía mis vestuarios de manera pobre y con lastima.
-Esto es pobre-
-Puedes dejar de hacer eso-
Y fue en ese momento en que le arrebate mi suéter y lo metí a la caja, cerrándola y entregándosela para que me la llevase.
-Si quieres ayudar tómala y llévala a el auto, Blair-
-Que ruda...-
Mascullo levantándose y tomando mi cajeta, sacudiendo levemente su cabeza y yéndose por la puerta con su orgullo por lo alto.
Y me tome un momento para meditar en lo que acababa de pasar, en cómo tan solo semanas mi vida había vuelto a ser la de hace un año, mi vida había vuelto a ser la misma.
Y recapitulando lo que hace un año había sucedido, me había dado dé cuenta de algo... volvía a ser la chica del disfraz, solo que ahora con un verdadero disfraz, era conocida como la chica del antifaz que había robado las miradas y la atención de todos incluso del empresario del cual se había encargado Clarissa, Cristopher Gardner, quien bailo con la chica misteriosa, era la chica misteriosa y a la cual todos querían conocer, aunque solo haya sido una vez mi aparición.
Tomando la última caja, deje soltar un suspiro, deje soltar mis nervios y deje guiarme por el destino, pues, de alguna manera volvería a hacer e las suyas y aunque lo evadiera siempre aparecería, lo sabía, ahora debía hacer un nuevo capítulo en mi vida y suspirar dejando atrás el pasado, o al menos recordarlo con cariño.
-Es la última caja Joe, gracias por hacer esto-
Agradecí de todo corazón a él gran aporte que Joe siempre realizaba con tal de ayudare, siempre.
Clarissa Blair, iba enfrente tocando el botón dl ascensor para que este nos viniera a buscar.
-Si fuera día de mantenimiento de seguro tendríamos que bajar por las escaleras-
-Pero, no es día de limpieza-
Canturreo y sonrió moviendo sus caerás de un lado a otro, solo como Clarissa Blair sabía hacerlo.
-Sabe, señorita Collins, esto me trae un pequeño recuerdo-
-Espero que sea uno bueno, Joe-
Rio por lo bajo y negó con la cabeza.
-Fue cuando tuve que despedirla en el aeropuerto, señorita-
El aeropuerto...
-supongo que gracias... Joe- masculle con desdén, procurando ante todo tener la cabeza baja e impedir que este viera mis lágrimas.
No obstante, escuche una risa tenue que se mezcló con el sonido de los automóviles- joven Collins, si vuelve a Nueva York, no dude en llamarme, fue un inmenso placer conocerla- a nostalgia pronto se apoderó de mí.
¿Volver a Nueva York? ¿A qué?
Si mis más depresivos y melancólicos recuerdos estaban aquí.
Era cierto... Nueva York era un lugar de oportunidades, pero, también un lugar donde mis ilusiones se aplastaron donde el destino me volvió a tirar una mala jugada.
-no creo que vuelva- chasquee la lengua y me atreví a mirar a Joe.
-solo... - en cuanto diviso mis ojos sonrío notoriamente y del interior de su saco, demostró un pañuelo extendiéndole hacia mí- tenga un buen viaje-.
Asentí obligada y tomé el pañuelo, arrastrando la maleta y despidiéndome de Joe en el silencio.
Y fue como un relámpago que invadió la diversidad de mi mente, que obstruyo por completo mi visión, fue como si mi subconsciente inertemente se hubiese desconectado, así por así.
-Así que es el chofer único de Alexa-
-Sí, la llevo a donde necesite ir y la traigo de vuelta, ese es mi trabajo señorita Blair-
- ¿Ella le dijo mi nombre? –
-La oigo siempre hablar de usted, señorita Blair-
Mentiroso.
Y en cuanto subimos al auto, la radio sonó en cada minuto en este lugar.
Dando el noticiero de la tarde.
-Y en otras noticias, el actual empresario Cristopher Gardner, sigue en busca de su dama elegida, la chica misteriosa aún no ha dado rastro, pero, eso no le quita las ganas de seguir en busca de ella, ¿Quién será la misteriosa Cenicienta de uno de los más apuestos empresarios de Nueva York? –
-Joe, podrías bajarle-
-No, ¿Por qué? Es sobre mi empresario, tal vez den un dato curioso, últimamente no tiene tiempo para verme, se está volviendo algo odioso-
Clarissa Blair, rodo sus ojos y miro hacia afuera como si el joven Gardner se encontrara aquí y eso le obligara a no reprocharle en la cara lo egocéntrico que era.
-Otro dato que se ha hallado, Melissa, es sobre que la señorita misteriosa, posiblemente era la acompañante indiscutible del inigualable y guapo, Príncipe Empresario, Ashton Clark-
-Sabes... ahora que lo pienso, en ese momento, es decir el año pasado, ¿tu... no conocías a el Príncipe? –