CHAPITRE 58
Y fueron pocos segundos después de la llamada de mi padre, que las puertas del ascensor se abrieron dejando entrar solamente a Leonard con una especie de tendedero con dos vestidos, uno ligeramente corto por lo visto pero forrado y el otro forrado, pero con una distancia de largo.
-Alexa, querida, tus vestidos, Bethany y Brittany vienen en la segunda ronda de ese ascensor-
Sonrió de manera profesional y camino por toda la sala, tratando de encontrar algo… o al menos así lo veía yo.
-Bien, querida-
Y continuo…
-Tenemos solo tres horas para dejarte espectacular, así que manos a las obras, ¿ya tienes puesta tu ropa interior? -
Y no es como si le andará diciendo a cualquiera que me preguntara si tenía mi ropa interior, así que solo me limite a fruncir el ceño y menear lentamente con la cabeza.
- ¿Qué esperas para ponértela niña? Aprovecha que Bethany y Brittany están en proceso de llegar-
Y con un empujón me hizo caminar hacia mi cuarto, mientras este bufaba vagamente.
Había olvidado como era Leonard cuando se disponía a vestir a las personas o a mí, legalmente estaba siendo una modelo indirecta de Leonard, era su vestido el que iba a salir a las calles primero que, a una pasarela, este era su idea de hacer relucir su nueva creación.
Oí parte del sonido del ascensor a cierta distancia, entendí que era Bethany y Brittany que habían llegado, tal vez con el botiquín de maquillaje de Leonard o algo parecido, así que suspire y me limite a ponerme la ropa interior de encaje rojo, si así de interesada estaba porque el vestido me quedara perfecto o algo más o menos eso pensaba, con algo rojo.
- ¡Querida! Hay que empezar ya, si queremos llegar temprano-
Estaba nerviosa el hecho de que… debía ir a esa fiesta con la familia Lovegood.
-Ya voy-
“Tu madre vino a visitarme, Alexa”
Reprimí un quejido y fruncí mis labios, apretando con fuerza mis ojos, no permitiendo que ningún sentimiento se hiciera presente, ninguno, ni alegría, ni agonía, ni dolor, ni frustración, solo neutral.
Abrí la puerta y con mi mirada divague entre la sala para divisar a Leonard, sacando sobre una mesa los miles y miles de colores y brochas que utilizaría, los cinco tipos de zapatos que saco y las diferentes tiaras que tenía.
-Leonard-
Y yo me estaba asustando.
- ¡Oh! Querida…-
Tomo mi mano con firmeza y sobre una silla improvisada me puso.
- ¡Hola Alexa! -
Dijeron al unísono Brithany y Bethany, con una sonrisa en sus labios y muy bien arregladas, ambas con dos vestidos twins y dos moños de nena, pero, a ellas le sentaban de maravilla, el color de su vestido iba de una de color negro en su falda de vuelo hasta su parte del pecho que era completamente rojo con escote corazón, ambas con tacones de diferentes colores una de negro y otra de rojo, con labiales rojos y delineadores en sus ojos.
-Empezaremos con algo básico, el color de tu tez y estas pequeñas espinillas habrá que ocultarlas-
Y nuevamente el ascensor volvió a sonar esta vez con la participación de Christian.
-Señor Dior, ¿dónde quiere estas maletas? -
Mientras se limitaba a arrastrar las maletas de Leonard al parecer, Christian entraba al apartamento, actualmente con su uniforme formal y pequeñas gotas de sudor en su frente.
Leonard se limitó a rodar los ojos y dejar a un lado la crema que ponía sobre su dedo, mientras se limitaba a acercarse a Christian exhausto y tomar sus maletas.
-Se supone que eres un hombre, guardaespaldas, debes tener algo de fuerza-
Con su mirada fría y su respiración entrecortada.
-Se supone que usted también-
Mascullo con desdén, una vez Leonard a unos centímetros.
-Lo soy querido, solo que más lindo y amable que tu-
Leves risotadas se oyeron por parte de Bethany y Brittany quienes de manera cómplice apoyaban a Leonard, pero, de manera callada y en su interior le daban toda la razón a Christian.
Seguidamente el guardaespaldas solo se arregló su saco y fruncido el ceño.
-Con permiso señorita Collins-
Y sin más llamo al ascensor para que se lo llevase.
-Como seguía-
Resulto que… el maquillaje que Leonard me ponía duraba alrededor de una hora y media, sin contar lo retoques y las correcciones y las miradas de recelo de Leonard por haberme movido.
Las chicas se disponían a un lado mío a peinar algo que sinceramente no sabía que era, puesto que Leonard tenía mi cabeza completamente fija en él.
Ha diferencia de las típicas chicas plásticas, Bethany y Brittany parecían felices rubios en silencio, estando a la moda y llamando a atención de los chicos, era real, no faltaban el respeto a nadie, ni se ponían en riña con alguien y no era un estorbo su diminutiva voz que de vez en cuando se escuchan era buenas amigas, no tenían su trabajo en relajo, de hecho, creo que lo amaban.
Eran felices, sin ser egocéntricas, ni creídas, ni zorras como algunas.
-Esta noche querida, estarás de infarto-
Sonreí satisfactoriamente al momento en que Bethany guardaba lo que con tanto esmero arreglaba con su hermana y ambas se levantaban para verme.