Destiny of a witch

Un poquito de magia

Morgan había estado practicando con sus nuevos poderes, al igual que Diego, sin embargo él no le ha dicho nada a nadie, excepto a Jean.

Los chicos habían terminado su proyecto de química y lo entregarían hoy, Daniel le había dejado el trabajo a Alex para que lo trajera pero al parecer la chica lo olvidó.

-¿lo trajiste? –le preguntó Daniel sin sospechar nada.

-Claro –responde nerviosa ella-, está en mi locker… iré por él.

-De acuerdo, te espero aquí.

Alex se dirige a su locker y se topa con Cussy.

-¡Alex! Justo estaba pensando en ti.

-Disculpe pero estoy algo apurada –ignora a la mujer.

-¿y eso? –busca conversar con la chica.

-Olvide un proyecto y debo ir a buscarlo.

-¿y tú profesor te dio permiso? –preguntó con seriedad.

-Profesora –corrige con un tono golpeado- y si me dio permiso de buscarlo.

-Exactamente ¿en dónde está ese proyecto Alex?

-En… mi locker –mintió con nervios, la mujer presionaba mucho.

-¡Mientes!

-Claro que no.

-Abre el locker entonces –se cruza de brazos para reforzar su autoridad.

Alex abre su locker, y para su sorpresa el proyecto estaba justo ahí.

-¿Esta aquí? –Susurra con confusión- ¡Esta aquí! Justo como dije.

-Decías la verdad… después de todo –Cussy no le cree.

-Si no te importa Cussy, debo ir a una clase –toma el proyecto y se va sonriendo hipócritamente.

-De hecho si me importa, te quiero en mi salón a la hora del almuerzo.

-Seguro –contesta de mala gana.

La chica se va dejando a Cussy quien la mira con intriga.

En la cafetería se encontraban Morgan y sus amigas quienes tenían una hora libre.

-¿Cómo es eso de que tienes poderes? –le preguntó Katie.

-Baja la voz –le susurra con enojo.

-¿eres una clase de hechicera? –pregunta Sophie.

-Mejor aún, soy un Quiurikanay –se sonríe.

-¿Y qué es eso? –dice Katie confundida.

-Puedo controlar los elementos naturales o algo así.

-¡Eso es asombroso! –Sophie se entusiasma- ¿podemos ver?

-Pero no aquí, hay que ir a un lugar más privado.

-La biblioteca siempre está sola –sugiere Sophie.

-Vayamos entonces.

Las chicas van a la biblioteca donde Morgan enseña sus recién descubiertos poderes.

Ya era hora del almuerzo y Alex fue al salón de Cussy.

-Bien ya estoy aquí ¿Qué paso? –habla con un tono grosero.

-Esto es serio Alex.

-Si seguro –no le presta atención.

Cussy hace un movimiento circular con la mano y luego extiende su palma apuntando hacia la puerta, de su mano salió un extraño color amarillo en forma de rayo o algo similar. La puerta se cerró.

-¿Qué diablos fue eso? –Alex mira sorprendida.

-Ahora que tengo tu atención…-Alex la interrumpe.

-Tu cerraste la puerta –hace una pausa para asimilar-, pero… ¿Cómo?

-Tú también puedes hacerlo –se recarga en el escritorio.

-¿De que estas hablando? ¿Qué fue eso?

-Alex soy una bruja y creo que tú también lo eres.

-¿Bruja? ¿Cómo de las que vuelan en escobas? Por supuesto que si –dice con sarcasmo.

-Te he estado observando y lo he notado, ¿o vas a negar que no te suceden cosas extrañas?

-Claro que no –Alex duda un poco.

-Tienes que confiar en mí, yo te ayudare a controlarlos.

-¿Cómo porque confiaría en ti? –la chica se pone a la defensiva.

-¿estas admitiendo que los tienes? –se sonríe la mujer.

Alex respira hondo, por alguna razón la mujer no le daba desconfianza como para no creerle, y después de esta mañana era muy probable que le dijera la verdad.

-El proyecto… ¿Cómo llego al locker?

-Es muy posible que lo aparecieras ahí sin pensarlo.

-¿Cómo estas tan segura que los tengo? Pudo haber sido casualidad.

-Lo supe desde el primer día que te vi, en la piscina ¿recuerdas?

-Eso creo, ¿pero qué tiene que ver?

-Dijiste que la cara de Jean estaría roja, y justo pasó, aunque muy literal.

-Eso no explica nada.

-Tu aroma –Alex intenta olerse mientras Cussy no la ve-, las brujas tienen esa habilidad de diferenciar el aroma de un ser mágico con el de un humano simple.

-¿Cómo si fueran perros? –se ríe.

-¿entonces eres un chihuahua? –se ríe sin gracia.

-Y tu un poodle –se cruza de brazos y frunce los labios.

-Ten mucho cuidado con lo que dices Alex, puede hacerse realidad.

-¿No se necesitan pociones para eso?

-Alex esto no es la edad media, solo se necesitan algunas rimas para lanzar un hechizo, y con más experiencia solo tendrás que hacer un leve movimiento sin necesidad de hablar.

-¿Puedes lanzar otro hechizo? –dice con inseguridad.

Cussy vuelve a hacer su movimiento con la mano en dirección a la mesa frente a Alex.

-Espero tengas hambre –un sándwich aparece frente a la chica.

-No es posible –susurra estando perpleja.

-Adelante, dale una mordida… ¿o prefieres una manzana? –realiza otro movimiento para aparecer la fruta.

Alex mira a Cussy sin poder creer lo que ve.

-¿Por qué no lo intentas tú? –le dice a la chica.

-¿Bromeas? Yo no… -Cussy la mira con un gesto de desaprobación.

-Solo concéntrate en lo que quieres y hazlo.

-¿necesitare rimar? –se ríe levemente.

-Dudo que puedas hacerlo tan pronto sin decir alguna rima, así que sí.

-¿Cómo qué hago?

-Intenta con una bebida, ¿un jugo?

-Mmm…-piensa en una rima-, el abuelo de Cussy tiene una enorme granja, y de ella quiero ahora un jugo de naranja –dice con algo de duda.

No ocurre nada.

-Deberías creer que lo obtendrás, no lo dudes mucho, además necesitas un sello personal.

-¿un sello? ¿Es un código entre brujas? –vuelve con su sarcasmo.

-Es el movimiento que realizamos con las manos al lanzar un hechizo.




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