Destiny of a witch

Confesiones

Pasaron un par de días después de la pelea.

Alex aparece inesperadamente en el salón de literatura.

-Cussy –dijo sin sorpresa la castaña.

-Tuviste una pelea con Morgan ¿Cuándo pensabas decirme? –la mujer se oía molesta.

-¿Cómo te enteraste? –preguntó desconcertada la chica.

-Eso no interesa –Cussy seguía molesta-, ¿sabes lo mal que pudo haber terminado eso?

La chica solo fruncía los labios callada mientras recibía los regaños de la mujer.

-Alex, debes entender que tener poderes no es un juego ni una forma de pelea –fruncía el ceño la mujer-, es una gran responsabilidad.

-Sí, sí, si ya se –contestó fastidiada la chica.

-No, no sabes absolutamente nada –exageraba su molestia levantando sus brazos-, hay brujas malas que podrían tratar de apoderarse de tus poderes, brujas que son muy poderosas y que no pensaran en el riesgo que habría para ti –dijo muy seria.

-¿y porque pasaria eso? Apuesto a que hay cientos de brujas más a las que podrían quitárselos –dijo con un pequeño tono como de burla-, ¿Por qué precisamente yo? –Se cruzó de brazos- Si es tu forma de asustarme…

-No trato de asustarte, solo digo la verdad –respondió la mujer con un tono de angustia-, es muy probable que…-hizo una pausa.

-¿muy probable que que? –Preguntó desesperada la castaña- No puedes decir “es muy probable que” y no decir el resto.

-Esta bien, hay una bruja en particular –empezó a explicar Cussy con un tono de seriedad-, a la que la mayoría quisiera robarle sus poderes….

La joven bruja la veía con el gesto confundido ya que no sabía nada sobre el reino de la magia.

-Es llamada “La elegida”, y en algunos casos “El elegido” cuando se trata de un hechicero –frunció los labios-, esta persona es quien tiene el máximo poder entre los seres mágicos, es el líder de las brujas y hechiceros, es quien protege al reino y viceversa.

-¿Y dices que yo soy esa bruja suprema? –Respondió la chica burlonamente- Lo siento cussy pero te equivocaste de chica y de bruja por lo visto –se encogió de hombros con decepción.

-No lo creo, ¿sino porque otra razón…? –la mujer deja de hablar al dudar en lo que dirá.

-¿por qué otra razón que? –La miró esperando una respuesta.

-Hay una bruja aquí aparte de nosotras y no creo que esté aquí para ir a tomar el té –dijo con sarcasmo-, es claro que busca algo más.

-Pues vino en vano porque yo no soy la ideal o como se llame –respondió con exasperación y reviró un poco sus ojos.

-No estés tan segura de eso Alex –se cruzó de brazos demostrando su confianza y autoridad.

La chica solo la miró intranquila para luego irse a sus clases.

-Pss, Pss –dijo en voz baja Jean para hacer voltear a Daniel-, hey, Daniel…

El chico volteó y la miró confundido.

-Debo decirte algo –susurró la rubia-, es sobre Alex y Morgan.

El chico no lograba entender lo que su amiga le susurraba.

-Señorita Estevez –dijo reclamando la maestra-, si no le interesa la clase, puede salir, apuesto que la dirección le será de su gusto –señaló hacia la puerta.

-No… –dijo como súplica la chica- no es necesario ir con el director, apuesto que esta muy… –empezó a bajar el tono de voz cuando vio el semblante molesto de la maestra- ocupado –dijo cabizbaja.

La chica salió del salón fastidiada, rumbo a la dirección vio a Morgan entrar a la oficina de la supervisora.

-¿Qué hace Morgan en su oficina? –se dijo a si misma mientras se dirigía al lugar.

Jean se recargó en la puerta para poder espiar.

-Supe de la pelea con la brujita –le dijo la supervisora a Morgan-, también me enteré que te venció.

-¡Claro que no! –Protestó la Kanay- Yo la vencí, la tonta cayó al suelo junto con una clase de escudo protector o algo así

-¿escudo protector? –La bruja pelirroja se puso nerviosa- Es imposible que haya podido hacer uno si es una novata…. ¡tiene que ser ella! –dio un golpe fuerte a su escritorio que hizo brincar a Morgan.

-¿la supuesta elegida? –preguntó Morgan frunciendo el ceño con molestia.

-Ninguna bruja novata podría hacer un escudo asi, a menos que fuera duramente entrenada en la A.D.M, o que tuviera el poder suficiente para hacerlo sin entrenamiento –respiró hondo para tranquilizar su frustración.

-¿La “ADM”? –se susurró Jean para sí misma confundida.

-¿Qué es la ADM? –Preguntó Morgan con exasperación-, ¿es alguna clase de asociación de brujas? –se cruzó de brazos.

-No niña tonta –le respondió indignada-, es la Academia de Magia, donde las brujas y hechiceros asisten para aprender sobre la magia y otras…-deja de hablar al recordar que hablaba con una Kanay-, ¿Qué hago diciéndote estas cosas? No son asunto tuyo –le gritó fastidiada.

Jean hace un ligero ruido afuera de la oficina, avisando a la mujer de que alguien las espiaba.

-¡¿Quién está ahí?! –gritó la mujer enojada dirigiéndose a la puerta.

-¡Demonios! –susurró Jean para sí y luego salió corriendo.

La mujer salió para ver al espía pero no alcanzó a descubrirlo.

-¡Sal de aqui! –le ordenó a Morgan.

La rubia de cabello largo obedeció, mientras que Jean llegó hasta Diego.

-¡Diego! –La chica estaba agitada por correr- Nunca me había alegrado tanto de verte –el chico solo la miró extrañado-, debo contarte algo importante sobre Morgan.

-¿Qué ocurre con ella? ¿Está bien? –el Kanay mostró su preocupación.

-Créeme está mucho más que bien –la rubia hizo un gesto exagerando su sarcasmo.

-¿De qué hablas?

-Morgan nos está ocultando algo –frunció los labios-, ella nos engañó.

-¡Claro que no! –el chico se sintió ofendido por el insulto hacia la Kanay.

-¿Qué? ¡No! Hablo en serio, ella nos mintió, ¡quizo atacarme! –abre sus ojos y exagera su punto abriendo sus brazos.

-Solo dices eso porque no te agrada Morgan –respondió molesto.




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