Destrucción

Parte 2

— Buenos días jóvenes— dice en voz alta la señorita Emma Ponte Alegre, nombre que hacia contraste con su acostumbrado mal humor, y es quien dicta la clase de ciencias sociales, la primera del día. —el día de hoy haremos un trabajo en grupo, y daré los nombres yo, para que no se junten los típicos grupitos de siempre, así que, por favor, las personas que vaya nombrando se van sentando juntas— y comenzó a llamar nombres de la lista— Señorita Baltimore, Señor Mc Curdy y Señorita Vlouness, por favor únanse e investiguen acerca de la fundación de la ciudad de Merich— 
Lo siguiente que dijo Agatha no lo escuchó porque quedó asombrada con los integrantes de su grupo, no tanto por su cuñada Lauren Vlouness, sino por el cabalero con el que debería hacer la investigación ¿en serio tendría que reunirse con ese hombre que le hacía sentir algo que no sabía describir? Los pensamientos de Agatha no estaban teniendo coordinación y su corazón estaba latiendo de forma descontrolada, tanto que ella temía que todos escucharan cómo ese órgano vital quería salirse de su pecho.
Mientras estaba pensando en esto, sentía una fuerte mirada sobre ella y haciendo un recorrido por el aula nota que es el Ratnik quien la está inquietando, él le sonríe de forma malévola, logrando que el hermoso rostro trigueño de aquel joven se adornara aún más. Ella no sabía qué hacer y en su intento por devolverle el gesto, hace una mueca extraña que logra hacer que Ratnik suelte una estruendosa carcajada. 
 

— Disculpen que sea tan apresurado, pero me gustaría saber ¿en casa de cuál de las dos señoritas nos podríamos reunir y a qué hora les gustaría? -pregunta Ratnik dirigiéndose a sus compañeras de grupo, apenas se acabó la clase.

— Seguramente en casa de la Señorita Baltimore, pues hay buen espacio y de paso voy y saludo a sus parientes ¿te parece bien Agatha?- dice sonriente Lauren mirándola.

— Yo…— suspira, no quedándole otra opción que ser cortés, manteniendo así su imagen de dama, mientras tartamudeaba para acordar una hora— ¿consideran que a partir de las 3 de la tarde estaría bien?

— ¿Tienes algún compromiso?- preguntó imprudentemente el chico.

Agatha fingió no haber escuchado tal pregunta, tomó sus pertenencias y se apresuró a salir del salón, intentando evadir su presencia. Sin saber que ese exactamente el objetivo del chico, quería saber si ella se incomodaba ante su cercanía. Viendo cómo ella se alejaba rápidamente, se queda mirándola y estudiando cada uno de sus movimientos, con una sonrisa de suficiencia al verificar que su teoría era cierta. Ella era dulce, pero con fuerza para hacer frente a diversas situaciones, concluyó Ratnik, y susurró para sí mismo: —lamentablemente lo que te espera no puede ser negociable—.

Encontrándose Ratnik Mc Curdy en la casa que comparte con su padre, busca la forma de acercarse a Agatha lo suficiente como para descubrir todo lo que necesitaba, sin que sospechara nada. No tenía claro si aquello sería fácil o jodidamente difícil, pero lo que sí tenía claro era que no iba a dejar de intentarlo hasta que tuviera toda la información que requería. Y aunque eso le trajera problemas, no iba a abandonar su propósito.

— ¿Parezco un elegante adolescente de esta época?  —preguntó con una sonrisa en el rostro.

—Los miles y miles de años que tienes no se notan —le respondió con orgullo el padre.

Emperifollado como el más elegante chico de la ciudad y con la seguridad de que todas las soñeras y señoritas voltearían a mirarlo, Ratnik sale con dirección a la casa de Agatha, con tiempo suficiente para asumir cualquier contratiempo y aun así llegar justo a la hora señalada por la joven. Porque aun sin haber ido antes a la mansión de los Baltimore, sabía exactamente dónde se encontraba y conocía 5 formas diferentes de llegar a ella desde su casa. Asi que al llegar, toca el timbre y una criada le abre la puerta haciéndolo seguir hasta el recibidor, donde observa cómo una hermosa morena de cabello largo y ondulado deja unas flores amarillas que no logra identificar dentro de un jarrón exótico. Es Agatha. Ratnik se sorprende al verla tan hermosa, de espalda no pudo reconocerla, y debe echar atrás sus pensamientos para centrarse en la meta que se ha propuesto.

—Adelante— le dice Agatha nerviosa, tratando de no acercarse a él para evitar el contacto del saludo, mientras se dispone a hacer una pequeña reverencia, nota que la misma criada le acaba de abrir la puerta a Lauren, quien llega con cara de acontecimiento.

— ¿Te ha pasado algo Lauren?- pregunta visiblemente preocupada.

— Nada, solo que me he atrasado un poco y me disgusta llegar tarde… además quería compartir con tu madre, le he traído un presente— dice mientras le acerca un pequeño paquete que alcanza a recibir Elloise, que había entrado a la sala al escuchar la voz de la joven Vlouness, al tiempo que la saluda con efusividad. 
Ratnik observa con mucha simpatía y curiosidad pero su mirada, definitivamente, no era de atracción, pues aunque ella le decía cosas graciosas y le coqueteaba de forma descarada, él se  mostró desinteresado en sus atenciones, por lo que Agatha no pudo ocultar su risa de complacencia ante la escenita que estaba dando su amiga mientras pensaba en que por fin había alguien que no caía ante los encantos y el pestañear de su cuñada, que lograba intimidad a todos los hombres con sus ojos azules y su frondoso cabello castaño.




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