Han pasado dos semanas y no he sabido nada de Yeik, admito que me he sentido jodidamente contenta, visitar el castillo no ha sido tormentoso y ya puedo sentir la corona en mi cabeza, gobernar Draguens es el deseo de mi padre, pero puede que también sea mi deseo muy en el fondo.
—Que bueno que falta poco para la boda —la reina habla con entusiasmo y ojalá yo me sintiera de la misma forma —. El lugar ha estado de locos, todos han sido de gran ayuda —la mirada de la reina se entristece y sé en quién piensa —. Ojala mi pequeño esté en la boda de su hermano, no podría culparlo por ser como es.
Una lágrima resbala por su mejilla y se que debió ser duro para ella tener la incertidumbre de que su hijo llegara a sufrir en algún momento, y justo ahora está en un lugar pasando por quien sabe que, gracias al infortunio de que no quiero estar con él.
—Lo siento —ni siquiera se porque lo digo, no puedo sentirme culpable por algo que no me compete directamente, además èl es demasiado joven para elegir una persona para toda su vida.
—No te preocupes cariño, siempre temí este momento, juro que preferiría sufrir todo por èl, lo ame desde el momento en que me sonrió en sueños —tal vez mi rostro refleja desconcierto porque prosigue a explicar — Nuestra conexión es diferente, antes de que se empiecen a formar en nuestro vientre ya tenemos un vínculo, ni siquiera sabía que iba a ser la reina de todo Draguens, simplemente sucedió —se nota que quiere llorar hasta quedarse dormida y que todo sea un mal sueño —. Yeik ha sido lo más maravilloso de mi vida, pero creeme que también preferiría que no hubiera nacido, no si debe sufrir de esta forma.
—¿Qué tan malo es?
—Nadie debería sufrir de esa forma —limpia su rostro y me sonríe de medio lado —. Espero que seas feliz con Klaus, en el fondo es un gran chico, además ha hecho cosas por ti que nunca creí que era capaz de hacer.
Ella podría odiarme con todas sus fuerzas, pero no lo hace por el hecho de que no es mi culpa, en serio admiro a las Fiushinas, han pasado por demasiadas cosas, hubo un tiempo en que eran quemadas como si fueran una aberraciòn, pero eso cambió cuando todas las Fiushinas se unieron he hicieron un tratado con en ese entonces el rey de Draguens, mi padre dice que han pasado siglos desde que las Fiushinas andan libres sin miedo a nada.
Fue el mejor acuerdo porque de no ser así, nosotros los simples mortales habriamos llevado la peor parte, eso es seguro. Papà estuvo detrás de una Fiushina simplemente hermosa, pero ella no le daba ni siquiera una mirada, no entiendo su tipo de conexiones, pero ella prefirió a un campesino. Y no digo que esté mal, pero la verdad es que yo preferiría la riqueza por sobre cualquier cosa, o por lo menos por sobre el amor, es claro que el amor no me da los lujos que tengo, y es claro que no estoy enamorada de Klaus, pero tiene un reino que quiero, así que hay prioridades por sobre el amor.
Por otro lado, mi especialidad no es consolar a la gente que sufre y menos si llora como lo está haciendo la reina.
—Ya debo irme, mi padre quiere compartir más tiempo conmigo antes que deje el castillo —sonrìo falsamente —. Ya sabe… Padres —no le doy la oportunidad de ponerse de pie y despedirse de mí, simplemente me alejo a paso rápido y estoy por cruzar la salida cuando unos brazos me rodean.
—¿Tan pronto te vas? —Klaus deja un beso en mi cuello y me gira —. He querido ver a mi prometida desde esta mañana —cruzo mis brazos por su cuello y lo acerco para dejar un beso en sus labios.
—Debo descansar un poco de tanto ir y venir —sonrió de medio lado y èl acaricia mis labios con su dedo, a veces puede ser un poco cursi, le muerdo el dedo bruscamente y pega un pequeño brinco alejándose de mí
—¡Auch!
—Eres un bebé —la palabra correcta sería que es demasiado débil, me aguanto las ganas de no girar mis ojos y bufar —. ¿Qué te parece si vamos a nadar un poco?, el lago de las cavernas de las piedras preciosas de Draguens es una completa maravilla.
Yudith es demasiado miedosa como para bañarse en ese lugar, pero yo he disfrutado del completo silencio que ese lugar tiene, sus aguas tan rojas como la sangre, son una completa maravilla, la primera vez que fui a ese lugar llegue como una asesina a casa, a mi padre casi le da un ataque al corazón al verme de esa forma y ya estaba buscando una solución a lo que sea que yo hubiera hecho. De seguro imagino que había asesinado a más de mil niños ya que no los quiero ni un poquito, pero no soy ese tipo de persona, por supuesto que contraria a alguien para que lo hiciera, es obvio.
Por suerte encontré un pozo al respaldo del lago y puedo quitarme el exceso de agua roja del cuerpo, ese lugar es simplemente sublime.
—Oh cariño, debes estar loca si crees que voy a permitir que vayas a ese lugar —sujeta mis mejillas en suaves apretones y yo siento las enormes ganas de darle una patada en sus bolas, por lo menos para saber si las tiene bien puestas —. Es demasiado peligroso para la futura reina visitar un lugar como ese moridero.
Si, me queda claro que el futuro “Rey” de Draguens es todo un guerrero, esa es la principal razón por la cual lo invité, èl no me merece, ese lugar es mi paraíso y si no lo va a apreciar como yo lo hago, solo me queda la opción de eliminarlo, complazcamos al príncipe y démosle un poco de moral haciéndole creer que acataré cada cosa que me diga.
—Tienes razón Klaus, ese lugar es … —Magnífico, espectacular, asombroso, sublime —. Aterrador —ya no me queda ninguna duda de que va a ser demasiado difícil convivir con este hombre.
Abrazo su cintura y beso sus labios con pasión, él recorre mi espalda con caricias suaves y de no ser porque me siento jodidamente enojada por decirme lo que me dijo respecto al lago, seguiría deleitándome con sus caricias, dejo un ultimo besos y me suelto de su agarre, sus ojos se quedan cerrados por un segundo y después se repone del momento.