Destrucción y Caídas

Capítulo 9: Luz y Oscuridad, Sniy.

Sniy, Mithir, Cotdin y su madre fueron los que se quedaron en el castillo, Sniy sintió una gran energía, una muy poderosa. Trato de adivinar de donde provenía tal energía. Segundos después miro al techo. «¡Haise!» pensó. Subió rápidamente a la habitación de Haise. Mithir fue detrás de él. Antes de que llegaran al segundo piso, a lo lejos vieron que se les acercaba una gran luz blanca. Se detuvieron al instante de que los tocara. Era muy pesada para ellos. Sniy con mucho esfuerzo pudo seguir avanzando. El poder que sentía cada vez era más poderoso. Luego de varios segundos, el peso que sintió al inicio fue desapareciendo. Avanzo rápidamente a la habitación de Haise. Poco después, Mithir llegó junto a él. 

      Trataban de entrar a la habitación de Haise, no podían. Tuvieron que forzar la puerta para poder entrar. Sniy fue el primero en entrar. Todo estaba desordenado. Nadie estaba en la habitación. Haise se había marchado. 

      —Ha hecho el portal —dijo Mithir—, nos ha dejado.

      —El poder que sentí fue de Haise o del portal, incluso pudo ser de los dos al mismo tiempo —dijo Sniy—. Se ha vuelto muy poderoso.

 

      El rey Lewis miraba asombrado la luz blanca que salía del castillo. Los demás estaban asustados y otros asombrados. Después de tanto tiempo volvieron a ver la gran luz que hacía relucir aquel portal. Muchos que tenían miedo no sabían que era lo que ocurría. Miraban al rey Lewis, esperaban que les dijera lo que ocurría, pero solo sonreía, se veía muy orgulloso.  Había llamado a Banion:

      —Ve a la biblioteca, toma el libro que te dije ayer y dirígete a Calir, fabrica las espadas que ya te he indicado —dijo el rey en voz baja—. Me mandas un cuervo con una carta que diga que ya las has terminado de fabricar para que lleve a Sniy.

      Banion salió lo más rápido que pudo. El rey, tranquilizo a todos, decidió cancelar el torneo de cada cien años.

     —Dentro de dos años, en junio, se llevará a cabo el torneo.

 

     Galvan se dirigió con Sniy, le preguntó de donde estaba Haise, y del porqué salió tan rápido hacia la habitación de Haise. Mithir fue el que respondió. Les dijo a todos que se había ido, no dejo nada de él. La reina Lafia comenzó a llorar, con ella Adir, quien aparte de llorar, trataba de consolar a la reina Lafia. Falith miro a su hermana, le dijo a Cotdin que también estaba triste y asustada. Fue con Sniy, pero miro que Sedna y Daily ya estaban con él, ellas querían que le dijera de cómo es que sintió tal poder, algo que Sniy no podía responder.

       —Sniy, responde —dijo su madre—. Hijo, ¿cómo fue que sentiste eso?, nosotros solo sentimos un gran peso.

       —Nosotros también lo sentimos, pero él fue muy persistente y siguió avanzando —dijo Mithir—. Al parecer de todo el entrenamiento que ha tomado, no le afecto tanto el peso. Al principio lo vi extraño, no era él.

      —Solo sentí un gran poder, que se metía dentro de mí, quise saber de dónde provenía, miré por todos lados, hasta que vi que una gran energía venía de la habitación de Haise —confeso Sniy—. Había hecho el portal, pero no supe diferenciar entre el poder de Haise y el portal. Percibí un enorme poder, que hizo que me atrajera.

       —Yo también percibí un poder que era igual a cuando naciste —dijo Galvan.

      —Será mejor que nos vayamos, no quiero que Adir o Falith, incluso la reina Lafia, les pase algo estando aquí, le echaron la culpa al príncipe Haise por unos asesinatos que él no provoco —dijo Cotdin—. Es evidente que no nos quieren aquí. Señor Galvan, por favor vayámonos.

      —En la noche vendrá Yunt, le pediré que los lleve a Iris. Suban por sus cosas, partiremos en media hora. Daily, usted también haga sus maletas. 

     —Los puedo llevar yo —dijo Sedna—. Conozco la ruta.

     —No, tú te quedaras aquí con Sniy, recibieran algunas órdenes del rey Lewis, y ustedes son los más indicados para acatar esas órdenes —dijo Galvan—. Los demás vayan por sus cosas.

     Todos obedecieron a Galvan, a excepción de Sniy, quien el mismo Galvan le dijo que él no lo hiciera. Le dijo que marchara con el rey Lewis y le dijera lo que acaba de suceder y lo que sintió.
 

     —Él sabrá por qué has sentido ese poder y energía —dijo Galvan.

     Sniy salió del castillo, vio que el rey Lewis estaba subiendo las escaleras. Cuando estaban cerca, se le dificultó mucho decirle lo sucedido, hasta que agarro valor. Le comenzó a explicar todo, le sorprendió cuando le dijo sobre el poder que sintió, al final sonrió. El rey solo le dijo: «Tú eres el tercero». Sniy no entendía que quería decir el rey. Entro al castillo con Sniy. El rey Lewis hablo con Galvan.

      —Lo entiendo, sé que no fue una de las mejores épocas en la que ellos pudieron venir —afirmo el rey—, pero quería que disfrutaran la experiencia de los torneos. 

      —Hablando del torneo, ¿aún se hará el torneo mañana? —quiso saber Galvan.

      —No, se llevará a cabo en dos años, exactamente en junio —respondió el rey.

      El rey se dirigió a la biblioteca. Los demás ya estaban bajando con sus cosas. Sedna y Sniy fueron por los carruajes. Tardaron una media hora en ir y regresar con los carruajes. Todos subieron y se fueron. Sniy le pidió a Sedna que si podía entrenar con él. Ella aceptó. Entrenaron aproximadamente dos horas, comenzaba a oscurecer, fueron a cenar y posteriormente a dormir. 




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