Weilar se encontraba con Haidar, los felinos, Erency y sus hermanos, más los duques de Prya y sus primos, esperando la llegada de los últimos invitados, el duque de Gremya, más sus hijas y la princesa Arlenne, su tía. Luego de un rato, los tres carruajes ya se encontraban justo en frente de ellos.
Los primeros en bajarse fueron los duques, Marcus y Greta. Al llegar frente a Weilar, le dieron un vistazo a las panteras y tigres y tragaron saliva, luego la miraron e hicieron una reverencia.
—Querida sobrina, ha llegado muy lejos—dijo Marcus.
—Y llegará más lejos, no se preocupe Duque Marcus—acotó la emperatriz Erency, ambos le hace una reverencia.
—Eso lo veremos con el tiempo, majestad—dijo Greta mirando entre Weilar y Erency.
—Sí, el tiempo pone todo en su lugar y a todos—le respondió esta a su cuñada.
Las siguientes fueron sus primas, quienes hicieron una reverencia y dos de ellas, Mara y Neral, la miraron de arriba a abajo, la única que saludó efusivamente a Weilar fue la princesa Nerisa.
—¡Prima!
—Nerisa, que bueno verte—dijo abrazando a su prima.
—Tuve que convencer a mis padres de venir, quería verte después de tanto tiempo.
—Hiciste bien, prima—ambas sonrieron y Nerisa dio paso a su tía. Quien hizo una reverencia y dijo.
—Majestades, tiempo sin verla, sobrina.
—Lo mismo digo tía.
Dándose a notar la relación que tenían, el saludo no duró mucho rato.
—Las doncellas los llevaran a sus respectivos aposentos.
—Gracias, prima.
—Un placer.
—Debemos seguir con su agenda, majestad, la modista y el sastre ya están aquí.
—Enseguida voy, Alíc.
Mientras la joven emperatriz iba a la última prueba de vestuario, los duques y princesas, se acomodaron rápidamente, mientras la duquesa y las princesas se encontraban en el jardín, el duque aprovechó para recorrer un poco las instalaciones, pero en ese momento, en uno de los pasillos se encuentra con Erency.
—Su majestad—saluda con una reverencia.
—Duque—saluda seca y con la mirada en alto.
—Está muy orgullosa ¿verdad? su hija está en el trono de Ohr, un imperio que renació de sus cenizas, pronto se hará emperatriz de Escoldar y de Prestia. Todo un logro para usted.
—Sí, estoy muy orgullosa de todos mis hijos, no solo de Weilar. A conseguido y conseguirá todo lo que usted no pudo siendo el hijo mayor del ex-emperador.
El duque sonrió sin gracia y dijo—Ahora está en el poder, sí, pero habrá guerras, y solo Dios sabe si es tan digna de quedarse en él por lo que dure su vida. Si es que dura, claro.
—¿Qué insinúa, duque?
—¿Yo? Nada. Pero veremos que le depara el destino. Es una joven inexperta que se encontró con el poder desde muy joven. Eso no dura por siempre.
—Tsk. ¿Son celos los que escucho, duque? Mi hija es mucho más competente de lo que muchos creen y se los va a demostrar con hechos. No se preocupe por mis hijos, preocúpese más por sus hijas y desee que consigan matrimonios prósperos, si es lo que ellas desean, claro, o apoya sus ideas, es una mejor opción.
—¿Me va a dar consejos de paternidad?
—Los necesita. Si eso es todo, me voy con mis hijos a tomar el té. Es bienvenido si gusta.
—Paso, gracias igual. Que tenga buen día, su majestad.
—Lo mismo digo, Duque.
Y con eso ambos se despidieron y siguieron su rumbo.
—¿Es cierto que Weilar tendrá un Harem?—preguntó Tarek.
—Ah, sí. Es cierto—respondió Erency.
Darek se rió a carcajadas—Mi hermana es increíble.
—¿Qué tienen de malo, mamá?—preguntó Liam.
—No tiene nada de malo cariño, simplemente me tomó por sorpresa.
—Realmente su majestad es increíble, una mujer con un harem, en Prestia será toda una novedad—dijo la concubina Asli.
—Aquí es normal, lo leí en un libro de historia de Ohr—acotó Solon.
Sora sonrió—Me pregunto que tipo de hombres elegirá nuestra hermana.
Erency analizando la situación dijo—Me puedo dar una idea de quienes serán los primeros, pero no sé quienes se unirán de otros imperios o reinos.
Darek la miró por un segundo y luego suspiró—No nos dirás tus "ideas" ¿verdad, mamá?
—No, para nada.
—¡SU MAJESTAD LA EMPERATRIZ WEILAR!
—Espero no llegar muy tarde.
—Para nada cariño. Estábamos hablando con tus hermanos y Asli de trivialidades.
—¿Es así?
—Sí, por supuesto. Únete al té querida, haz trabajado mucho hoy, mañana es tu coronación, tienes que estar relajada.
—Más razones para no estarlo—suspiró—. Espero todo resulte bien y no haya inconveniente alguno.
—Tienes una buena seguridad y unos subordinados muy competentes. Relájate, hermana.—Tarek que estaba a su lado le dio palmaditas en la espalda, a lo que ella sonrió.
—Bien...
—Ahora, disfrutemos de esta maravillosa tarde soleada, algo raro en Ohr y su clima frío—dijo Erency mirando a todos los presentes—. ¿No es genial? Es como si todo se estuviese dando para la coronación perfecta.
—Sí, supongo que así es.—la joven emperatriz sonríe levemente tomando su té.
La tarde pasa entre charlas y bromas entre hermanos y rápidamente cae la noche.
(...)
Weilar estaba en su despacho, luego de cenar, tuvo que encerrarse para seguir con los informes que parecían no tener fin, llegaban uno tras otro y se amontonaban en una pila que rápidamente despachaba junto a su secretario, Alíc, quien hacía a más no poder, habían llevado otro escritorio para que este trabajara cómodamente.
Ella sabía que luego de la coronación, tendría que reunirse con los miembros del consejo y los ministros. Estaba exhausta y recién comenzaba, por lo que el golpe en la puerta le resultó de lo más placentero, una distracción no le vendría mal, salvo que sea la llegada de más informes, lo cual dudaba ya que eran las once de la noche, por lo que dijo:—Adelante.
Haidar entró y por primera vez, voy algo de vacilación en sus movimientos. Caminó hasta llegar frente a ella y saludó haciendo una reverencia.