Todos los presentes se levantaron al oir la llegada de la emperatriz. Y saludaron con respeto haciendo una reverencia.
—Saludamos al sol del imperio.
Weilar avanzó hasta el extremo de la mesa y tomó asiento—Bienvenidos, espero se sientan bien y estén cómodos. Será la primera de muchas comidas juntos.
Tomando asiento, un joven de cabellos rojizos tomó la palabra—No se preocupe majestad, con su sola presencia, el día se vuelve radiante. ¿Qué lugar podría ser más seguro y acogedor que a su lado?
La joven rió y Haidar quien estaba a su lado, tosió mostrando un poco de disgusto, Farah, quien estaba a su lado no aguantó la risa al darse cuenta de la situación, en lo que Oriol simplemente negó.
Un joven de cabello negro al igual que sus ojos, suspiró y dijo en forma de regaño—Alaric.
—¿Qué pasa Akira? Nadie en esta mesa va a contradecirme ¿O si?—se hizo un silencio—y eso solo lo confirma.
Mientras negaba divertida, Reese, el joven caballero, habló:—La vi entrenando todo este tiempo, su majestad. Ni en mis mejores sueños podría adquirir ese nivel.
Sonrió—Tuve muchos maestros y con todos ellos adquirí diversos conocimientos, bastante completo la verdad. Si gustas te entrenaré personalmente.
A Reese se le iluminaron los ojos y con una sonrisa dijo—Sería un placer.
Dídac detrás de Weilar se rió—Ten cuidado con lo que deseas, así como la ves, el subcomandante no es ni la mitad de estricto de lo que es su majestad.
—Me esforzaré el doble entonces. No es ningún problema—luego se puso un poco nervioso—. Y... si no es molestia, quiero hacerle un pedido, su majestad.
Weilar lo miró atenta y con mucha curiosidad por su pedido—Sí, dime.
—Mi amigo y compañero... Reagan. ¿Puede entrenar con nosotros?
—Por supuesto.
—De hecho, a quienes ya entreno y a ustedes les daré entrenamiento especial. Planeo entrenarlos a todos a partir de mañana.
Oriol se asombró—Eso sería estupendo.
—Su majestad.
—Dime, Ryux.
—¿Podemos unirnos al entrenamiento en lo que estamos aquí?
—Claro. Aun tienen que hacer sus preparativos para mudarse oficialmente al Imperio. Pero luego pueden integrarse completamente.
—Muchas gracias. El entrenamiento de espadas de este imperio siempre fue motivo de admiración, al igual que en Lagascin, Asperia y Ardasia.
—Kaled tiene razón. Hay historias de muchos caballeros destacados provenientes de Ohr en su momento, en especialla familia imperial y el gran ducado del norte.
—No me cabe la menor duda. Y dime Zohar, ¿Cómo están tus habilidades con la espada?
—Pues... creo que se puede mejorar, no digo que estén mal, mi familia proviene de grandes caballeros, protectores de la familia real, pero eso no quiere decir que sean perfectas y que no se puedan mejorar con más práctica.
—Será interesante descubrir sus habilidades.
—Su majestad.
Weilar sonrió—Barak, es bueno tenerte aquí, después de tanto tiempo, te convertiste en uno de los hombres de mi padre y ahora te he robado.
—No creo que sea robo si fui yo quien se entregó en plena voluntad.
Rió—Espero él piense lo mismo.
El desayuno pasó volando entre presentaciones y charlas sobre sus países de orígenes y cuando se dio cuenta, estaba almorzando con los príncipes.
—El entrenamiento me está matando, ¿Podríamos descansar?—se quejó Tarek.
—Hermana, ¿podrías entrenarnos a Liam y a mi antes de que volvamos? Se que nos entrenas a todos juntos por igual, pero nuestras técnicas no son tan buenas como las de nuestros hermanos—dijo Logan con nerviosismo ignorando a Tarek.
Weilar sonrió —Claro. No hay ningún problema.
—Yo también quería pedirte algo.
—Aunque también me abruman las clases—comentó Tarek, siendo ignorado nuevamente.
—Dime, Darek.
—¿Puedo ir a la junta de hoy contigo? Claro, si es posible. No hay problema si no...
—Está bien, también puedes ir. Si eso es lo que quieres.
—Hola, aquí Tarek ¿Me están escuchando?—preguntó el príncipe indignado.
Solon respondió—Nada de lo que dices es relevante y se pierde entre la pelea de Samuel y Daniel por algún motivo que desconozco y no quiero conocer, si te soy sincero.
Tarek lo miró con incredulidad—Vaya, gracias hermano.
—Cuando quieras.
En ese momento entró Alíc y dijo:—Majestad, es hora.
—Bueno, me despido por ahora. Darek, Acompáñame.
Todos se levantaron y la saludaron con una reverencia. Ya en marcha, se encontró con los felinos en el pasillo y Joseph, su cuidador. Caminaron por los largos pasillos hasta que llegaron a la reunión. Al entrar, todos saludaron revereciando a su soberana:—Gloria al sol eterno del imperio.
—Buenas tardes a todos y bienvenidos, espero se encuentren bien de salud—dijo tomando asiento en el extremo de la mesa y dando la orden de que le den el suyo a Darek a su lado—. Bueno, comencemos.
El ministro de defensa fue el primero en tomar la palabra, aunque un poco nervioso, ya que vio a uno de los tigres mirándolo—El primer tema a tratar son el conflicto político entre el Imperio Zhalter y el reino Qiz quienes han hecho una alianza para la caída del imperio, están ubicando sus tropas, en la frontera de Zhalter.
—Fortaleceremos el apoyo en la frontera para asegurar una mayor protección y seguridad. Esto implica incrementar la presencia de tropas, mejorar la infraestructura defensiva, suministrar equipo militar y armamento, y garantizar recursos médicos para quienes defienden esas áreas, y no olviden los víveres. Nos encargaremos de la logística en la próxima junta.
—Entendido majestad, así se hará.
Luego, el Ministro de educación se puso de pié—El sistema educativo necesita ajustes, se han realizado evaluaciones a los alumnos y el nivel académico es muy bueno, pero hay niños que no pueden costear la cuota y las escuelas públicas con las que contamos, ya no pueden permitirse la inscripción de más alumnos.