Desvanecer

11° CAPÍTULO

A la mañana siguiente Rosa Nelly aún no había ido a trabajar, ese día era el día que habían acordado salir por la noche, Valbert sabía que debía aprovechar esa ocasión para intentar arreglarlo todo, pero para ello primero debía asegurarse de que Rosa Nelly saliera y como sabía que Magdalena no le permitiría acercarse a hablar con ella decidió que enviaría a Cristián a convencerla.

Durante la hora libre, Valbert buscó a Cristián para hablar con él y pedirle un favor.

-Querido Cristián necesito hablar contigo. -Comenzó Valbert mientras sacaba su cigarrera para fumar durante aquella hora del descanso.

-Déjame adivinar: no podremos vernos hoy. ¿Verdad?

-Todo lo contrario. Quiero que vayamos todos juntos, pero me temo que Rosa Nelly y Magdalena no querrán asistir.

- ¿Por qué lo dices?

Valbert suspiró con cierta tristeza y auto decepción.

-Hace dos días Rosa Nelly fue a visitarme en la noche. Yo me equivoqué y creo que la lastimé, esa es la razón de que no haya venido a trabajar estos dos días.

El rostro de Cristián se mostraba serio y lleno de interés, ya había supuesto que Rosa Nelly no estaba enferma, pero no había imaginado el porqué de su ausencia. Valbert continúo hablando.

-Ayer intenté ir a arreglar las cosas, pero Magdalena me lo impidió, así que me temo que no asistirán, a menos que tú vayas a hablar con ellas.

-Ya veo. Está bien, estoy seguro que podré conseguir convencerlas, lo que sea con tal de que podamos salir los cuatro juntos una vez más.

-Gracias Cristián, te lo agradezco enormemente.

El día finalmente terminó y Cristián se dirigió a la casa de Magdalena y Rosa Nelly, tenía en mente qué podía decir, pero sabía bien que Magdalena tenía un carácter fuerte y también era muy rencorosa, eso sumado al hecho de que nunca había querido a Valbert hacía muy difícil convencerla, pero también tenía la gran ventaja de que Rosa Nelly era todo lo contrario, tenía un corazón muy noble y bueno y aun cuando Valbert la hubiera podido lastimarla, ella lo amaba y sabía perdonarle cualquier ofensa que éste le hubiera podido hacer.

Al llegar a la casa fue nuevamente Magdalena quien salió a recibirlo, pero a diferencia del día anterior ella recibió muy bien a Cristián e inclusive lo invitó a entrar.

-Buenas tarde querida Magda ¿Cómo estás?

-Muy feliz de verte. Hacía mucho que no venías de visita.

-Pues ya sabes cómo es el trabajo y los demás asuntos. ¿Esta Nelly?

-Sí, supongo que vienes a interceder por tu amigo.

-No precisamente, vengo a hacer todo lo posible por asegurarme de que ésta noche podamos revivir nuestros tiempos de juventud y locura. -La sonrisa de Cristián iluminaba su rostro un tanto aniñado, esa era una de sus armas secretas, ya que sabía que con esa sonrisa podía convencer a las mujeres de casi cualquier cosa.

-Está bien, permíteme llamarla y hablaremos acerca de eso.

Magdalena subió las escaleras y en poco tiempo regresó acompañada de Rosa Nelly quien iba vestida en forma muy casual, con una blusa color rosa con un estampado azul al frente a la altura de su pecho y unos pantalones de mezclilla entallado que resaltaban sus piernas bien torneadas.

-No te ves muy enferma. Creo que tendré que despedirla señorita.

-Por favor jefe, no ve que me duele la cara de ser tan guapa. -Dijo Nelly contestando a la broma de Cristián.

-En ese caso, es grave. Tendré que llevarte al hospital, o mejor recetarte una dosis de fiesta nocturna para hoy a las 8:00 p.m.

-No opto mucho por las recetas caseras. Buen intento Cris.

-Vamos, esta es la primera vez en mucho tiempo que podremos volver a estar juntos los cuatro.

- ¿Y qué te hace pensar que queremos estar juntos otra vez? –Dijo Magdalena muy seria mientras cruzaba los brazos.

-Somos amigos, tenemos que permanecer juntos.

-No creo poder hacerlo Cris, no sé si podré estar con Valbert después de lo que pasó.

-Tú siempre lo has sabido perdonar, él está muy arrepentido.

-Pero es que tiene razón, él y yo ya no somos nada y, sin embargo, yo sigo buscando que me dé explicaciones y me incluya en su vida. Eso es lo que no sé si podré soportar.

-No seas pesimista, Valbert siempre ha sido así, tú mejor que nadie lo sabes. No sé por qué te enojaste con él, pero estoy seguro que lo solucionarán.




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