Desvanecidos (parte I)

Capítulo 1:|El comienzo|

-24 de agosto:

La noche es fría, muy fría aquí en Portland-Oregón, con su suave brisa que llega desde mi ventana. Son las diez de la noche y no hay rastro de las personas que suelen vagar por las calles a esta hora. Sólo el absoluto silencio me acompaña. Eso evita que pueda dormir. Necesito ruido, mucho ruido, para no volverme a sentir sola. Dicen que la soledad lleva a la desesperación y la desesperación a la locura. Si logro llegar hasta ese punto...no creo volver a superarlo.

Mis párpados, pesan demasiado y el cansancio se nota cada vez más. No puedo borrar lo que sucedió, pero entre tanto lamento, al fin me rindo contra el insomnio.

-7:00 a.m.

Me levanté un poco confusa y perdida al ver que, las cosas estaban cambiadas de lugar. Al parecer alguien hizo la limpieza. Hace mucho tiempo que no veía la casa tan reluciente, después de la trágica muerte de mi novio y de mi hermana.

El abatimiento era algo de esperarse de mí, porque gracias a eso, la casa estuvo con polvo y oscuridad por mucho tiempo. Mi madre, siempre me apoyó a seguir con mi vida, pero no le veía el sentido. Un ruido me sacó de mis pensamientos. Escuche alguien que estaba en el patio de mi casa. Agarre un cuchillo de la cocina, lo aferre detrás de mí y abrí la puerta trasera despacio.

- ¿Quién es? ¡Sal de ahí! -anuncie, colocando el cuchillo enfrente de mí, para protegerme.

- ¡Eva! -expresa alguien. Reconozco esa voz. - ¡cariño por aquí! ¡Estoy plantando unas flores!

- ¡¿Mamá?!-inquirí.

- ¡Sí, por aquí! -volvió a contestar.

- ¡No te veo! -grite. Los rayos del sol perjudicaban mi visión, era imposible verla con tanta luz.

- ¡Aquí detrás de ti! -exclamaron. Giré y al mirar, distinguí que las voces se multiplicado y ya no era mi Mamá quien me hablaba, sino que eran ellos.

Trate de pelear, pero no podía, eran imparables. Ellos no me estaban llamando para darme un beso o darme un abrazo, sino para llevarme y asesinarme.

Luche y luche, pero fue en vano, ellos fueron más rápidos. Uno de los mismos, tomo mi cuchillo y el otro me sorprendió por atrás sujetándome, para finalmente clavármelo en el abdomen. Me retorcía del dolor. Mis ojos cafés oscuros, quedaron enrojecidos, debido a mis lágrimas. Aquellas, caían y humedecían mis mejillas. Grité con gran fuerza que, por algunas horas, mis pulmones me dolían con cada respiro. Me estaba muriendo.

- ¡Ayyyyyyyy! -me despierto sobresaltada y esta vez veo a mi madre que, si es real, tratando de calmarme.

- ¡Eva, tranquila, solo fue un mal sueño! ¡Vamos, levántate y sal de la cama!

- ¡Mamá! -exclamé dándole un abrazo.

Me toque el estómago y cada parte de mi cuerpo, para comprobar que estaba bien.

- ¡Vamos! te deje el desayuno preparado. Te dejare en la casa de Gisela. Necesitas ir a verla, después de todo este tiempo y renovar el aire. No puedes seguir más así encerrada, esto te está afectando.

- ¡No puedo mamá!

- ¡¿Por qué?!-consulta.

-No tengo fuerzas, es difícil y doloroso. Están muertos y pensar en eso me duele. Duele demasiado.

-Lo sé, sé que es difícil para las dos, pero tienes que salir. Debes de reconstruir tu vida y dejarlo en el pasado.

- ¡No! -formule- ¿pretendes que siga como si no hubiera pasado nada?

-No me refiero a eso-suspiro-No tolerare otro no como respuesta. Saldrás de esta habitación, te arreglaras e iras a lo de Gisela. Y si no lo haces, terminaré tomando otras medidas que, no querrás saber.

- ¿Y qué harás? -la desafié- ¿Qué opina papá de todo esto? ¿Lo sabe acaso? ¿Sabe nuestra pérdida? ¿Acaso hizo algo para venir y consolarme?

- ¿Que tiene que ver tu padre? Estamos hablando de algo muy serio. No quieres salir de tu habitación y yo no lo aguanto. Además, sé que él no hizo nada para venir a ayudarte y te preguntarás por qué-trato de tranquilizarse, pero no pudo- Porque él ya no quiere saber nada acerca de nuestras vidas y tampoco se lo conté. Ahora, te preguntare: ¿Estas contenta de haber conseguido lo que querías? -reclama la mujer.

- ¡Sí, pues más que satisfecha! -respondí.

Corrí hacia al baño y me encerré.

- ¡Ah ok, genial! ¿Algún otro acto de rebeldía que quieras hacer? -dijo histérica.

Quedamos unos minutos en silencio entre la puerta que nos separaba. Dados unos segundos, vuelve a hablar:

-Sabes hija, yo quiero lo mejor para ti y no me comportaría de esta manera si me hubieras obedecido.

Abrí la puerta del baño, callando, para que continuara hablando.

-Las muertes fueron algo inconclusas e inexactas. La gente de hoy, no puede morir por simples criaturas sobrenaturales que, se le cruzan en las calles. Creo que una investigación sobre el tema, no te vendría mal.

-Está bien, lo voy a hacer. Lo hare solo para mantener mi conciencia tranquila.

-De acuerdo, haz lo que tengas que hacer-finaliza



#16385 en Fantasía
#9865 en Thriller
#3951 en Suspenso

En el texto hay: vampiros, amor, suspenso misterio

Editado: 18.12.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.