Desvanecidos (parte I)

Capítulo 2: |El pasado|

Me arregle, para dejar de discutir con mi madre. Salí de la casa y fui a lo de Gisela. La tarde está tan adolorida que hasta el mismo cielo parece decirlo, aun así sin palabras. Pronto habrá una tormenta.

-Flashback:(Dos meses antes):

-4:00 p.m.

-(Hablando por teléfono)-¡Eva, cariño, ya vamos en camino en el auto con tu hermana! no te enojes pero tuvimos un pequeño retraso. Estaba en la terminal esperándola y después subí su equipaje al auto. Ella, dijo que compráramos algo por el camino para merendar contigo, el viaje de vuelta la había agotado demasiado, pero aun así estaba tan emocionada que casi compra todo lo que había en la tienda. En conclusión, luego de ese retraso, ya estamos en camino.

-(Carcajeé, mientras me seguía contando)-tranquilo, no hay problema, solo vengan rápido.

-Ok. Hay mucho tránsito hoy. Yo calculo que dentro de una hora llegaremos, así que yo diría que pongas agua para el té-contestó.

-¡Si, aquí los esperaré con las tazas de té!-exprese-(fin de la llamada).

-Unos minutos más tarde:

-5:00 p.m.

-(llamada de Lucas)-¡Eva, no sabes lo que acaba de pasar! íbamos por la ruta ya casi por llegar, pero algo nos detuvo, un fenómeno o algo no humano. No sabía que pasaba, el semáforo estaba en rojo, luego en amarillo, verde y cambiaba todo el tiempo. Algo o alguien nos estaban persiguiendo, pasaba muy rápido ante nuestros ojos. Comencé a avanzar, sin darle importancia ante estas dos cosas que lo impedían, y en cuestión de segundos chocamos contra un árbol. El auto quedó desecho, Silvia está grave, creo que no podré salvarla a tiempo. Ni llegar al hospital, tiene heridas muy graves, está perdiendo mucha sangre...unos animales la atacan.

-¡Noooo! ¿¡Pero cómo!?-averigüe.

-Sé que, dirás que soy un cobarde por dejarla tirada a tu hermana y me odiaras para toda la vida; pero ellos también me persiguen ¡quieren matarme! No sé quiénes son, pero nos están atacando y no puedo más-respondió dejando un mudez entre medio y volvió a indicar entre lágrimas-¡solo quiero decirte que, si me llega a pasar algo, eres la mejor persona que conocí y no importa que pase, tu seguirás con tu vida! ¡Te amo!-fin de la llamada.

-¡No! ¡No! ¡No! ¡Lucas Austin no me dejes!- chille en el teléfono, pero ya era demasiado tarde para mis palabras y suplicas.

-Fin del flashback.

-Eh... ¿Eva? ¿Estás bien?-pregunta Gisela

-¿Sí? ¿Cuánto ha pasado desde que llegue?-agregue mirando a ambos lados de la casa parpadeando.

-Creo que hace unos segundos-contestó-al parecer estabas pérdida con tus pensamientos que, no te diste cuenta de cuando llegaste. ¡Te vas a enfriar! ¿Quieres pasar? o ¿prefieres quedarte ahí?

-Sí, por favor-dije temblando, recordando que estaba haciendo más frío de lo que había creído.

Gisela, fue mi mejor amiga desde los cinco años, o mejor dicho, durante toda la vida. Pero con el paso del tiempo nos fuimos separando. Quién sabe por qué, a veces solían ser muy pocos los momentos en los que pasábamos juntas. Yo creo que fue porque comencé a crecer y quise ser una chica más independiente. Además, yo siempre estuve sola, porque no tenía muchos amigos y tampoco veía la necesidad de contarles a todos los problemas que me ocurrían. Empecé a considerarme una persona neutra.

Verán, yo no soy una persona antisocial ni tan social. Ella..., era todo lo contrario. Era una chica tan especial; la que ayuda a los demás, la que está en tus momentos difíciles, la que te aconseja, la que te apoyaba en todo, etc., etc.

A veces se fastidiaba y empezaba a comentar todo lo que pensaba de mí, con una gran cantidad de antipatía que cargaba en ella, que al parecer ya estaba hasta el tope de un vaso de agua lleno. Sí, la típica amiga que se cansa de escuchar todos tus problemas. La que también está pasando por problemas familiares y se la agarraba con vos, que la verdad no tenía porqué hacerlo si tanto le molestaba. Y bueno, luego te termina dejando sola.

Ella siempre exhibía que lo tenía todo, pero yo no le hacía caso. Creo que es momento de que ambas exijamos unas disculpas, la una a la otra, y darnos otra oportunidad. Porque a mí también, después de que pasara esto, me llenaron la cabeza de cuentos y sucesos, un nuevo grupito de amigas que no solo me llevo por un mal camino sino que también me hacían pensar lo peor de ella.

-¡Perdón, lo siento tanto por hablar tanto de mí y no escucharte!-hable con la voz quebrada.

-No negare de que no tenía la culpa, pero tú también fuiste cómplice del malvado juego mental. De igual modo, me doy cuenta de que la dos hemos cometido errores y equivocaciones. Así que, considéralo como mi disculpa y tu aceptación nuevamente a mi vida.

-¿Lo dices en serio?

-¡Sí!-contesta y nos abrazamos.

-¿Qué te parece dejar esto atrás, comenzar de nuevo y seguirme en una loca aventura llena de misterio?-dije burlona.

-De acuerdo- contestó contenta aplaudiendo con sus manos.

-Me alegra volver a compartir momentos así contigo...

-¡Tengo una idea! Iremos a pasar la tarde en la playa, luego iremos por unos helados que tanto nos gustan, te quedaras en mi casa a dormir y mañana comenzaremos con la investigación, ¿Qué te parece?

-¡Me encanta la idea, vamos!-dije.

Pasamos la tarde en la playa y la tormenta desapareció, al parecer ya no iba a llover, así que aproveche y le conté a Gisela cada detalle que tenía acerca de las muertes.



#16386 en Fantasía
#9864 en Thriller
#3950 en Suspenso

En el texto hay: vampiros, amor, suspenso misterio

Editado: 18.12.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.